viernes, 3 de febrero de 2017

Zozulya un futbolista neo nazi jugando en España.

Zozulya se siente indignado porque no le dejan jugar en el Rayo Vallecano, pero cuando le preguntan por sus vínculos con Svoboda se pone serio y lo niega todo. Conforme van pasando las horas se incrementan el número de pruebas contra él.

No hay peor cosa que un fascista violento y racista, que encima es un mentiroso compulsivo. Niega sus vículos con la extrema derecha cuando es sabido que es fundador de la organización paramilitar de extrema derecha Narodna Armiya (Ejército del Pueblo). Este grupo paramilitar opera en Donbass, donde el propio Zozulya combatió militarmente, recibiendo una condecoración por ello. 

Asimismo, Zozulya se declara admirador de Stepán Bandera, colaboracionista nazi que llamó al exterminio de judíos y polacos, y que en la actualidad es uno de los iconos de la extrema derecha ucraniana.

En Ucrania varios medios de comunicación dijeron que "ha empuñado armas, ha donado dinero a batallones fascistas, luce sus símbolos y ha manifestado en numerosas ocasiones su apoyo a la ultra derecha de su país, para quien es un símbolo".

Una persona así no debería jugar en ningún equipo profesional, es un mal ejemplo para todos, sobre todo para los jóvenes. Los futbolistas deberían ser un ejemplo para la sociedad dado que son personajes populares.

 De manera que los que defrauden a la Hacienda y los violentos, especialmente violencia contra las mujeres, al igual que los racistas y xenófobos no deberían tener cabida en el mundo del fútbol y en el deporte en general.

Esta gente es peligrosa y más aún teniendo en cuenta la influencia que tienen. Zozulya ha sido respaldado por los jugadores del Betis y por tenistas filo fascistas como Sthakowsky.

Pero que decir del Betis, equipo que defiende a sus ultras neo nazis que se pelean con las aficiones rivales y quienes insultaban a la novia de Ruben Castro, jugador bético que según la prensa agredió a su novia en múltiples ocasiones.

Un fascista no puede presidir la LFP.

Un sujeto que fue delegado provincial del partido de extrema derecha Fuerza Nueva, un partido racista y xenófobo no puede ser presidente de la Liga de fútbol profesional.

El gordo Tebas nunca ha pedido perdón por su pasado fascista y racista, y sin embargo es presidente de la LFP. Es una vergüenza que se le haya permitido ostentar tan alto cargo a un fascista de tres al cuarto.

Pero en fin, toda persona se puede arrepentir de haber formado parte de una organización racista y tras pedir perdón ostentar un cargo de relevancia, porque perdonar como pedir perdón es de sabios.

Pero el gordo Tebas no sólo no ha pedido perdón por su pasado radical sino que ahora aboga por abrir un expediente al Rayo Vallecano por no fichar a un jugador de extrema derecha que dona dinero a al batallón Azov, grupo para militar neonazi ligado al partido político Svoboda de similar ideología.

El jugador en cuestión se hizo numerosas fotos con para militares de dicho batallón y con políticos de Svoboda. Para quienes duden de la radicalidad de ese partido, mencionar que varios de sus miembros están detrás de la masacre de Odesa, dónde fueron asesinados 42 políticos opositores al gobierno fascista ucraniano de Poroshenko, gobierno surgido tras el golpe de estado de 2014.

Una diputada de Svoboda, Irina Farion, expresó tras la masacre:  "Que los demonios se quemen en el infierno". Centenares de políticos y simpatizantes del partido vertieron comentarios similares en los días posteriores a la matanza.

No tenemos constancia de que el mediocre futbolista al que defiende a capa y espada el gordo Tebas vertiera comentarios ofensivos contra los 42 asesinados por los neonazis en Odesa. Pero está claro que es un radical por sus vínculos con el batallón Azov y con Svoboda.

Por si esto fuera poco, este jugador protagonizó hace 10 meses una brutal pelea en un partido de la copa ucraniana. Comenzó a pegar patadas al árbitro diciéndole que le iba a matar. Una persona así no puede jugar en el Rayo Vallecano ni en ningún equipo español.

Tebas debe rectificar y pedir perdón al Rayo Vallecano, porque este equipo lo único que ha hecho es decidir que un futbolista violento y radical de extrema derecha no puede jugar en su equipo. Y más teniendo en cuenta que la mayoría de los aficionados del club se consideran antifascistas.

Sería de locos dejarle a jugar en el Rayo porque se le hiciera un contrato. Eso fue antes de conocer sus vínculos con los neonazis ucranianos que apoyan al fascista PoroshenKo. Se puede rescindir un contrato cuando posteriormente se conoce un hecho que de haberse conocido hubiera impedido dicha contratación.

Es mezquino decir que la LFP persigue el racismo y la xenofobia en los campos de fútbol cuando se permite jugar a neonazis. Si los aficionados no pueden emitir cánticos ofensivos o racistas, tampoco deberían hacerlo los jugadores. 

Zozulya no ha hecho comentarios racistas, pero al hacerse fotos portando metralletas junto a paramilitares neo nazis dejó muy claro cual es su ideología. Esa ideología es racista y por tanto este tipo de jugadores no tiene cabida en el fútbol profesional.

Que deje el fútbol y se dedique a combatir la democracia apoyando al presidente fascista de la nueva Ucrania, esa que ha sido fabricada a base de odio y rencor, a sangre y fuego. Y sino que se lo digan a los familiares de los 42 opositores asesinados vilmente en Odesa.


martes, 31 de enero de 2017

La masacre de Estambul.

2016 fue un año horrible en cuanto a atentados terroristas se refiere. Entre los peores citar el de la discoteca Pulse en Orlando y el atentado de Niza perpetrado con un camión.
Cuando en la mitad del planeta la gente se preparaba para disfrutar de la fiesta de fin de año Estambul veía interrumpida su fiesta por un brutal atentado en su discoteca más cosmopolita.
Era el colofón a un año horrible para Turquía, multitud de atentados, un golpe de estado que dejó miles de detenciones de políticos, periodistas y estudiantes, y para terminar una masacre que daría la vuelta al mundo.
Los rotativos de todo el mundo se pusieron de acuerdo para poner en portada las imágenes de la barbarie turca. “Masacre deja más de treinta muertos y se busca al asesino”.
La conmoción era general y la indignación aún mayor teniendo en cuenta que el asesino se había escapado caminando entre las víctimas y los sobrevivientes.
Nadie pudo detenerle, ni dentro ni fuera del club. Centenares de personas podrían haberle grabado con su teléfono pero entre el estupor, la oscuridad y el miedo el asesino pudo esconderse en la cocina, dejar sus armas, cambiarse de ropa, y salir como si fuera un sobreviviente más.
Trato de imaginarme a un sujeto que ha matado a 39 personas después de efectuar más de cien disparos huir del lugar como quien no quiere la cosa pero me cuesta creerlo. Sobre todo porque al haber tantos testigos es difícil imaginar que nadie pudiera observar que se escondió en la cocina para poder reducirle en la salida.
Salió del club sin portar armas y sin la ayuda de ningún compañero. Se fue caminando a su casa o a su hotel sin que ningún policía pudiera sospechar que no se trataba de un sobreviviente sino de un asesino.
El caso se asemeja bastante al de la discoteca Pulse de Orlando, aquel día el asesino fue abatido por la policía, pero desgraciadamente murieron más personas, 50 en concreto. Pudo ser peor porque el sicópata se mantuvo en el interior de la discoteca durante tres horas con un gran número de personas, algunas de ellas heridas. Finalmente fue abatido y muchos de los heridos pudieron ser llevados al hospital.
En la masacre de Estambul el hermetismo ha sido mayor. La policía turca no quiso aclarar cuantas armas empleó el asesino ni cuantos disparos se efectuaron. A penas hay comentarios de testigos ni explicaciones de cómo se produjo la masacre.
Tan sólo se sabe que el asesino mató al puerta de la discoteca y que algunos sobrevivientes se tiraron al mar para evitar ser ultimados.
Por fortuna, unas semanas más tarde el asesino fue reducido en una vivienda donde se encontraba escondido. Al parecer vivía en un barrio cercano a la discoteca dónde perpetró la matanza. Vivía junto a una familia musulmana que era conocedora de que estaba protegiendo al asesino más buscado de Turquía.
En este caso no se puede decir que el asesino buscara matar a europeos y católicos, pues la mayoría de las víctimas eran árabes y musulmanes.
A continuación dejo la noticia:
El ataque marca un sangriento inicio de año en Turquía, tras un 2016 en el que el país se vio sacudido por numerosos atentados y un golpe de Estado fallido.
El atacante empezó a disparar a las 01H15 del domingo (17:15 GMT del sábado en Perú) en el famoso y exclusivo club Reina, situado a orillas del Bósforo, donde 700 o 800 personas festejaban el Año Nuevo. 
La televisión NTV afirmó que el atacante había disparado entre 120 y 180 veces durante unos siete minutos sembrando el pánico, lo que hizo que incluso algunas personas se lanzaran a las gélidas aguas del estrecho para escapar a la matanza.
El primer ministro turco Binali Yildirim calificó de "infundadas" las informaciones aparecidas en la prensa según las cuales el asaltante iba disfrazado de Papa Noel, y explicó que el agresor había dejado el arma en el lugar de la masacre y había "aprovechado la anarquía" del momento para huir.
El jefe del gobierno turco no indicó si los investigadores estaban privilegiando alguna hipótesis, pero señaló que las pesquisas estaban siendo "muy minuciosas" para identificar al agresor.
"Las operaciones de búsqueda del terrorista están todavía en curso. Espero que sea capturado rápidamente", declaró el ministro del Interior, Suleyman Soylu.
Según el último balance provisional de las autoridades, 39 personas murieron, de los cuales al menos la mitad eran extranjeras, y 65 resultaron heridas en este ataque que aún no ha sido reivindicado y que el gobierno de momento no ha achacado a ningún grupo en particular.
Entre las víctimas extranjeras habría, según las respectivas autoridades nacionales, al menos un ciudadano belgo-turco, una franco-tunecina, tres jordanos, tres libaneses, una israelí, un kuwaití, tres iraquíes, varios saudíes, un libio, dos indios y dos tunecinos (aunque uno de ellos podría ser la ciudadana franco-tunecina).
También habría al menos cuatro franceses y tres marroquíes más heridos.


La matanza en el despacho de abogados de Atocha.

Se cumplen 40 años de la matanza de la calle Atocha. Los asesinos cumplieron menos de quince años de cárcel, alguno de ellos porque se fugaron tras obtener permisos de fin de semana y otros porque se les puso en libertad antes de tiempo.

Fue el caso más sonado de violencia post franquista, pero no el único. El asesinato de los sindicalistas de Vitoria o el de los sindicalistas de la CNT de la discoteca Scala en Barcelona fueron también muy sonados.

El gobierno de Adolfo Suarez no fue capaz de frenar la ola de violencia policial que se vivió en España durante su mandato. Buena parte de culpa la tuvo el ministro de Interior de turno. Martín Villa, quién al igual que Adolfo Suarez había ocupado puestos de relevancia durante la dictadura franquista.

Los encargados de poner orden, estabilidad y de expulsar a los policías y políticos corruptos del franquismo no lo hicieron. No hubo depuración ni en la policía ni, ni en el gobierno ni en el ejército.

Y a consecuencia de ello se produjeron multitud de asesinatos de estudiantes, sindicalistas y profesionales de izquierdas a manos de policías franquistas que no estaban de acuerdo con que la democracia acabara con los principios fundamentales del franquismo.

Suarez fue incapaz de expulsar a los terroristas de estado que poblaban la policía de aquel entonces. Se rodeó de malas personas y se lavó las manos en los episodios bochornosos que se iban produciendo.

Para evitar la escalada de violencia legalizó el partido comunista. Poca cosa cuando lo que tenía que haber hecho es expulsar a los policías y políticos que mantuvieran posturas franquistas.

En definitiva no fue un presidente valiente y sin embargo se le reconoce como el padre de la transición.

Cuando la mayoría de los españoles no vemos con buenos ojos lo que se hizo en aquellos años es porque creemos que Suarez, Martín Villa, Fraga Iribarne y los demás franquistas que lideraron la transición no debieron haber tenido peso político.

No se puede liderar un proceso de cambio cuando los principales actores del cambio mantienen a los altos cargos que gobernaban durante el régimen que supuestamente se pretende cambiar.

Es como si Podemos gana las elecciones y pone de presidenta de gobierno a Dolores de Cospedal y de ministra del interior a Cristina Cifuentes. Ni las feministas estarían contentas.

Con cambios así mejor que no haya cambios y que se mantenga el régimen anterior hasta que haya una revolución social que permita un cambio en condiciones.

A continuación dejo la información que he obtenido de diversas fuentes entorno a la masacre en el despacho de abogados de la calle Atocha.



Madrid. 24 de enero de 1977. En un despacho de abogados se registran cinco muertos y cuatro heridos muy graves. Son las diez y media de la noche en la calle Atocha número 55. Ha ocurrido un atentado contra uno de los primeros bufetes de abogados laboralistas de la Transición.

Los autores, un comando de extrema derecha. Los fallecidos son Luis Javier Benavides, Francisco Javier Sauquillo y Enrique Valdecira, el estudiante Serafín Holgado y el administrativo Ángel Rodríguez Leal. Los heridos, todos graves y con importantes secuelas posteriores, Miguel Sarabia, Alejandro Ruiz, Luis Ramos y Dolores González.

Emilio González describe a Público la cara de ira de aquellos asesinos, capturados en marzo de 1977. Los autores materiales, José Fernández Cerrá, Carlos García Juliá, Leocadio Jiménez Caravaca, Francisco Albadalejo Corredera, secretario del Sindicato Vertical del Transporte Privado de Madrid y Fernando Lerdo de Tejada.

Dolores González no superaba los treinta y cinco años cuando trabajaba como funcionario de prisiones en la cárcel de Carabanchel. 

Allí vivió episodios históricos. Algunos terribles como la matanza del preso anarquista Agustín Rueda por parte de funcionarios fascistas. Otros anecdóticos, como la elaboración de la ficha de ingreso a los autores materiales de la matanza de Atocha, de la que se cumplen cuarenta años. “Los asesinos de Atocha llegaron a Carabanchel con las caras idas. Todos dijeron que eran de Falange Española y que tenían estudios medios. Eran unos hijos de papá”, detalla en la entrevista. 

Las cárceles de la Transición
González narra a Público las múltiples “subidas de tono” en plena prisión por parte de sus compañeros. Incluso llegó a redactar una carta al Director General de la cárcel por el tratamiento abusivo de aquellos funcionarios. 

“Esta Dirección ha dado muestras públicas de confraternización con los implicados de extrema derecha; ha negado cambios de guardias a un funcionario que manifestó su disconformidad con que un preso cantara el cara al sol, acompañado de otros funcionarios; ha permitido que tuvieran cargos de confianza algunos de los implicados en la matanza de Atocha (…)”. La carta, con fecha del 14 de marzo de 1978, reflejaba el ambiente de aquellas cárceles de la Transición. González pertenecía a la Unión de Funcionarios Demócratas que, en aquella etapa, parecían estar mal vistos.
Los cinco detenidos de Atocha fueron otro de los retratos que Emilio nunca olvidará cuando fueron trasladados a celdas de aislamiento. González recuerda la prepotencia de aquellos presos que se enfrentarían a largos años de cárcel.

 “Ellos creían que estaban salvando España y parecían no sentirse culpables”, aclara el exfuncionario. En un módulo prácticamente abandonado, los autores materiales de Atocha se encontraban arropados por el sector “más franquista” de Carabanchel.

“Les llevaban revistas, mantas, libros. Todo parecía poco para hacerlos sentir arropados en medio de aquel infierno. Para los funcionarios franquistas que allí quedaban, los autores de Atocha eran casi héroes”.

Isabel Martínez Reverte hace una radiografía de los asesinos en la investigación La Matanza de Atocha (La esfera de los libros, 2016), junto al autor Jorge M. Reverte. “Eran hijos de militares, de familias de ultraderecha, nostálgicos del franquismo y admiradores de Blas Piñar, líder de Fuerza Nueva”.

Isabel no deja atrás un detalle. La mariscada anual con la que los asesinos celebraban el atentado de Atocha cada año. “Fue tal el convencimiento de aquellas acciones que durante años los autores de la matanza estuvieron comiendo mariscada para celebrar aquel fatídico 24 de enero”.
¿Pero que se conocía, en aquel entonces, de aquellos asesinos? Martínez Reverte señala que los jóvenes exaltados se reunían en la cafetería Denver o el Nilo. “Típica de los años setenta con mesas de formica y sillas de escay”, describe Isabel.

 Los futuros asesinos escuchan a diario análisis patrióticos de lo que estaba sucediendo en España. “Hablaban del futuro esperado por un gobierno débil y traidor de Adolfo Suárez”, destaca la investigadora.

El otro espacio de encuentros era la Hermandad de los Marineros Voluntarios, presidida por el militar Milans del Bosch. Isabel recuerda en el libro que “allí escuchan decir que vuelven los perdedores de la Guerra Civil, los asesinos. Dicen que van a legalizar incluso al Partido Comunista. Llegará el caos, hay que luchar por salvar España”.

Este ingente caldo de cultivo provocaría el múltiple asesinato de los abogados de Atocha y secuelas irreparables para los supervivientes. “Yo trabajaba en un colegio y me acuerdo de la manifestación multitudinaria, del silencio sepulcral.

 Así ocurriría el 9 de abril de 1977. El escenario de miedo quedaría interiorizado para todos los militantes y los abogados que no pudieron salvar a los suyos. “Toda la gente del edificio les decían que corrieran aquella noche. Podía haber ocurrido una verdadera noche de cuchillos largos. Había muchísimo temor”.

La sentencia para los culpables de la matanza no llegaría hasta el 29 de febrero de 1980, tras larguísimos meses de instrucción. La actual Fundación Abogados de Atocha recuerda que la herencia del viejo régimen franquista seguía estando aún en activo. “El juez instructor Gómez Chaparro, que provenía del Tribunal de Orden Público, concedió un permiso a uno de los implicados, Lerdo de Tejada, circunstancia que éste aprovechó para huir.

 Tras esta fuga, el asunto pasa al juez Barcala, titular del Juzgado Central número 3 y las cosas se suceden con mayor normalidad y rapidez”. Las voces de exaltados entristecían aún más el ambiente. Gritaban “cerdos” a los abogados asesinados.

La pena máxima de cárcel se aplica a José Fernández Cerrá y a Carlos García Juliá. Treinta años de reclusión mayor por cada uno de los cinco asesinatos consumados. Veinte años de reclusión menor por cada uno de los asesinatos frustrados. Nueve años de prisión mayor por tenencia ilícita de armas.

Francisco Albaladejo Corredera es condenado a doce años de cárcel por tenencia ilícita de armas e inductor del crimen. Leocadio Jiménez Caravaca es condenado a doce años por aprovisionamiento de armas y a veinte de prisión menor por la complicidad en cinco delitos de asesinato y cuatro delitos de asesinato en grado de frustración.

Uno de los supervivientes, el abogado Alejandro Ruiz Huerta, narra en su libro La memoria incómoda que nunca pidieron la pena de muerte para aquellos asesinos. “Si la pena de muerte no se hubiera abolido, tampoco la habríamos pedido porque somos contrarios a ese castigo atroz”. 

Así quedaría reflejado por todos los abogados en las conclusión del juicio. “Los muertos, eran contrarios a un derecho penal regresivo y retrógrado”.

Isabel Reverte señala el grave “shock emocional” que tuvieron para siempre los supervivientes de la matanza de Atocha. Nunca superaron la dura muerte de sus amigos íntimos, de sus parejas, de sus compañeros.

Alejandro tenía 30 años aquel 24 de enero. Es el único superviviente. En el fatídico atentado fue herido de una pierna. Hoy es profesor de la Cátedra de Derecho Constitucional en Córdoba y presidente de honor de la Fundación Abogados de Atocha.

Dolores González Ruiz falleció en enero de 2015. Tenía 31 años el día de los atentados en el despacho donde le arrebataron la vida a su marido Francisco Javier Sauquillo. Una bala le atravesaría la mandíbula durante el atentado. Se sometería a numerosas intervenciones a lo largo de toda su vida.
Luis Ramos Pardo tenía 37 años el 24 de enero de 1977. Fue uno de los primeros en salir para pedir ayuda. Isabel M. Reverte afirma que “Luis estuvo novecientos días recuperándose de las heridas en el abdomen y de la hepatitis que padeció como consecuencia de las transfusiones recibidas”. 

Participaría cada año en los homenajes a sus compañeros. Murió en el año 2005.
Miguel Sarabia era el mayor de todos los supervivientes. Tenia 49 años cuando ocurrió el atentado y su memoria nítida recordaba cada uno de los episodios de aquella noche. Sus compañeros lo recuerdan como una persona muy comprometida con su trabajo. Muy apreciado en el colegio de los Escolapios, donde dio clase. Murió en el año 2007.

Los asesinos buscaban a Joaquín Navarro Fernández, de CCOO, que aquella noche tenía una reunión con un numeroso grupo de trabajadores en el citado despacho laboralista.

Cuando creyeron llegado su momento, a las 22.45, los tres hombres agazapados descendieron y tocaron el timbre. Salió a abrir uno de los jóvenes abogados, Javier Benavides Orgaz.

Rápidamente penetraron en el piso dos de los pistoleros: uno empuñaba una Browning 9 mm Parabellum, y el más joven una Star de 9 mm, modelo Super. Empujaron a Benavides hacia el interior, hasta uno de los salones, donde se encontraban otros abogados.

"Todos al rincón, las manitas bien arriba", dijo el pistolero de más edad. El abogado Valdevira, que estaba fumando, pidió permiso para apagar el cigarrillo, que atornilló en el cenicero antes de incorporarse al grupo con las manos en alto. Mientras tanto, el otro pistolero recorría las habitaciones; comprobaba que no había más gente en el piso, arrancaba los teléfonos que encontraba y destruía archivos.

Había nueve personas amenazadas, ocho abogados y un auxiliar de despacho, en el salón. Muy juntas. El hombre de la Browning preguntó: "¿Dónde está Navarro?"; "¿Navarro? No sabemos quién es", le respondieron. "Seguro que está aquí", insistió. "Pues búscalo", le contestó con valentía, y cierta exasperación, Francisco Javier Sauquillo, uno de los abogados.

De repente se desencadenó el infierno. Sin que nadie pudiera preverlo empezaron a ladrar las pistolas. La ceremonia de la matanza fue rápida e implacable. Los tiros sonaban secos, espaciados, uno detrás de otro, pero tantos que al principio se creyó que se estaban utilizando metralletas.

 El fuego cruzado pilló de espaldas a la mayoría del grupo. El proyectil que mató a Sauquillo le entró, por detrás, en la base del cráneo, mientras estaba de pie; el que acabó con Javier Benavides le entró por la espalda y salió por el pecho.

El auxiliar Ángel Rodríguez Leal, que también resultó muerto, recibió un tiro en el centro de la nuca –con salida estrellada, lo que le provocó la rotura de la nariz–.

Enrique Valdevira recibió tres impactos: uno en la rodilla derecha, otro en la nariz y un tercero que le entró por detrás y le rompió el corazón.

 Serafín Holgado recibió dos balazos: uno en el muslo izquierdo y otro en la cabeza, que le entró por la parte posterior. Los asesinos disparaban a algo más de medio metro de distancia. De aquel intenso tiroteo –disparaban serena, fríamente; de forma metódica, como si lo tuvieran ensayado– escaparon gravemente heridos otros cuatro.

Alejandro Ruiz Huerta, uno de los supervivientes de la matanza, tiene la impresión de que todo fue muy rápido. Cuando entraron estaba sentado en un banco, de espaldas a la puerta. Vio en las caras de sus compañeros que algo extraño pasaba. Le obligaron a ponerse de pie. Cayó al suelo por un impacto de bala que le alcanzó el pecho. Sobre su cuerpo se derrumbó Enrique Valdevira. El proyectil que le dio se desvió al chocar con un bolígrafo de acero que llevaba prendido en la camisa, lo que le salvó la vida.

La esposa de Javier Sauquillo, María Dolores González Ruiz, de treinta años, se tumbó en uno de los bancos y se tapó el cuerpo con una trenka cuando empezaron los tiros. No recibió ningún impacto hasta el final. Pudo apreciar la frialdad con que disparaba el hombre de la Browning. Luego un tiro le entró en la boca.

El tercero de los supervivientes, Miguer Sarabia Gil, vio a Valdevira apagar el cigarrillo en los últimos momentos de su vida. Al desatarse la lluvia de disparos trató de huir por una puerta que tenía tras de sí y que daba a un pasillo.

 Giró sobre sí mismo para escapar, pero recibió un impacto en el vientre. Se dobló, y permaneció agachado con las manos apretadas para contener la hemorragia.

El cuarto, Luis Ramos Pardo, sintió un balazo en un brazo y se dejó caer como muerto al suelo. Eso le salvó la vida. Al darse cuenta de que se habían ido trató de levantarse, pero entonces se dio cuenta de que no podía porque también estaba herido en las piernas. Vio a Sarabia telefonear: hablaba con su mujer para darle cuenta del horror de lo que había pasado. Acto seguido, éste se dirigió a la ventana a pedir auxilio.

Los vecinos avisaron a la policía. En pocos minutos la calle se llenó de coches con luces de destello y ambulancias. Los primeros que entraron en el despacho se encontraron una escena espantosa: sangre por todas partes y cuerpos destrozados. Tres de las víctimas habían muerto en el acto; otras dos fallecieron poco después. Los heridos fueron transportados a centros médicos.

La noticia de la matanza de Atocha cayó como un mazazo. Era un periodo de sangre en la transición política, pero a pesar del goteo de muertes nadie estaba preparado para la enormidad de esta acción, que conmocionó a la clase política y a todo el país.

Era un salvaje y brutal atentado. Numerosos dirigentes y miembros significados del sindicato CCOO y del PCE dejaban sus casas, ante la posibilidad de que se tratara de una cadena de acciones violentas.

La tensión subió al límite. Nadie estaba seguro de qué podía pasar en las horas siguientes. No obstante, los cuadros del PCE lograron reaccionar con serenidad e impedir que se multiplicase la violencia.

Eso le habría hecho el juego a los terroristas. Las horas siguientes fueron claves para la reforma política. Las negociaciones con el Gobierno acordaron un entierro multitudinario pero sereno en el que no tuvieran lugar nuevos incidentes. Fue una lección de grandes hombres que se hicieron en pocas horas con una situación explosiva.

Paralelamente se puso en marcha una operación policial, encomendada a los agentes más profesionales y alejados de connivencia con grupos ultraderechistas. Al frente estaba Francisco de Asís Pastor, que tiempo después sería jefe superior de la policía de Madrid. Pastor relacionó desde el principio la muerte de los abogados laboralistas con la huelga de transporte.

Los criminales buscaban a Joaquín Navarro, que era el "enemigo número uno" del decadente sindicato vertical. Por eso los agentes empezaron sus investigaciones en torno a éste. Pasaron dos meses de continuas vigilancias y esperas. Contaban con una pista significativa: "Uno de los asesinos tenía los ojos azules, como Paul Newman". Fue algo en lo que coincidieron los supervivientes.

Los policías buscaban en el bar Denver, en la esquina de San Bernardino –cerca de la sede del sindicato, que estaba en Cristino Martos, 4–, y en otros locales de la zona a un asesino con los ojos de Paul Newman. Hasta que lo encontraron.

Un día apareció José Fernández Cerrá –31 años, vendedor, separado– con un maletín; al abrirlo dejó ver un ejemplar de la revista "ultra" Fuerza Nueva. Los agentes se fijaron en sus ojos, que eran como los de Newman.

No le detuvieron enseguida, sino que le siguieron hasta localizar a sus compinches, Carlos García Juliá y Fernando Lerdo de Tejada y a su novia, Gloria Herguedas.

Luego cayeron Leocadio Jiménez Caravaca, y el presunto instigador, Francisco Albaladejo Corredera, secretario del Sindicato Provincial de Transportes.

Había multitud de indicios que hacía pensar que el plan fue orquestado por policías de la brigada político social, pero desgraciadamente el juez cerró el caso e impidió a la acusación seguir mostrando pruebas que incriminaban a numerosos policías simpatizantes de fuerza nueva que tenían vínculos con el sindicato Provincial de Transportes.

 
Ya antes del comienzo de la vista, a Fernando Lerdo de Tejada, sobrino de una secretaria de Blas Piñar (fundador de Fuerza Nueva), le concedió el juez instructor un permiso de fin de semana.

El reo desmintiendo la semántica de su primer apellido no se reincorporó a la cárcel de Ciudad Real aquel 17 de abril de 1979 y, hasta hoy, permanece perdido en la noche de los tiempos. La huida fue fácil: primero se escondió en La Manga, donde su hermano Luis tenía un negocio.

 Después partió hacia Francia en coche. Se sabe que en Perpignan le proporcionaron dinero, documentación falsa y un billete hacia Sudamérica.

 Presumiblemente, pasó varios años residiendo en Chile y, en la actualidad, fuentes cercanas a la familia lo sitúan en Brasil. Hoy podría haber regresado a España. Su delito prescribió en febrero de 1997. 

Cerdá cumplió quince años de prisión cuando se fugó tras recibir un permiso penitenciario. Huyó a Bolivia y ahora cumple condena por tráfico de drogas en la capital boliviana.

Los demás condenados fueron puestos en libertad cuando apenas habían cumplido un cuarto de la condena impuesta.

Este es un caso de mala praxis judicial, dar permiso a presos peligrosos cuando no han cumplido ni un cuarto de su condena es un disparate. Otorgarles la libertad condicional una aberración.

¿Qué hubiera pasado si los abogados asesinados hubieran sido afiliados al psoe o al pp?

A buen seguro los asesinos hubieran recibido pena de muerte. Pena que por aquel entonces aún estaba vigente.

Pero ya sabemos que algunas vidas valen más que otras. Al menos para los jueces fascistas de 1977.


viernes, 30 de diciembre de 2016

Posibles causas del accidente aéreo en el mar Negro.


Ha pasado una semana desde el accidente aéreo en Sochi y todavía las autoridades rusas no quieren desvelar el contenido de las cajas negras.

Lo único que sabemos son rumores, que con el paso de los días van cobrando más fuerza o se van desmoronando.

El rumor que más fuerza cobra es el de error del piloto. En concreto a la hora de despegar se dice que no le dio a la tecla de activación de los flats.

También se menciona en varios medios que la gasolina no era de calidad o que no tenían suficiente combustible (motivo por el que se calló el avión que transportaba a los jugadores del Chapecoense).

Entre los rumores que se van desmoronando e incluso descartando, se encuentra el del ataque terrorista. El avión no fue disparado y entre los pasajeros no iba ningún sujeto islamista, o que pudiera tener conexión con alguna cédula yihadista.

Otra opción que se va descartando es que el accidente de debiera a una falla del avión a consecuencia de los 33 años que tenía la aeronave. Era un avión antiguo pero había pasado todos los controles sin detectarse ningún error.

Lo habitual es que se desvele el contenido de las cajas negras a los dos o tres días de encontrarse estas, pero teniendo en cuenta que la investigación corre a cargo del gobierno ruso, se puede demorar por semanas.

Ya sabemos que Putin no es amigo de los medios de comunicación internacionales y que cualquier información que se pueda filtrar le va a parecer una injerencia contra los intereses de su nación.

Este final de año ha sido especialmente trágico con los accidentes aéreos. Este caso y el del equipo de fútbol brasileño han sido los más comentados. Pero hubo varios más, entre otros un avión de mercancías que se siniestró en territorio colombiano ( el país dónde más siniestros aéreos se producen), en esta ocasión sólo iban a bordo 5 tripulantes, todos ellos murieron.

A continuación dejo la noticia que encontré en internet sobre el accidente ruso.

 

El contacto con el avión se perdió unos 10 kilómetros después del despegue, sobre el mar. Durante la maniobra de despegue se produjo un "problema técnico crítico", que fue solucionado, dijo a la agencia Interfax una fuente oficial no identificada. No se descarta que el accidente haya podido producirse por un error de los pilotos, pese a que eran experimentados.

Rusia lleva apoyando con bombardeos aéreos al régimen de Bashar al Assad en su lucha contra los rebeldes desde septiembre de 2015. Las bajas en combate han sido reducidas, según datos oficiales. Pero para abastecer la base de Jmeimim, el Ministerio de Defensa mantiene un intenso tráfico aéreo para el que se utilizan, entre otros, aviones civiles ya antiguos como el Tupolev accidentado hoy, construido en 1983.

A principios de mayo, el Ejército trasladó para un concierto en la liberada Palmira al director estrella Valeri Gergiyev y su orquesta.

La tragedia no cambiará nada en la relación de Rusia con Siria, dijo el presidente del Comité de Política Exterior en el Parlamento, Leonid Sluzki.

El presidente Putin es informado de forma continua sobre las tareas de búsqueda y rescate, aseguró su portavoz. La coordinación está en manos del ministro de Defensa, Serguei Shoigu.

El Alexandrov es un coro de soldados de potentes voces que fue fundado en 1928 por Alexander Alexandrov, autor también en 1943 del himno nacional soviético. Originalmente formado por una decena de militares, con el tiempo fue ampliado con una orquesta y un grupo de danza.

Oficialmente tiene 186 miembros y su repertorio incluye unas 2.000 piezas, entre ellas canciones religiosas ortodoxas, populares rusas, marchas, pero también piezas destacadas de música pop.

Erdogan, el tirano turco amigo del pp.


Erdogan es un tirano al que no le tiembla el pulso a la hora de meter en la cárcel a miles de periodistas por el mero hecho de no ser simpatizantes de su partido. La separación de poderes en Turquía es casi inexistente, y para las veces que los jueces consideran que no hay indicios de delito son separados de la causa y sustituidos por otros magistrados cercanos al gobierno.

Pero no sólo se persigue a jueces y políticos de la oposición. También se persigue a banqueros, militares, artistas y cualquier personaje importante que sea sospechoso de simpatizar con los golpistas.

Cualquier comentario contra su gobierno puede ser motivo suficiente para ser considerado golpista y ser encarcelado. Con tal clima de inestabilidad y radicalismo no sorprende que se haya asesinado a un embajador en un acto público y la noticia no haya tenido gran repercusión.

Tal vez si el embajador fuera de Estados Unidos se hubiera hablado un poco, pero como era ruso los países de la Unión Europea miran para otro lado y prefieren no hablar de Turquía.

Si las medidas tan radicales tomadas por Erdogan hubieran sido tomadas por Maduro ya estarían los tanques de la OTAN bombardeando Caracas. Pero como las ha tomado un presidente amigo y colaborador de la U.E en la guerra contra Basad Al Asad no pasa nada. Se le permite que continúe con los arrestos y con las penas de muerte.

Ya sabemos que los líderes europeos apoyan los golpes de Estado siempre que sean dados por militares o políticos de derechas, como ocurrió en Ucrania. Cuando los golpes de Estado se producen contra líderes de derechas la consigna es muy diferente. Impedir que el golpe se consume. Contra un tirano como Erdogan los líderes europeos no se mojan.

Ese doble rasero, esa mezquindad y esa falsa moral hacen que Merkel, Rajoy y Hollande no puedan ser considerados trigo limpio. Si tuvieran valores y principios hubieran apoyado el golpe de Estado en Turquía tal y como apoyaron el golpe contra Viktor Yanukovich.

 

 

Fraude electoral: El voto de los emigrantes españoles no contó.


Las elecciones generales del 26 de junio en España fueron una auténtica farsa, se produjeron un montón de irregularidades que fueron archivadas por el tribunal electoral (cuyos dirigentes han sido o son simpatizantes del partido popular).

Pero el mayor número de irregularidades proviene del voto de los españoles en el extranjero. Centenares de miles de votantes vieron como su papeleta no llegó a tiempo por lo que no les dejaron ejercer su derecho a voto.

 En otros muchos casos emitieron su voto pero este no llegó a España. Fue abierto, extraviado o simplemente se limpiaron el culo con su contenido los funcionarios de turno.

Sea como fuere, sólo un 10% de los que solicitaron el voto desde el extranjero pudieron votar, el resto, unos 900.000 españoles no pudieron hacerlo por diversas causas. La mayoría de las veces por el retraso en el envío de las papeletas por el gobierno de extrema derecha español. En la menor de las veces por culpa de los servicios postales del país desde el cual se trataba de votar.

Esos 900.000 votantes eran en su mayoría personas jóvenes que con la crisis de los últimos 10 años habían emigrado al extranjero en busca de las opciones laborales que los gobiernos corruptos del pppsoe les negaban. Era un voto mayoritariamente contrario al gobierno del pp, por lo que Mariano Rajoy no hubiera podido salir investido presidente a buen seguro.

Y para el caso que aún así hubiera sido investido, no queda la menor duda que es un fraude electoral muy grande el impedir con artimañas varias que los emigrantes no voten. El objetivo es desligar políticamente al emigrante de España, para que la tiranía del bipartidismo continúe una década más en el poder.

Ya son 35 años de bipartidismo corrupto. La ley electoral que permite que el voto de un sujeto de provincias valga 10 veces más que el de un madrileño o el de un barcelonés, hace mucho daño a la democracia y permite que el pppsoe saque ventaja del clientelismo. Pero impedir que los emigrantes votemos no sólo es injusto y tiránico, sino que también es ilegal, por lo tanto las elecciones estuvieron amañadas y deberían volverse a repetir.

Los emigrantes hemos pagado entre 10 y 20 euros para poder votar. Hemos tenido que ir un par de veces al consulado para inscribirnos en el censo electoral y después para pedir el  voto. Hemos tenido que ir un par de veces a los servicios postales. Primero para cerciorarnos que desde ella podemos votar y una segunda para depositar el sobre certificado con nuestra papeleta.

 Todo esto supones mucho tiempo y luego sólo ha servido para que nuestro voto se pierda por el camino o no llegue a tiempo por torpeza del gobierno de España que otorga unos plazos muy cortos para ejercer el voto en el extranjero.

Al final los 20 euros que hemos perdido es lo de menos. La mayor frustración es el tiempo perdido y la sensación de que todos nuestros esfuerzos por derrocar al gobierno corrupto del pp han sido en vano.

No perdimos porque seamos minoría, sino porque la minoría de derechas se convierte en mayoría impidiendo el voto del emigrante. Sois una pandilla de delincuentes del tres al cuarto. En el futuro seréis juzgados por vuestras tropelías junto al bigotes, (ese presidente de infausto recuerdo que se manchó de sangre con la guerra de Irak y que últimamente está muy callado).