miércoles, 25 de mayo de 2016

Neonazis queman centros de refugiados en Alemania.


El problema de la inmigración en Alemania alcanza sus máximas cotas. Hasta hace pocos años la llegada de inmigrantes sin papeles  y de refugiados a costas europeas les era un problema ajeno.

Desde el conflicto armado en Siria se ha convertido en un problema enorme, ya no pueden mirar para otro lado como cuando el marrón se lo comían España e Italia. Ahora la patata caliente le toca a Merkel , y se aprecia con nitidez que su gobierno no está preparado para lidiar con un problema tan grande.

Nunca quisieron apoyar a España e Italia con la acogida de inmigrantes sin papeles, nunca hablaron de cupos en función de la población de cada país de la Unión. Apenas hablaban del tema, entendiendo que era un problema interno que sólo les incumbía a los países del sur , y por tanto eran ellos quienes debían resolverlo.

Ahora piden ayuda y hablan de que todos los países de la Unión deben acoger inmigrantes sin papeles y dar asilo a refugiados en función a sus posibilidades económicas. Me parece bien la idea pero me parece mezquino que sólo se tenga esta idea cuando se colapsa su gobierno a consecuencia del problema. Mientras el problema les era ajeno no prestaban ayuda, ahora la piden.

Esto me recuerda a la deuda histórica que contrajeron tras la barbarie nazi. Como compensación a las centenares de miles de personas que asesinaron en la 2° Guerra Mundial y en los campos de concentración, se les condenó a pagar una multa económica que jamás pagaron.

Ahora quieren exigir al gobierno de Grecia pagar hasta el último céntimo de la deuda que han contraído con Alemania. Es decir, Merkel entiende que todo el mundo tiene que pagar sus deudas o multas excepto Alemania, porque ellos son más guapos y más listos que nadie.

Como los yanquis, nadie puede usar bombas atómicas menos ellos. USA puede matar 200.000 personas en Hirosima y Nagasaki y luego ir su presidente a Tokyo y no pedir perdón por tal crimen. Porque ellos son más guapos y más listos que nadie.

Si el gobierno de Merkel no paga el dinero de la multa por los crímenes del nazismo, Grecia no les debería pagar lo que les debe. Y ningún país debería de dejar de cobrarles por las ayudas que se les haga concediendo asilo a refugiados que han llegado a Alemania.

Ayuda al refugiado y al inmigrante sin papeles llegado a Alemania sí, pero pasando factura al gobierno de la mezquina Merkel. Ella le cobra a Grecia y a sus deudores hasta el último céntimo, los demás deben hacer lo mismo.

A este paso van a ser condenados por nuevos crímenes nazis antes de que abonen la famosa multa impuesta en los celebérrimos  juicios de Nuremberg.

Y es que la ola de violencia contra centros de refugiados que vive Alemania no deja de crecer. El problema de la xenofobia en Alemania es un problema muy grande, multitud de neonazis se agolpan en ciudades como Dormund, Berlín o Rostock ante la impasividad de un gobierno de derechas que es cómplice de los delitos que cometen los miles de cabezas rapadas. Siempre movidos por un odio atroz contra el diferente.

En los primeros años de este siglo comenzaron a ser incontrolables para el gobierno socialdemócrata. Apenas se produjeron encarcelaciones, más interesados en detener a okupas, ecologistas o activistas de izquierda que en apresar a los malditos fascistas que campaban por sus anchas por media Alemania, bebiendo cerveza, drogándose y meando en las calles con total permisividad.

Luego llegó el gobierno de la zampabollos de Merkel y el problema se agravó, se estima que por cada salchicha que la Merkel se comía, un neonazi pegaba una paliza a un inmigrante. Es decir, más de 20 agresiones diarias y el gobierno de derechas teutón mirando para otro lado, insensible al dolor ajeno. Como sus hijos no recibían palizas no había problema, que se fueran los inmigrantes a su país (eso pensaban los ministros teutones).

Ahora el problema se ha intensificado y la situación se les ha ido de las manos. Hace pocos días unos desconocidos lanzaron una granada de mano a un establecimiento que acoge asilados en el suroeste del país. Pese a que había sido activada, el explosivo no estalló, por lo que no causó víctimas. El ministro de Justicia, Heiko Maas, aseguró que este ataque supone un paso más “de odio y violencia”. Pero no se van a tomar soluciones.

La nueva agresión coincide con la publicación de las cifras de violencia del año pasado. Los más de mil ataques contra centros de demandantes de asilo supone un nuevo récord y multiplica por cinco las registradas el año anterior. Entre los 1.005 ataques registrados, se incluyen tanto agresiones directas o incendios como daños materiales o pintadas xenófobas o racistas, como cruces gamadas.

La mayor parte de los ataques contabilizados por la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA, por sus siglas en alemán) corresponden a daños materiales. También se han registrado 92 incendios de refugios.

El lanzamiento de una granada al centro de refugiados de Villingen-Schwenningen no dejó daños personales, pero sembró la alarma en Alemania por el rebrote de violencia xenófoba. La granada cayó junto a la garita del personal de vigilancia, donde en ese momento había tres personas, pero no estalló. El artefacto fue lanzado desde la calle, chocó contra una valla de protección y finalmente fue a parar ante ese puesto de seguridad. “Las granadas ya están volando en dirección a los centros de refugiados. No podemos esperar hasta que haya muertos”, aseguró el titular de Justicia.

Sin sospechosos

Según las fuerzas de seguridad, se trata del primer ataque de estas características en esta localidad de poco más de 80.000 habitantes en el Estado federado de Baden-Württemberg. En el centro de acogida de refugiados, en un antiguo cuartel, están alojadas unas 170 personas. 75 policías investigan los hechos, sin que por ahora tengan ningún sospechoso.

El ministro del Interior, el democristiano Thomas de Maizière, que tildó el ataque de cobarde, dijo que podía entender la preocupación de los ciudadanos por la llegada el año pasado de 1,1 millones de solicitantes de asilo. “Puedo entenderlo, pero solo hasta que se empieza con los actos violentos”, dijo el ministro.

Palabras feas, muy feas. Pues las peticiones de asilo son por culpa de una guerra que ha secundado el gobierno alemán apoyando las misiones de la Otan contra el gobierno sirio. Así que si no querían refugiados no deberían haber promovido la guerra apoyando al bando rebelde.

La crisis de los refugiados es en parte culpa de los gobiernos de derechas de la Unión Europea que propiciaron el alargamiento de la guerra civil siria. Si hubieran sido neutrales la guerra hubiera terminado hace tiempo y no se viviría este drama diario. Meterse en una guerra ajena tiene sus consecuencias, y Alemania la está pagando.

No hacía falta apoyar al gobierno sirio, con haber sido neutral la guerra habría concluido y hubieran sido muchos menos los refugiados llegados a Alemania. Pero ya es tarde para lamentarse. Esperemos que Europa sea neutral en las próximas guerras civiles. Porque quien siembra odio cosecha muerte y miseria. Alemania sembró odio y muerte en Siria apoyando a un bando dirigido por terroristas y le salió muy caro.

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