En el primer caso se encuentran clubes tan prestigiosos como el Manchester United, el Torino o el Alianza Lima que en la década de los setenta(la màs siniestra de la aeronáutica sin duda alguna) sufrieron accidentes aéreos que estuvieron a punto de hacer desaparecer a tan legendarias instituciones balompédicas.
En el segundo paquete se encuentran clubes como el Salamanca, el Logroñés, el Mérida o el Extremadura que gastaron más de lo que podían durante los años noventa hasta endeudarse de tal manera que se vieron avocados a la desaparición. Actualmente en sus ciudades existen otros equipos que bajo otras siglas compiten en tercera división o en segunda b. Sus estadios lucen vacíos domingo tras domingo y sus jugadores son amateurs, panorama muy diferente al que ofrecían jugadores tan emblemáticos como Salenko, Vellisca, Pauleta, Canabal, Pineda, Dimitrillevic o el Mono Burgos cuando se enfundaban las elástica de sus respectivos equipos para orgullo de sus hinchas, muy lejos quedan esos tiempos.
En el tercer grupo se hayan clubes como el Real Oviedo y el C.B Valladolid, más conocido como Fórum Valladolid.
El Oviedo comenzó a acaparar portadas de periódicos deportivos con la extraña muerte de su mejor futbolista en 2000, concretamente en Julio de ese año, Peter Dubowski se encontraba en un recóndito paraje de Tailandia disfrutando de un merecido descanso después de su mejor temporada como profesional ( terminó como máximo anotador de la escuadra ovetense).
Se hallaba en lo alto de una catarata cuando se precipitó al vacío desde lo más alto de la misma. Todavía hoy continua sin esclarecerse el motivo de su caída. Lo que comentaron sus tres acompañantes es que se acercó mucho a la catarata para hacerse una foto y se precipitó al vacío de manera fortuita, eso declararon su novia, Aurelia, su hermano y su cuñada.
Pero se barajaron otras hipótesis algo descabelladas, primero que fue empujado por uno de sus acompañantes, ya fuese para gastarle una broma que acabó mal o con intención de herirle. Luego se dijo que Peter se quiso suicidar por un desencuentro amoroso o porque su carrera estaba llegando a su ocaso y se sentía decepcionado por no haber podido triunfar en el Real Madrid.
Sea como fuere, lo único cierto es que aquel ominoso día sufriría la caída desde una altura de unos veinte metros. Dubovsky perdió mucha sangre antes de poder ser atendido, ya que el lugar donde cayó era de muy difícil acceso.
Tardó mucho en ser atendido, una vez en el hospital de Surat Thani, el doctor Choomchoke, le diagnosticó hemorragia cerebral, además de rotura de pelvis y varias costillas. Las horas transcurridas desde el accidente hasta su ingreso hicieron imposible su recuperación.
Años después varios jugadores de la escuadra ovetense sufrieron infortunios muy extraños desde lesiones inverosímiles que lastraron sus carreras, caso de Ivan Ania, Geni o Losada, hasta accidentes de tráfico que acabaron con la vida de varios jugadores, como el canterano Carlos G.
Luego llegó la temible ley concursal tras la quiebra económica y el club lleva quince años deambulando entre la tercera y la segunda b. Para colmo de males la única estrella que ha sacado el club en la última década se lesionó del tobillo en enero de 2014 y 13 meses después sigue sin apenas jugar partidos.
La maldición que acecha al Real Oviedo no se queda únicamente en Oviedo, sino que se extiende a los pocos jugadores que han podido triunfar en el equipo carbayón, es el caso de Miguel Pérez Cuesta, más conocido como Michu, tras triunfar en el Rayo Vallecano y en el Swansea llegó a debutar con la selección. Dos meses después llegó la citada lesión que no parecía revestir gravedad alguna y sin embargo desde entonces no ha podido completar un partido entero.
Pero más esperpéntico si cabe son los males que acechan al equipo pucelano de baloncesto, el célebre Fórum Valladolid.
La "década negra" en el Club Baloncesto Valladolid es conocida por casos como el sufrido el año pasado, cuando fue asesinado en Estados Unidos el exjugador del equipo Matt White, a manos de su esposa (natural de Valladolid).
No hace mucho han fallecido exjugadores jóvenes por enfermedad como los casos de Mike Schlegel, Siso Simón o Dyron Nix u otros más veteranos, como José Ángel Martín de Francisco. Otro exjugador del equipo vallisoletano, Carlos Montes, murió hace unos meses en un accidente de tráfico.
En el presente tampoco hay noticias de color "rosa". La plantilla lleva meses sin cobrar y el entrenador, Porfirio Fisac, ha llegado a decir en rueda de prensa que ha mandado a casa a algún jugador porque le veía "mal físicamente" y "desnutrido".
Sin embargo, de todo este catálogo de malas noticias, la desaparición de Lalo García ha sido la de mayor impacto mediático. Ha golpeado de lleno el corazón de la sociedad vallisoletana. No en vano Lalo García era, y es, un emblema de Valladolid. Tiene un pabellón que lleva su nombre y su número es el único que el club ha retirado en toda su historia.
El número cinco lo lució Lalo desde su debut en 1988 de la mano del veterano técnico Pepe Laso (padre de Pablo Laso). Debutó junto al base brasileño Alexander Bento, quien ahora reside en Río de Janeiro y que también era uno de sus mejores amigos.
"Me enteré por Paco García (entrenador vallisoletano del Mogi das Cruzes). Fue el pasado viernes y desde entonces estoy en contacto con su familia. Yo estuve con él en enero y le vi mucho más animado con su último trabajo" precisó a los medios.
"Estoy bastante preocupado, fueron siete intensos años jugando juntos, pero yo tengo esperanzas y muchísima fe que él va volver con nosotros".
Dicen que "amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la respuesta". Y Lalo García tenía muchos de esos amigos, amigos que le han escuchado, que le han ayudado y que, incluso le han regañado. Una persona con tantos amigos de los buenos tiene en su haber un arma poderosa para combatir una mala racha personal.
Lalo García desapareció hace una semana y continúa sin haber indicios para resolver este caso que viene a completar una secuencia de informaciones, casi de "crónica negra", que en los últimos tiempos afectan, de un modo u otro, al CB Valladolid.
Según han informado hoy fuentes de la Subdelegación de Gobierno, la Guardia Civil seguirá colaborando y empezó en ello porque el exjugador reside en la provincia, aunque el caso se pone también ahora en manos de la Policía Nacional al conocerse que la pista de Lalo se perdió en la cafetería Carex, al sur de Valladolid.
Era la noche del pasado miércoles, sobre las 22.00 horas. Al marcharse, el dueño del local le dijo adiós y él no respondió.
Al día siguiente, fue la madre de Lalo García (Montse) quien denunció la desaparición porque no sabía nada de él desde las 20.00 horas del martes. Explicó a la Policía que había comido con él y sus dos hijos el domingo y que habló por teléfono el lunes y el martes pero, a partir de ahí, pierde su rastro.
"Por ahora, la investigación de la desaparición del exjugador de baloncesto sigue sin avances, la Policía Nacional ha entrado en ella pero la Guardia Civil seguirá colaborando con sus medios, buzos incluidos", han asegurado fuentes de la Subdelegación, quienes han señalado que el hecho de buscar primero en el río obedece a "un protocolo" para estos casos.
Gonzalo García Tellez, Lalo García, es uno de los personajes más conocidos de Valladolid. Trabajaba en el Departamento de Seguros de El Corte Inglés en los últimos tiempos, tras haberlo hecho en varias empresas después de que saltara, en mayo de 2006, el caso Fórum-Afinsa. Ése puede ser uno de los puntos de inflexión en toda esta historia.
Con el caso de estafa que afectó a la empresa Fórum Filatélico Financiero, Lalo, que era gestor y captador de clientes de la compañía, perdió buena parte de sus ahorros y también los de su familia y amigos. Aquella estafa arruinó a muchas familias en España, de la misma manera que las células de la avaricia, Herbalife o Four Life están arruinando a miles de personas en países como Chile y Perú.
Muchos personas llegaron a comprar sellos por valor de 100.000 euros al ser convencidos que duplicarían su valor en cuestión de un año. Meses después esos sellos no valían ni cuatro euros, arruinando a familias y conduciendo al suicidio de muchos. Precisamente el suicidio podría haber sido la causa de la desaparición de Lalo, o tal vez el ajuste de cuentas de uno de los estafados a quien Lalo no pudo o no quiso devolver el dinero.
El día de la intervención policial de la empresa, puestos al habla con Lalo, que estaba orgulloso de haber duplicado la cartera de clientes de su padre (también jugador de baloncesto y ya fallecido), juró no saber "absolutamente nada" de la trama.
Tras dejar Fórum Filatélico ese mes de mayo de 2006, Lalo García entró en el club como director deportivo y en esa etapa tuvo que tomar la decisión de prescindir de uno de sus mejores amigos, el entrenador Gustavo Aranzana para poner en su lugar a Chechu Mulero.
Aranzana, ahora entrenador en Venezuela, ha relatado que la mala racha del jugador duraba ya "mucho tiempo" y que pese a que muchos amigos se habían ofrecido a ayudarle, Lalo "no conseguía salir de su agujero". Debía mucho dinero, mucho más de lo que podría ganar trabajando en su nuevo puesto.
Y es que sus amigos no saben nada y muchos de ellos, como el exinternacional Mike Hansen, que fue compañero y cuñado de Lalo, ha dicho que solamente reza esperando "volver a verle pronto".
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Según han informado hoy fuentes de la Subdelegación de Gobierno, la Guardia Civil seguirá colaborando y empezó en ello porque el exjugador reside en la provincia, aunque el caso se pone también ahora en manos de la Policía Nacional al conocerse que la pista de Lalo se perdió en la cafetería Carex, al sur de Valladolid.
Era la noche del pasado miércoles, sobre las 22.00 horas. Al marcharse, el dueño del local le dijo adiós y él no respondió.
Al día siguiente, fue la madre de Lalo García (Montse) quien denunció la desaparición porque no sabía nada de él desde las 20.00 horas del martes. Explicó a la Policía que había comido con él y sus dos hijos el domingo y que habló por teléfono el lunes y el martes pero, a partir de ahí, pierde su rastro.
"Por ahora, la investigación de la desaparición del exjugador de baloncesto sigue sin avances, la Policía Nacional ha entrado en ella pero la Guardia Civil seguirá colaborando con sus medios, buzos incluidos", han asegurado fuentes de la Subdelegación, quienes han señalado que el hecho de buscar primero en el río obedece a "un protocolo" para estos casos.
Gonzalo García Tellez, Lalo García, es uno de los personajes más conocidos de Valladolid. Trabajaba en el Departamento de Seguros de El Corte Inglés en los últimos tiempos, tras haberlo hecho en varias empresas después de que saltara, en mayo de 2006, el caso Fórum-Afinsa. Ése puede ser uno de los puntos de inflexión en toda esta historia.
Con el caso de estafa que afectó a la empresa Fórum Filatélico Financiero, Lalo, que era gestor y captador de clientes de la compañía, perdió buena parte de sus ahorros y también los de su familia y amigos. Aquella estafa arruinó a muchas familias en España, de la misma manera que las células de la avaricia, Herbalife o Four Life están arruinando a miles de personas en países como Chile y Perú.
Muchos personas llegaron a comprar sellos por valor de 100.000 euros al ser convencidos que duplicarían su valor en cuestión de un año. Meses después esos sellos no valían ni cuatro euros, arruinando a familias y conduciendo al suicidio de muchos. Precisamente el suicidio podría haber sido la causa de la desaparición de Lalo, o tal vez el ajuste de cuentas de uno de los estafados a quien Lalo no pudo o no quiso devolver el dinero.
El día de la intervención policial de la empresa, puestos al habla con Lalo, que estaba orgulloso de haber duplicado la cartera de clientes de su padre (también jugador de baloncesto y ya fallecido), juró no saber "absolutamente nada" de la trama.
Tras dejar Fórum Filatélico ese mes de mayo de 2006, Lalo García entró en el club como director deportivo y en esa etapa tuvo que tomar la decisión de prescindir de uno de sus mejores amigos, el entrenador Gustavo Aranzana para poner en su lugar a Chechu Mulero.
Aranzana, ahora entrenador en Venezuela, ha relatado que la mala racha del jugador duraba ya "mucho tiempo" y que pese a que muchos amigos se habían ofrecido a ayudarle, Lalo "no conseguía salir de su agujero". Debía mucho dinero, mucho más de lo que podría ganar trabajando en su nuevo puesto.
Y es que sus amigos no saben nada y muchos de ellos, como el exinternacional Mike Hansen, que fue compañero y cuñado de Lalo, ha dicho que solamente reza esperando "volver a verle pronto".
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Lalo defendiendo a Toñín Llorente durante la temporada 1997-98. Foto: César Minguela.
La noticia de la desaparición de Lalo completa una "década negra" en el Club Baloncesto Valladolid. Así por ejemplo, el año pasado fue asesinado en Estados Unidos el también exjugador del equipo Matt White, a manos de su esposa (natural de Valladolid).
No hace mucho han fallecido exjugadores jóvenes por enfermedad como los casos de Mike Schlegel, Siso Simón o Dyron Nix u otros más veteranos, como José Ángel Martín de Francisco. Otro exjugador del equipo vallisoletano, Carlos Montes, murió hace unos meses en un accidente de tráfico.
En el presente tampoco hay noticias de color "rosa". La plantilla lleva meses sin cobrar y el entrenador, Porfirio Fisac, ha llegado a decir en rueda de prensa que ha mandado a casa a algún jugador porque le veía "mal físicamente" y "desnutrido".
Sin embargo, de todo este catálogo de malas noticias, la desaparición de Lalo ha sido la de mayor impacto mediático. Ha golpeado de lleno el corazón de la sociedad vallisoletana. No en vano Lalo García era, y es, un emblema de Valladolid. Tiene un pabellón que lleva su nombre y su número es el único que el club ha retirado en toda su historia.
El número cinco lo lució Lalo desde su debut en 1988 de la mano del veterano técnico Pepe Laso (padre de Pablo Laso). Debutó junto al base brasileño Alexander Bento, quien ahora reside en Río de Janeiro y que también era uno de sus mejores amigos.
"Me enteré por Paco García (entrenador vallisoletano del Mogi das Cruzes). Fue el pasado viernes y desde entonces estoy en contacto con Mike (Hansen). Yo estuve con él en enero y le vi mucho más animado con su último trabajo", ha precisado Bento en conversación telefónica con Efe.
"Estoy bastante preocupado, fueron siete intensos años jugando juntos, pero yo tengo esperanzas y muchísima fe que él va volver con nosotros", ha agregado.
Dicen que "amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la respuesta". Y Lalo García tenía muchos de esos amigos, amigos que le han escuchado, que le han ayudado y que, incluso le han regañado. Una persona con tantos amigos de los buenos tiene en su haber un arma poderosa para combatir una mala racha personal. No ha sido suficiente.
Leer más: ACB Liga Endesa: Sigue el misterio en torno a la desaparición de Lalo García - MARCA.com
No hace mucho han fallecido exjugadores jóvenes por enfermedad como los casos de Mike Schlegel, Siso Simón o Dyron Nix u otros más veteranos, como José Ángel Martín de Francisco. Otro exjugador del equipo vallisoletano, Carlos Montes, murió hace unos meses en un accidente de tráfico.
En el presente tampoco hay noticias de color "rosa". La plantilla lleva meses sin cobrar y el entrenador, Porfirio Fisac, ha llegado a decir en rueda de prensa que ha mandado a casa a algún jugador porque le veía "mal físicamente" y "desnutrido".
Sin embargo, de todo este catálogo de malas noticias, la desaparición de Lalo ha sido la de mayor impacto mediático. Ha golpeado de lleno el corazón de la sociedad vallisoletana. No en vano Lalo García era, y es, un emblema de Valladolid. Tiene un pabellón que lleva su nombre y su número es el único que el club ha retirado en toda su historia.
El número cinco lo lució Lalo desde su debut en 1988 de la mano del veterano técnico Pepe Laso (padre de Pablo Laso). Debutó junto al base brasileño Alexander Bento, quien ahora reside en Río de Janeiro y que también era uno de sus mejores amigos.
"Me enteré por Paco García (entrenador vallisoletano del Mogi das Cruzes). Fue el pasado viernes y desde entonces estoy en contacto con Mike (Hansen). Yo estuve con él en enero y le vi mucho más animado con su último trabajo", ha precisado Bento en conversación telefónica con Efe.
"Estoy bastante preocupado, fueron siete intensos años jugando juntos, pero yo tengo esperanzas y muchísima fe que él va volver con nosotros", ha agregado.
Dicen que "amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la respuesta". Y Lalo García tenía muchos de esos amigos, amigos que le han escuchado, que le han ayudado y que, incluso le han regañado. Una persona con tantos amigos de los buenos tiene en su haber un arma poderosa para combatir una mala racha personal. No ha sido suficiente.
Leer más: ACB Liga Endesa: Sigue el misterio en torno a la desaparición de Lalo García - MARCA.com
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