miércoles, 25 de marzo de 2015

Las andaduras de Perico por el Larissa.

Pedro José Pinazo Arias 'Perico' es un jugador malacitano que a sus 29 años ha jugado en más de ocho equipos, comenzó en el Málaga, luego se fue al Castellón, Salamanca, Elche, Tarragona, Cádiz y por último Larissa. Unas veces cambió de club para progresar y otras veces en busca de minutos, en todos los lugares en los que ha estado guarda momentos buenos y momentos menos buenos, pero momentos tan malos como los vividos en su última andadura por tierras helenas jamás le había tocado vivir.

Casi toda su trayectoria ha tenido lugar en la liga adelante, es decir, la segunda categoría del fútbol español, hasta que en el Elche no contaron mucho con él y decidió probar suerte en la categoría de bronce jugando para la Gimnástica de Tarragona.

Esta temporada decidió desvincularse del Cádiz, de manera que en el mercado estival  fichó por el Larissa griego y allí comenzaron todos los problemas.

 "El pasado verano me ficha el Larissa (Segunda división griega) y, nada más llegar, marco tres goles. Nunca en mi vida me he sentido tan querido como aquí".Una estampa ideal que se encargó de romper en 1.000 pedazos el presidente del club heleno Evangelos Plexidas.

 "Llevamos cuatro entrenadores en lo que va de Liga y en enero tuvo que rehacer el equipo por completo porque se marcharon ¡15 jugadores! Ha habido partidos que íbamos ganando 3-0 y la gente pedía que se marchara de una vez".

A mis compañeros españoles también les ha tratado fatal: "A uno le dejaron sin puerta en el baño para que entrara la lavadora, a otro le tuvieron casi dos meses sin frigorífico… Vivieron un auténtico calvario. Ni jugaban, ni les pagaban. Aceptaron irse sin cobrar porque el presidente les amenazó con entrenarse en solitario sin poder ir ni siquiera al gimnasio y con no darles el transfer".

"Unos ‘tipos’ que me querían ayudar me dicen que me vaya de la ciudad que corro peligro porque Evangelos me quiere cortar los huevos…"
 
El ‘vía crucis’ de Perico arranca tras el parón navideño: "Yo me quería marchar porque tenía ofertas y me dicen que no puedo irme y que me van a poner una cláusula para que no pueda jugar en ningún otro equipo griego. La afición me insistió para que me quedara y terminé accediendo porque el cariño que me han demostrado es brutal. Tengo el Facebook repleto de mensajes de ánimo, centenares de mensajes pidiéndome que me quede".

"En febrero me presentan un papel de la FIFA con los huecos en blanco para certificar que estoy conforme con lo que he cobrado. Yo no lo firmo, si lo hubiera hecho habría perdido todo, y empiezan los problemas: me encierran en la tienda del club para presionarme, me empiezo a caer de las convocatorias, llaman a mi casa a la 1.00 de la mañana y me asomo a la mirilla y no hay nadie, sólo escucho a unos tipos amenazarme en griego que salen corriendo escaleras abajo.

Al día siguiente me topo con unos ‘tipos’ que me querían ayudar y me dicen que me vaya de la ciudad porque corro peligro en ella… Lo que querían es que me fuera, pero para denunciarme por incumplimiento de contrato. Vivía con miedo y no me podía fiar de nadie. Nada más llegar a casa echaba la llave. Además, tenía dos amigos que se quedaban a dormir conmigo porque tenía miedo que volvieran a llamar a mi puerta a las dos de la madrugada".

La gota que colmó el vaso llegó el primer fin de semana de Marzo: "El presidente me citó en sus oficinas y decidí ir con una traductora para que no se rieran más de mí. El presidente le prohibió la entrada y empezó a llamarla puta y a decirle que se acostaba conmigo, que por eso no rendía en los terrenos de juego.

 Decidimos irnos y entonces fue cuando el presidente salió, me agarró por el cuello, me pegó dos porrazos, me metió en su despacho y me puso contra la mesa. A mí me cogió totalmente desprevenido, era lo último que me podía imaginar, que ese puto loco tratara de estrangularme. Cuando vio que la traductora llamaba a la Policía, me soltó, abrió la puerta y salí corriendo".

La suerte de Perico cambió el pasado martes con una llamada a la AFE griega. "No se podían creer lo que he vivido. Me dijeron que me fuera corriendo para Atenas con la demanda policial, el examen médico y todas las pruebas que tengo en forma de grabaciones. Debo decir que se han portado de fábula en Atenas y, tras una videoconferencia con la AFE española, hemos redactado la denuncia.

Eso sí, cuando han visto el contrato, se han echado las manos a la cabeza: está todo lleno de trampas para que no puedas reclamar, se han aprovechado de mi inocencia, de mi falta de conocimientos en temas contractuales". Ya solo resta que se celebre el juicio.

 "El presidente, Evangelos, va a defender que yo no iba a entrenar y que soy un borracho. Otra mentira más. Hace una semana hubo un test de resistencia que aún está colgado en el tablón de la ciudad deportiva y saqué la máxima puntuación".

Perico aterrizó ayer en Málaga a la espera de que un juez le conceda la razón: "No sé cuánto me tienen que pagar. En Segunda B, jugando en Tarragona o en el Cádiz hubiera ganado más dinero. Salí para progresar, con vistas a poder jugar en la Super Liga Griega. A estas alturas de la película si logro cobrar algo me doy con un canto en los dientes, pero me conformo con poder seguir jugando al fútbol". Su paso por el Tártaro parece por fortuna cosa del pasado.

Probablemente Perico tenga que cambiar de equipo varias veces más en su carrera deportiva, pero lo que es seguro es que ya no volverá más a vestir la camisola del Larissa, y mucho menos si Evangelos sigue estrujando los cuellos de sus jugadores cada vez que se despierta con el ceño fruncido.


jueves, 12 de marzo de 2015

La inquietante maldición que acecha al C.B. Valladolid.

Hay equipos que están marcados por la tragedia, ya sea por un accidente  aéreo en donde mueren la mayoría de los jugadores, por una situación económica que lleva a la desaparición o al descenso de varias categorías o por último como consecuencia de una serie de hechos aparentemente sin relación alguna(aquí se lleva el primer premio el C.B. Valladolid).

En el primer caso se encuentran clubes tan prestigiosos como el Manchester United, el Torino o el Alianza Lima que en la década de los setenta(la màs siniestra de la aeronáutica sin duda alguna) sufrieron accidentes aéreos que estuvieron a punto de hacer desaparecer a tan legendarias instituciones balompédicas.

En el segundo paquete se encuentran clubes como el Salamanca, el Logroñés, el Mérida o el Extremadura que gastaron más de lo que podían durante los años noventa hasta endeudarse de tal manera que se vieron avocados a la desaparición. Actualmente en sus ciudades existen otros equipos que bajo  otras siglas  compiten en tercera división o en segunda b. Sus estadios lucen vacíos domingo tras domingo y sus jugadores son amateurs, panorama muy diferente al que ofrecían jugadores tan emblemáticos como Salenko, Vellisca, Pauleta, Canabal, Pineda, Dimitrillevic o el Mono Burgos cuando se enfundaban las elástica de sus respectivos equipos para orgullo de sus  hinchas, muy lejos quedan esos tiempos.

En el tercer grupo se hayan clubes como el Real Oviedo y el C.B Valladolid, más conocido como Fórum Valladolid.

El Oviedo comenzó a acaparar portadas de periódicos deportivos con la extraña muerte de su mejor futbolista en 2000, concretamente en Julio de ese año, Peter Dubowski se encontraba en un recóndito paraje de Tailandia disfrutando de un merecido descanso después de su mejor temporada como profesional ( terminó como máximo anotador de la escuadra ovetense).

Se hallaba en lo alto de una catarata cuando se precipitó al vacío desde lo más alto de la misma. Todavía hoy continua sin esclarecerse el motivo de su caída. Lo que comentaron sus tres acompañantes es que se acercó mucho a la catarata para hacerse una foto y se precipitó al vacío de manera fortuita, eso declararon  su novia, Aurelia, su hermano y su cuñada.

Pero se barajaron otras hipótesis algo descabelladas, primero que fue empujado por uno de sus acompañantes, ya fuese para gastarle una broma que acabó mal o con intención de herirle. Luego se dijo que Peter se quiso suicidar por un desencuentro amoroso o porque su carrera estaba llegando a su ocaso y se sentía decepcionado por no haber podido triunfar en el Real Madrid.

Sea como fuere, lo único cierto es que aquel ominoso día sufriría la caída desde una altura de unos veinte metros. Dubovsky perdió mucha sangre antes de poder ser atendido, ya que el lugar donde cayó era de muy difícil acceso.

Tardó mucho en ser atendido, una vez en el hospital de Surat Thani, el doctor Choomchoke, le diagnosticó hemorragia cerebral, además de rotura de pelvis y varias costillas. Las horas transcurridas desde el accidente hasta su ingreso hicieron imposible su recuperación.

Años después varios jugadores de la escuadra ovetense sufrieron infortunios muy extraños desde lesiones inverosímiles que lastraron sus carreras, caso de Ivan Ania, Geni o Losada, hasta accidentes de tráfico que acabaron con la vida de varios jugadores, como el canterano Carlos G.

Luego llegó la temible ley concursal tras la quiebra económica y el club lleva quince años deambulando entre la tercera y la segunda b. Para colmo de males la única estrella que ha sacado el club en la última década se lesionó del tobillo en enero de 2014 y 13 meses después sigue sin apenas jugar partidos.

La maldición que acecha al Real Oviedo no se queda únicamente en Oviedo, sino que se extiende a los pocos jugadores que han podido triunfar en el equipo carbayón, es el caso de Miguel Pérez Cuesta, más conocido como Michu, tras triunfar en el Rayo Vallecano y en el Swansea llegó a debutar con la selección. Dos meses después  llegó la citada lesión que no parecía revestir gravedad alguna y sin embargo desde entonces no ha podido completar un partido entero.

Pero más esperpéntico si cabe son los males que acechan al equipo pucelano de baloncesto, el célebre Fórum Valladolid.

La "década negra" en el Club Baloncesto Valladolid es conocida por casos como el sufrido el año pasado, cuando fue asesinado en Estados Unidos el  exjugador del equipo Matt White, a manos de su esposa (natural de Valladolid).
No hace mucho han fallecido exjugadores jóvenes por enfermedad como los casos de Mike Schlegel, Siso Simón o Dyron Nix u otros más veteranos, como José Ángel Martín de Francisco. Otro exjugador del equipo vallisoletano, Carlos Montes, murió hace unos meses en un accidente de tráfico.

En el presente tampoco hay noticias de color "rosa". La plantilla lleva meses sin cobrar y el entrenador, Porfirio Fisac, ha llegado a decir en rueda de prensa que ha mandado a casa a algún jugador porque le veía "mal físicamente" y "desnutrido".

Sin embargo, de todo este catálogo de malas noticias, la desaparición de Lalo García  ha sido la de mayor impacto mediático. Ha golpeado de lleno el corazón de la sociedad vallisoletana. No en vano Lalo García era, y es, un emblema de Valladolid. Tiene un pabellón que lleva su nombre y su número es el único que el club ha retirado en toda su historia.

El número cinco lo lució Lalo desde su debut en 1988 de la mano del veterano técnico Pepe Laso (padre de Pablo Laso). Debutó junto al base brasileño Alexander Bento, quien ahora reside en Río de Janeiro y que también era uno de sus mejores amigos.

"Me enteré por Paco García (entrenador vallisoletano del Mogi das Cruzes). Fue el pasado viernes y desde entonces estoy en contacto con su familia. Yo estuve con él en enero y le vi mucho más animado con su último trabajo" precisó a los medios.
"Estoy bastante preocupado, fueron siete intensos años jugando juntos, pero yo tengo esperanzas y muchísima fe que él va volver con nosotros".

Dicen que "amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la respuesta". Y Lalo García tenía muchos de esos amigos, amigos que le han escuchado, que le han ayudado y que, incluso le han regañado. Una persona con tantos amigos de los buenos tiene en su haber un arma poderosa para combatir una mala racha personal.

Lalo García desapareció hace una semana y continúa sin haber indicios para resolver este caso que viene a completar una secuencia de informaciones, casi de "crónica negra", que en los últimos tiempos afectan, de un modo u otro, al CB Valladolid.

Según han informado hoy  fuentes de la Subdelegación de Gobierno, la Guardia Civil seguirá colaborando y empezó en ello porque el exjugador reside en  la provincia, aunque el caso se pone también ahora en manos de la Policía Nacional al conocerse que la pista de Lalo se perdió en la cafetería Carex, al sur de Valladolid.

Era la noche del pasado miércoles, sobre las 22.00 horas. Al marcharse, el dueño del local le dijo adiós y él no respondió.
Al día siguiente, fue la madre de Lalo García (Montse) quien denunció la desaparición porque no sabía nada de él desde las 20.00 horas del martes. Explicó a la Policía que había comido con él y sus dos hijos el domingo y que habló por teléfono el lunes y el martes pero, a partir de ahí, pierde su rastro.

"Por ahora, la investigación de la desaparición del exjugador de baloncesto sigue sin avances, la Policía Nacional ha entrado en ella pero la Guardia Civil seguirá colaborando con sus medios, buzos incluidos", han asegurado fuentes de la Subdelegación, quienes han señalado que el hecho de buscar primero en el río obedece a "un protocolo" para estos casos.

Gonzalo García Tellez, Lalo García, es uno de los personajes más conocidos de Valladolid. Trabajaba en el Departamento de Seguros de El Corte Inglés en los últimos tiempos, tras haberlo hecho en varias empresas después de que saltara, en mayo de 2006, el caso Fórum-Afinsa. Ése puede ser uno de los puntos de inflexión en toda esta historia.

Con el caso de estafa que afectó a la empresa Fórum Filatélico Financiero, Lalo, que era gestor y captador de clientes de la compañía, perdió buena parte de sus ahorros y también los de su familia y amigos. Aquella estafa  arruinó a muchas familias en España, de la misma manera que las células de la avaricia, Herbalife o Four Life están arruinando a miles de personas en países  como Chile y Perú.

Muchos personas llegaron a comprar sellos por valor de 100.000 euros al ser convencidos que duplicarían su valor en cuestión de un año. Meses después esos sellos no valían ni cuatro euros, arruinando a familias y conduciendo al suicidio de muchos. Precisamente el suicidio podría haber sido la causa de la desaparición de Lalo, o tal vez el ajuste de cuentas de uno de los estafados a quien Lalo no pudo o no quiso devolver el dinero.

El día de la intervención policial de la empresa, puestos al habla con Lalo, que estaba orgulloso de haber duplicado la cartera de clientes de su padre (también jugador de baloncesto y ya fallecido), juró no saber "absolutamente nada" de la trama.

Tras dejar Fórum Filatélico ese mes de mayo de 2006, Lalo García entró en el club como director deportivo y en esa etapa tuvo que tomar la decisión de prescindir de uno de sus mejores amigos, el entrenador Gustavo Aranzana para poner en su lugar a Chechu Mulero.
Aranzana, ahora entrenador en Venezuela, ha relatado que la mala racha del jugador duraba ya "mucho tiempo" y que pese a que muchos amigos se habían ofrecido a ayudarle, Lalo "no conseguía salir de su agujero". Debía mucho dinero, mucho más de lo que podría ganar trabajando en su nuevo puesto.

Y es que sus amigos no saben nada y muchos de ellos, como el exinternacional Mike Hansen, que fue compañero y cuñado de Lalo, ha dicho que solamente reza esperando "volver a verle pronto".
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Lalo defendiendo a Toñín Llorente durante la temporada 1997-98. Foto: César Minguela. Lalo defendiendo a Toñín Llorente durante la temporada 1997-98. Foto: César Minguela.

La noticia de la desaparición de Lalo completa una "década negra" en el Club Baloncesto Valladolid. Así por ejemplo, el año pasado fue asesinado en Estados Unidos el también exjugador del equipo Matt White, a manos de su esposa (natural de Valladolid).
No hace mucho han fallecido exjugadores jóvenes por enfermedad como los casos de Mike Schlegel, Siso Simón o Dyron Nix u otros más veteranos, como José Ángel Martín de Francisco. Otro exjugador del equipo vallisoletano, Carlos Montes, murió hace unos meses en un accidente de tráfico.
En el presente tampoco hay noticias de color "rosa". La plantilla lleva meses sin cobrar y el entrenador, Porfirio Fisac, ha llegado a decir en rueda de prensa que ha mandado a casa a algún jugador porque le veía "mal físicamente" y "desnutrido".
Sin embargo, de todo este catálogo de malas noticias, la desaparición de Lalo ha sido la de mayor impacto mediático. Ha golpeado de lleno el corazón de la sociedad vallisoletana. No en vano Lalo García era, y es, un emblema de Valladolid. Tiene un pabellón que lleva su nombre y su número es el único que el club ha retirado en toda su historia.
El número cinco lo lució Lalo desde su debut en 1988 de la mano del veterano técnico Pepe Laso (padre de Pablo Laso). Debutó junto al base brasileño Alexander Bento, quien ahora reside en Río de Janeiro y que también era uno de sus mejores amigos.
"Me enteré por Paco García (entrenador vallisoletano del Mogi das Cruzes). Fue el pasado viernes y desde entonces estoy en contacto con Mike (Hansen). Yo estuve con él en enero y le vi mucho más animado con su último trabajo", ha precisado Bento en conversación telefónica con Efe.
"Estoy bastante preocupado, fueron siete intensos años jugando juntos, pero yo tengo esperanzas y muchísima fe que él va volver con nosotros", ha agregado.
Dicen que "amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la respuesta". Y Lalo García tenía muchos de esos amigos, amigos que le han escuchado, que le han ayudado y que, incluso le han regañado. Una persona con tantos amigos de los buenos tiene en su haber un arma poderosa para combatir una mala racha personal. No ha sido suficiente.


Leer más: ACB Liga Endesa: Sigue el misterio en torno a la desaparición de Lalo García - MARCA.com
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