lunes, 11 de agosto de 2014

Grandes Obras literarias

Tengo que empezar hablando de Gabriel García Márquez por varios motivos, por las descripciones de Macondo, por sus personajes tales como Aureliano Buendía, por lo visceral de su escritura, por lo desgarrador de sus relatos y por la intensidad que le imprimía a sus relatos desde la primera página hasta la última.
De la mala hora y de Crónicas de una muerte Anunciada me impresionó el realismo con el que narraba los episodios de violencia que se producían en Macondo, tan similares a los de la España Negra de Puerto Hurraco.
De El coronel no tiene quien le escriba me cautivó la ilusión con la que el protagonista se levantaba por las mañanas para alimentar a su gallo de peleas con la esperanza de que le ayudara a salir de la pobreza a la que su exigua pensión le condenaba.

De Carlos Ruíz Zafón me quedo con El Príncipe de la Niebla, relato en el que me sentí intrigado de tal manera que la ficción y el misterio pasó a ser mi género literario y cinematográfico preferido. Ese libro me cautivó y por largos años fue mi preferido, por mucho que leyera numerosas obras de grandes escritores.
Posteriormente me leí La sombra del Viento del mismo autor, y otra vez volví a experimentar la dulce sensación de leer un relato que me mantiene en vilo desde las primeras páginas hasta el final.

De Blasco Ibáñez tan sólo me he leído Cañas y Barro y con esa obra le tengo entre mis grandes literatos. Ambientada en la Albufera de Valencia, la historia es conmovedora y llena de giros y acontecimientos inesperados narrados a gran velocidad.

De Herbert George Wells quisiera destacar El Hombre Invisible, novela de ficción con la que me imaginaba transitar por Worthin, Brigton, Plymouth y demás localidades británicas como si caminase por la Gran Vía madrileña.
La máquina del Tiempo y la Guerra de los Mundos son otros libros de George Wells que recomiendo a todo el mundo, son novelas que nunca pasan de moda pese al transcurso de los siglos.
El Viaje al centro de la Tierra es una gran obra de Julio Verne que está entre mis favoritas, el genial escritor francés culminó su mejor obra introduciendo a sus lectores en un viaje sorprendente e inolvidable en el que hace gala de sus conocimientos geológicos y matemáticos.

El Secreto de Arthur Gordon Pinn es una novela de intriga de Edgar Allan Poe que también considero imprescindible para todo ávido lector.

De Isabel Allende son imprescindibles La Isla sobre el Mar, La Casa de los Espíritus y Ripper. Sabe mantener el suspense en sus obras y mantener el interés del lector en todo momento aunque quizás peque de ser demasiado comercial alargando en demasía sus obras, quizás por exigencias de la editorial.

De Carmen Laforet destacaría Nada, una sencilla pero interesante novela contada por una joven canaria que emigra a la Barcelona de los años 20 donde nos cuenta sus dificultades para adaptarse a la ciudad, a su familia de acogida, a sus amigos y al entorno que la rodea.

De Bayron Rodríguez, una obra a destacar el Perro en Llamas, novela negra detectivesca que nos conduce hacia personajes alcohólicos  que consumen la droga Canival en los sectores más degradados de la Ciudad de Guatemala.

Julio Mendizábal García fue un escritor guatemalteco que la palmó cuando tan solo contaba con 33 primaveras. En su fugaz vida le dio tiempo a escribir la Blasfemia Gótica, a mi juicio la mejor obra literaria escrita en Guatemala en lo que va de siglo. Es una novela negra cuyo protagonista se escapa de un psiquiátrico y va cometiendo asesinatos por los diferentes barrios de la capital, con la manía de guardar una parte del cuerpo de cada una de sus víctimas en una bolsa del paiz(el supermercado más clásico de Guate). Durante sus andanzas se topa con los demás protagonistas de la novela que presentan otro tipo de fobias y enfermedades mentales de lo más estrambóticas.

De Caroline Bongrand destacaría El Niño de Estambul, relato histórico ambientado principalmente en la ciudad Turca pero en la cual el joven protagonista inicia un recorrido por el mar Mediterráneo pasando por el sur de España hasta llegar a Estados Unidos.


Por último quisiera despedirme recordando El Túnel de Ernesto Sábato, intrigante relato corto de un amor a primera vista obsesivo rayano lo enfermizo, de un hombre hacia una mujer que se encuentran en una pinacoteca bonaerense.

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