viernes, 29 de abril de 2016

Historias de Supervivencia tras el terremoto de Ecuador.


Los socorristas aceleraban la titánica búsqueda de supervivientes tras el poderoso terremoto que golpeó Ecuador cuando escucharon una voz que llegaba desde detrás de un muro de hormigón de un pequeño centro comercial. El terremoto según un último balance dejó más de 620 muertos, más de 2,000 heridos y una estela enorme de destrozos en la costa sur del país. Pero afortunadamente también dejó historias de supervivencia que merece la pena conocer.


Tres personas se encontraban atrapadas entre los escombros de una galería comercial y pese al transcurso de cinco días aún continuaban con vida. Los bomberos apenas podían creerse que hubiera supervivientes después de dos días sin que apareciere nadie vivo. 
Las labores de rescate fueron complicadas, habían quedado atrapados entre muros de concreto de gran grosor. Con el corazón en un puño los bomberos comenzaron hacer uso de sus hachas mientras trataban de insuflar ánimos a los supervivientes.
Unas horas más tarde los bomberos pudieron romper el muro y las tres personas pudieron respirar aliviadas ante la multitud de periodistas y familiares que se habían enterado del milagro que se ocultaba tras los gruesos muros de hormigón. Una de las mujeres rescatadas alertó rápidamente a los operarios.


-Allí bajo quedan cuatro personas más-exclamó casi sin aire la pobre mujer que no podía dejar de pensar en el sufrimiento que debían estar pasando aquellas otras personas. Sus dos acompañantes, un hombre y una mujer apenas podían respirar y se hallaban cubiertos de cal.
Esas cuatro personas atrapadas hubieran sido los últimos supervivientes de esta horrible tragedia, pero desgraciadamente ya estaban muertos para cuando fueron encontrados. Esas pobres gentes se encontraban comprando material escolar para sus hijos en el pequeño centro comercial de Tarqui cuando la tierra comenzó a rugir.
Un par de días antes los bomberos habían logrado rescatar del Royal Hotel de Pernales a un niño y a un adulto que habían quedado atrapados en la segunda planta del hotel. Un periodista aprovechó los momentos de máxima tensión para grabar un vídeo de apenas 30 segundos que se ha hecho viral en Ecuador y en media América. 
En él vídeo se observa como el hombre queda atrapado en la pequeña franja que lograron hacer los bomberos con un hacha. La apertura parece no ser suficiéntemente ancha y quedan sus piernas en la segunda planta, mientras que su cabeza, sus brazos y su abdomen quedan suspendidas en el aire.
El riesgo estribaba en que se pudiera fracturar los huesos de la pelvis pero finalmente salió ileso. Casi sin tiempo para disfrutar por su liberación aquel buen hombre se afanó en explicar dónde debían trabajar para rescatar a un niño que también había quedado atrapado. Afortunadamente en esta ocasión también se le pudo rescatar con vida.
Son alguno de los escasos rescates que se han podido realizar tras el devastador terremoto, los bomberos han trabajado a destajo pero en la mayoría de lugares a los que llegaban ya no quedaba nadie con vida a quien rescatar.
Fue el cuerpo de Bomberos de Quito, que se trasladó a Manabí (provincia en la costa oeste) para colaborar en la búsqueda de supervivientes quién halló a los tres últimos supervivientes. “Tras varias horas de intenso trabajo, 3 personas rescatadas con vida de entre los escombros en Tarqui”, apuntaron los bomberos en su cuenta de Twitter. El mensaje estaba acompañado de fotografías en las que aparecen los uniformados sacando a un hombre y dos mujeres de entre los escombros.
Desde la capital ecuatoriana y otras ciudades del país salieron camiones cargados de ropa, útiles de aseo, medicinas y alimentos para las víctimas. La ayuda llegó de decenas de países pero como casi siempre en estos casos, lo más complicado es que las autoridades sepan destinar correctamente el material que llega. Pese a que han cesado las labores de búsqueda de supervivientes, continúa llegando maquinaria que servirá para retirar los restos de edificios y casas que se derrumbaron.

Hace unos pocos días, en el puerto de Manta, un popular balneario de esa provincia, Verónica Paladines escarbaba entre los escombros del hotel donde trabajaba su esposo. “Hacía (trabajos de) pintura, se fue a descansar aquí abajo cuando pasó eso”, relata a la AFP esta mujer de 24 años, antes de deshacerse en lágrimas al hablar de su marido. A escasos cien metros una mujer de nacionalidad colombiana llora por la muerte de su hijo de 12 años. Se encontraba junto a su padre cuando el brutal sismo. De su marido no sabe nada. A su hijo lo encontró muerto en el mismo lugar dónde ahora llora desconsolada junto a un pequeño ramo de rosas.


Los mayores de 16 años deben poder votar.

Me entristece escuchar a tanto político y periodista conservador argumentar que los menores de 18 años no deben votar porque no tienen la madurez intelectual necesaria para ello. Y me entristece porque detrás de este argumento se envuelve una densa capa de cinismo e hipocresía, tan densa como la capa de mierda que envuelve las ciudades más contaminadas del planeta.

Esos cínicos políticos se escudan en el intelecto para evitar decir que no quieren bajar la edad a los 16 años porque el voto de los jóvenes favorecería a los partidos de izquierda. Es decir, si ya la derecha tiene problemas para mantener el voto de los ancianos a los que siempre han cautivado con el tema de las pensiones y de su moral católica, mucho más complicado les resulta mantener el voto de los menores de 30 años en un clima de desempleo generalizado.

Una herramienta sencilla ha sido evitar mencionar a los jóvenes en la campaña electoral y como no les ha funcionado ahora tratan de impedir que el Congreso pueda bajar la edad para votar a los 16 años.

Sea como fuere, el debate sigue abierto por más que algunas encuestas de dudosa fiabilidad digan que tres cuartas partes de los españoles están en contra de bajar la edad a los dieciséis años.

Y digo que esas encuestas no son fiables porque son realizadas por los mismos señores que pronosticaron que Podemos iba a tener 20 escaños y ciudadanos 70. Finalmente pudimos comprobar que resultó ser prácticamente al revés.

Cuando ocurren este tipo de cosas me planteo dos situaciones. O bien los que realizan los sondeos encuestan únicamente a pijos del barrio de Salamanca, o bien se inventan los resultados para beneficiar al partido que les interesa o a la opción que mejor le venga a este. Es decir, que digan estos señores fachosos que el 75% de los españoles está en contra de bajar la edad del sufragio pasivo a los 16 años es una monumental mentira.

Una mentira tan grande como la que sostenían de que Podemos no iba a pasar de 20 escaños y como la que sostuvieron de que pp y ciudadanos iban a sumar más de 176 diputados.

Son mentiras de los encuestadores al servicio de la derecha española para tratar de manipular la información y de permitir gobernar a personas no preparadas que están hundiendo el país de manera perversa, enriqueciéndose a costa del sufrimiento que producen sus recortes en Educación, Sanidad, Justicia y demás ministerios que no tengan que ver con Defensa e Interior.

Mientras estén tranquilos los policías y los militares, mientras continúe la concentración de medios de comunicación, los del pp pueden seguir esquilmando las riquezas del país comprando a los periodistas y a los banqueros para que les financien la campaña electoral que se avecina.

Pero por si fuera necesaria una ayudita más, tratarán de convencer a otras formaciones políticas para que se mantenga la edad de los 18 años. Mientras el porcentaje de jóvenes que votan por el pp no deje de decrecer de manera alarmante desde Génova no van a permitir que los mayores de 16 y menores de 18 puedan acercarse a las urnas. No vaya a ser que sus resultados electorales se vean perjudicados.

Desgraciadamente como al psoe tampoco le conviene que voten los jóvenes tampoco moverán ficha para que puedan tener derecho al voto.

Así se seguirá cometiendo la sucia y rastrear injusticia de que personas que están en edad de trabajar y de decidir su futuro no puedan elegir al partido que mejores condiciones laborales pueda generar.

Pero por fortuna las nuevas generaciones son sabias y no se dejan engañar por la tiranía del bipartidismo, son conscientes de que esos dos partidos corruptos están plagados de sujetos que sólo quieren llenar sus bolsillos de dinero a costa del sufrimiento de los jóvenes, que tienen que emigrar o conformarse contrabajos mal pagados o con ser becarios hasta los 35 años.

Con un gobierno que les da la espalda y que les impide votar parece de chiste que haya políticos del pp y del psoe que todavía se pregunten por qué cada vez más y más jóvenes deciden votar a Podemos o a Iu antes que a sus respectivos partidos. Si hicieran auto crítica y sospesaran las políticas que han emprendido desde 2007, se darían cuenta de que han cometido errores gravísimos que los jóvenes no perdonan.

Pueden enmendarlos de muchas maneras, la primera y más sencilla sería permitiendo votar a los jóvenes de 16 y 17 años, la segunda manera celebrando referéndums donde todos podamos decidir sobre las cuestiones esenciales del Estado. Como la participación en las misiones de la Otan o el derecho a decidir sobre la independencia o no Cataluña y País Vasco.

Ya no es sólo una cuestión de recortes y falta de presupuesto, es una falta de valentia política. Cuando en los años 30 del siglo pasado se permitió a las mujeres votar, se habló de gravísimo error, antes lo mismo se dijo de permitir votar a los menores de 21 años. Siempre la derecha española se ha mostrado en contra de ampliar derechos sociales a un mayor número de personas(jóvenes y mujeres generalmente).

Pero lo realmente preocupante de esta historia es que el psoe y ciudadanos también se encuentran en contra de otorgar ese derecho a los menores de 18 años. Se ofuscan en decir que a esa edad no se es suficientemente maduro para poder votar. Lo mismo que decía la derecha de rancio abolengo acerca de las mujeres en 1931. De tal palo tal astilla, pasan los años pero las ideas de la derecha y de la social democracia siguen siendo tan anticuadas y reaccionarias como la de la Iglesia Católica.

Si por ellos fuera volveríamos a la España de Franco, dónde las mujeres no sólo no podían votar sino que tenían que tener autorización de sus maridos para poder abrir una cuenta en un banco.

¡Malditos bastardos!.