Tengo que empezar hablando de Gabriel García Márquez por
varios motivos, por las descripciones de Macondo, por sus personajes tales como
Aureliano Buendía, por lo visceral de su escritura, por lo desgarrador de sus
relatos y por la intensidad que le imprimía a sus relatos desde la primera
página hasta la última.
De la mala hora y de Crónicas de una muerte Anunciada me
impresionó el realismo con el que narraba los episodios de violencia que se
producían en Macondo, tan similares a los de la España Negra de Puerto Hurraco.
De El coronel no tiene quien le escriba me cautivó la
ilusión con la que el protagonista se levantaba por las mañanas para alimentar
a su gallo de peleas con la esperanza de que le ayudara a salir de la pobreza a
la que su exigua pensión le condenaba.
De Carlos Ruíz Zafón me quedo con El Príncipe de la Niebla,
relato en el que me sentí intrigado de tal manera que la ficción y el misterio
pasó a ser mi género literario y cinematográfico preferido. Ese libro me
cautivó y por largos años fue mi preferido, por mucho que leyera numerosas
obras de grandes escritores.
Posteriormente me leí La sombra del Viento del mismo autor,
y otra vez volví a experimentar la dulce sensación de leer un relato que me
mantiene en vilo desde las primeras páginas hasta el final.
De Blasco Ibáñez tan sólo me he leído Cañas y Barro y con
esa obra le tengo entre mis grandes literatos. Ambientada en la Albufera de
Valencia, la historia es conmovedora y llena de giros y acontecimientos
inesperados narrados a gran velocidad.
De Herbert George Wells quisiera destacar El Hombre
Invisible, novela de ficción con la que me imaginaba transitar por Worthin,
Brigton, Plymouth y demás localidades británicas como si caminase por la Gran
Vía madrileña.
La máquina del Tiempo y la Guerra de los Mundos son otros
libros de George Wells que recomiendo a todo el mundo, son novelas que nunca
pasan de moda pese al transcurso de los siglos.
El Viaje al centro de la Tierra es una gran obra de Julio
Verne que está entre mis favoritas, el genial escritor francés culminó su mejor
obra introduciendo a sus lectores en un viaje sorprendente e inolvidable en el
que hace gala de sus conocimientos geológicos y matemáticos.
El Secreto de Arthur Gordon Pinn es una novela de intriga de
Edgar Allan Poe que también considero imprescindible para todo ávido lector.
De Isabel Allende son imprescindibles La Isla sobre el Mar,
La Casa de los Espíritus y Ripper. Sabe mantener el suspense en sus obras y
mantener el interés del lector en todo momento aunque quizás peque de ser
demasiado comercial alargando en demasía sus obras, quizás por exigencias de la
editorial.
De Carmen Laforet destacaría Nada, una sencilla pero
interesante novela contada por una joven canaria que emigra a la Barcelona de
los años 20 donde nos cuenta sus dificultades para adaptarse a la ciudad, a su
familia de acogida, a sus amigos y al entorno que la rodea.
De Bayron Rodríguez, una obra a destacar el Perro en Llamas,
novela negra detectivesca que nos conduce hacia personajes alcohólicos que consumen la droga Canival en los sectores
más degradados de la Ciudad de Guatemala.
Julio Mendizábal García fue un escritor guatemalteco que la
palmó cuando tan solo contaba con 33 primaveras. En su fugaz vida le dio tiempo
a escribir la Blasfemia Gótica, a mi juicio la mejor obra literaria escrita en
Guatemala en lo que va de siglo. Es una novela negra cuyo protagonista se
escapa de un psiquiátrico y va cometiendo asesinatos por los diferentes barrios
de la capital, con la manía de guardar una parte del cuerpo de cada una de sus
víctimas en una bolsa del paiz(el supermercado más clásico de Guate). Durante
sus andanzas se topa con los demás protagonistas de la novela que presentan
otro tipo de fobias y enfermedades mentales de lo más estrambóticas.
De Caroline Bongrand destacaría El Niño de Estambul, relato
histórico ambientado principalmente en la ciudad Turca pero en la cual el joven
protagonista inicia un recorrido por el mar Mediterráneo pasando por el sur de
España hasta llegar a Estados Unidos.
Por último quisiera despedirme recordando El Túnel de
Ernesto Sábato, intrigante relato corto de un amor a primera vista obsesivo
rayano lo enfermizo, de un hombre hacia una mujer que se encuentran en una
pinacoteca bonaerense.
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