martes, 31 de enero de 2017

La masacre de Estambul.

2016 fue un año horrible en cuanto a atentados terroristas se refiere. Entre los peores citar el de la discoteca Pulse en Orlando y el atentado de Niza perpetrado con un camión.
Cuando en la mitad del planeta la gente se preparaba para disfrutar de la fiesta de fin de año Estambul veía interrumpida su fiesta por un brutal atentado en su discoteca más cosmopolita.
Era el colofón a un año horrible para Turquía, multitud de atentados, un golpe de estado que dejó miles de detenciones de políticos, periodistas y estudiantes, y para terminar una masacre que daría la vuelta al mundo.
Los rotativos de todo el mundo se pusieron de acuerdo para poner en portada las imágenes de la barbarie turca. “Masacre deja más de treinta muertos y se busca al asesino”.
La conmoción era general y la indignación aún mayor teniendo en cuenta que el asesino se había escapado caminando entre las víctimas y los sobrevivientes.
Nadie pudo detenerle, ni dentro ni fuera del club. Centenares de personas podrían haberle grabado con su teléfono pero entre el estupor, la oscuridad y el miedo el asesino pudo esconderse en la cocina, dejar sus armas, cambiarse de ropa, y salir como si fuera un sobreviviente más.
Trato de imaginarme a un sujeto que ha matado a 39 personas después de efectuar más de cien disparos huir del lugar como quien no quiere la cosa pero me cuesta creerlo. Sobre todo porque al haber tantos testigos es difícil imaginar que nadie pudiera observar que se escondió en la cocina para poder reducirle en la salida.
Salió del club sin portar armas y sin la ayuda de ningún compañero. Se fue caminando a su casa o a su hotel sin que ningún policía pudiera sospechar que no se trataba de un sobreviviente sino de un asesino.
El caso se asemeja bastante al de la discoteca Pulse de Orlando, aquel día el asesino fue abatido por la policía, pero desgraciadamente murieron más personas, 50 en concreto. Pudo ser peor porque el sicópata se mantuvo en el interior de la discoteca durante tres horas con un gran número de personas, algunas de ellas heridas. Finalmente fue abatido y muchos de los heridos pudieron ser llevados al hospital.
En la masacre de Estambul el hermetismo ha sido mayor. La policía turca no quiso aclarar cuantas armas empleó el asesino ni cuantos disparos se efectuaron. A penas hay comentarios de testigos ni explicaciones de cómo se produjo la masacre.
Tan sólo se sabe que el asesino mató al puerta de la discoteca y que algunos sobrevivientes se tiraron al mar para evitar ser ultimados.
Por fortuna, unas semanas más tarde el asesino fue reducido en una vivienda donde se encontraba escondido. Al parecer vivía en un barrio cercano a la discoteca dónde perpetró la matanza. Vivía junto a una familia musulmana que era conocedora de que estaba protegiendo al asesino más buscado de Turquía.
En este caso no se puede decir que el asesino buscara matar a europeos y católicos, pues la mayoría de las víctimas eran árabes y musulmanes.
A continuación dejo la noticia:
El ataque marca un sangriento inicio de año en Turquía, tras un 2016 en el que el país se vio sacudido por numerosos atentados y un golpe de Estado fallido.
El atacante empezó a disparar a las 01H15 del domingo (17:15 GMT del sábado en Perú) en el famoso y exclusivo club Reina, situado a orillas del Bósforo, donde 700 o 800 personas festejaban el Año Nuevo. 
La televisión NTV afirmó que el atacante había disparado entre 120 y 180 veces durante unos siete minutos sembrando el pánico, lo que hizo que incluso algunas personas se lanzaran a las gélidas aguas del estrecho para escapar a la matanza.
El primer ministro turco Binali Yildirim calificó de "infundadas" las informaciones aparecidas en la prensa según las cuales el asaltante iba disfrazado de Papa Noel, y explicó que el agresor había dejado el arma en el lugar de la masacre y había "aprovechado la anarquía" del momento para huir.
El jefe del gobierno turco no indicó si los investigadores estaban privilegiando alguna hipótesis, pero señaló que las pesquisas estaban siendo "muy minuciosas" para identificar al agresor.
"Las operaciones de búsqueda del terrorista están todavía en curso. Espero que sea capturado rápidamente", declaró el ministro del Interior, Suleyman Soylu.
Según el último balance provisional de las autoridades, 39 personas murieron, de los cuales al menos la mitad eran extranjeras, y 65 resultaron heridas en este ataque que aún no ha sido reivindicado y que el gobierno de momento no ha achacado a ningún grupo en particular.
Entre las víctimas extranjeras habría, según las respectivas autoridades nacionales, al menos un ciudadano belgo-turco, una franco-tunecina, tres jordanos, tres libaneses, una israelí, un kuwaití, tres iraquíes, varios saudíes, un libio, dos indios y dos tunecinos (aunque uno de ellos podría ser la ciudadana franco-tunecina).
También habría al menos cuatro franceses y tres marroquíes más heridos.


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