viernes, 3 de febrero de 2017

Zozulya un futbolista neo nazi jugando en España.

Zozulya se siente indignado porque no le dejan jugar en el Rayo Vallecano, pero cuando le preguntan por sus vínculos con Svoboda se pone serio y lo niega todo. Conforme van pasando las horas se incrementan el número de pruebas contra él.

No hay peor cosa que un fascista violento y racista, que encima es un mentiroso compulsivo. Niega sus vículos con la extrema derecha cuando es sabido que es fundador de la organización paramilitar de extrema derecha Narodna Armiya (Ejército del Pueblo). Este grupo paramilitar opera en Donbass, donde el propio Zozulya combatió militarmente, recibiendo una condecoración por ello. 

Asimismo, Zozulya se declara admirador de Stepán Bandera, colaboracionista nazi que llamó al exterminio de judíos y polacos, y que en la actualidad es uno de los iconos de la extrema derecha ucraniana.

En Ucrania varios medios de comunicación dijeron que "ha empuñado armas, ha donado dinero a batallones fascistas, luce sus símbolos y ha manifestado en numerosas ocasiones su apoyo a la ultra derecha de su país, para quien es un símbolo".

Una persona así no debería jugar en ningún equipo profesional, es un mal ejemplo para todos, sobre todo para los jóvenes. Los futbolistas deberían ser un ejemplo para la sociedad dado que son personajes populares.

 De manera que los que defrauden a la Hacienda y los violentos, especialmente violencia contra las mujeres, al igual que los racistas y xenófobos no deberían tener cabida en el mundo del fútbol y en el deporte en general.

Esta gente es peligrosa y más aún teniendo en cuenta la influencia que tienen. Zozulya ha sido respaldado por los jugadores del Betis y por tenistas filo fascistas como Sthakowsky.

Pero que decir del Betis, equipo que defiende a sus ultras neo nazis que se pelean con las aficiones rivales y quienes insultaban a la novia de Ruben Castro, jugador bético que según la prensa agredió a su novia en múltiples ocasiones.

Un fascista no puede presidir la LFP.

Un sujeto que fue delegado provincial del partido de extrema derecha Fuerza Nueva, un partido racista y xenófobo no puede ser presidente de la Liga de fútbol profesional.

El gordo Tebas nunca ha pedido perdón por su pasado fascista y racista, y sin embargo es presidente de la LFP. Es una vergüenza que se le haya permitido ostentar tan alto cargo a un fascista de tres al cuarto.

Pero en fin, toda persona se puede arrepentir de haber formado parte de una organización racista y tras pedir perdón ostentar un cargo de relevancia, porque perdonar como pedir perdón es de sabios.

Pero el gordo Tebas no sólo no ha pedido perdón por su pasado radical sino que ahora aboga por abrir un expediente al Rayo Vallecano por no fichar a un jugador de extrema derecha que dona dinero a al batallón Azov, grupo para militar neonazi ligado al partido político Svoboda de similar ideología.

El jugador en cuestión se hizo numerosas fotos con para militares de dicho batallón y con políticos de Svoboda. Para quienes duden de la radicalidad de ese partido, mencionar que varios de sus miembros están detrás de la masacre de Odesa, dónde fueron asesinados 42 políticos opositores al gobierno fascista ucraniano de Poroshenko, gobierno surgido tras el golpe de estado de 2014.

Una diputada de Svoboda, Irina Farion, expresó tras la masacre:  "Que los demonios se quemen en el infierno". Centenares de políticos y simpatizantes del partido vertieron comentarios similares en los días posteriores a la matanza.

No tenemos constancia de que el mediocre futbolista al que defiende a capa y espada el gordo Tebas vertiera comentarios ofensivos contra los 42 asesinados por los neonazis en Odesa. Pero está claro que es un radical por sus vínculos con el batallón Azov y con Svoboda.

Por si esto fuera poco, este jugador protagonizó hace 10 meses una brutal pelea en un partido de la copa ucraniana. Comenzó a pegar patadas al árbitro diciéndole que le iba a matar. Una persona así no puede jugar en el Rayo Vallecano ni en ningún equipo español.

Tebas debe rectificar y pedir perdón al Rayo Vallecano, porque este equipo lo único que ha hecho es decidir que un futbolista violento y radical de extrema derecha no puede jugar en su equipo. Y más teniendo en cuenta que la mayoría de los aficionados del club se consideran antifascistas.

Sería de locos dejarle a jugar en el Rayo porque se le hiciera un contrato. Eso fue antes de conocer sus vínculos con los neonazis ucranianos que apoyan al fascista PoroshenKo. Se puede rescindir un contrato cuando posteriormente se conoce un hecho que de haberse conocido hubiera impedido dicha contratación.

Es mezquino decir que la LFP persigue el racismo y la xenofobia en los campos de fútbol cuando se permite jugar a neonazis. Si los aficionados no pueden emitir cánticos ofensivos o racistas, tampoco deberían hacerlo los jugadores. 

Zozulya no ha hecho comentarios racistas, pero al hacerse fotos portando metralletas junto a paramilitares neo nazis dejó muy claro cual es su ideología. Esa ideología es racista y por tanto este tipo de jugadores no tiene cabida en el fútbol profesional.

Que deje el fútbol y se dedique a combatir la democracia apoyando al presidente fascista de la nueva Ucrania, esa que ha sido fabricada a base de odio y rencor, a sangre y fuego. Y sino que se lo digan a los familiares de los 42 opositores asesinados vilmente en Odesa.