El problema de la inmigración en Alemania
alcanza sus máximas cotas. Hasta hace pocos años la llegada de inmigrantes sin
papeles y de refugiados a costas
europeas les era un problema ajeno.
Desde el conflicto armado en Siria se ha
convertido en un problema enorme, ya no pueden mirar para otro lado como cuando
el marrón se lo comían España e Italia. Ahora la patata caliente le toca a
Merkel , y se aprecia con nitidez que su gobierno no está preparado para lidiar
con un problema tan grande.
Nunca quisieron apoyar a España e Italia
con la acogida de inmigrantes sin papeles, nunca hablaron de cupos en función
de la población de cada país de la Unión. Apenas hablaban del tema, entendiendo
que era un problema interno que sólo les incumbía a los países del sur , y por
tanto eran ellos quienes debían resolverlo.
Ahora piden ayuda y hablan de que todos los
países de la Unión deben acoger inmigrantes sin papeles y dar asilo a
refugiados en función a sus posibilidades económicas. Me parece bien la idea
pero me parece mezquino que sólo se tenga esta idea cuando se colapsa su
gobierno a consecuencia del problema. Mientras el problema les era ajeno no
prestaban ayuda, ahora la piden.
Esto me recuerda a la deuda histórica que
contrajeron tras la barbarie nazi. Como compensación a las centenares de miles
de personas que asesinaron en la 2° Guerra Mundial y en los campos de
concentración, se les condenó a pagar una multa económica que jamás pagaron.
Ahora quieren exigir al gobierno de Grecia
pagar hasta el último céntimo de la deuda que han contraído con Alemania. Es
decir, Merkel entiende que todo el mundo tiene que pagar sus deudas o multas
excepto Alemania, porque ellos son más guapos y más listos que nadie.
Como los yanquis, nadie puede usar bombas
atómicas menos ellos. USA puede matar 200.000 personas en Hirosima y Nagasaki y
luego ir su presidente a Tokyo y no pedir perdón por tal crimen. Porque ellos
son más guapos y más listos que nadie.
Si el gobierno de Merkel no paga el dinero
de la multa por los crímenes del nazismo, Grecia no les debería pagar lo que
les debe. Y ningún país debería de dejar de cobrarles por las ayudas que se les
haga concediendo asilo a refugiados que han llegado a Alemania.
Ayuda al refugiado y al inmigrante sin
papeles llegado a Alemania sí, pero pasando factura al gobierno de la mezquina
Merkel. Ella le cobra a Grecia y a sus deudores hasta el último céntimo, los
demás deben hacer lo mismo.
A este paso van a ser condenados por nuevos
crímenes nazis antes de que abonen la famosa multa impuesta en los celebérrimos
juicios de Nuremberg.
Y es que la ola de violencia contra centros
de refugiados que vive Alemania no deja de crecer. El problema de la xenofobia
en Alemania es un problema muy grande, multitud de neonazis se agolpan en
ciudades como Dormund, Berlín o Rostock ante la impasividad de un gobierno de
derechas que es cómplice de los delitos que cometen los miles de cabezas
rapadas. Siempre movidos por un odio atroz contra el diferente.
En los primeros años de este siglo
comenzaron a ser incontrolables para el gobierno socialdemócrata. Apenas se
produjeron encarcelaciones, más interesados en detener a okupas, ecologistas o
activistas de izquierda que en apresar a los malditos fascistas que campaban
por sus anchas por media Alemania, bebiendo cerveza, drogándose y meando en las
calles con total permisividad.
Luego llegó el gobierno de la zampabollos
de Merkel y el problema se agravó, se estima que por cada salchicha que la
Merkel se comía, un neonazi pegaba una paliza a un inmigrante. Es decir, más de
20 agresiones diarias y el gobierno de derechas teutón mirando para otro lado,
insensible al dolor ajeno. Como sus hijos no recibían palizas no había
problema, que se fueran los inmigrantes a su país (eso pensaban los ministros
teutones).
Ahora el problema se ha intensificado y la
situación se les ha ido de las manos. Hace pocos días unos desconocidos
lanzaron una granada de mano a un establecimiento que acoge asilados en el
suroeste del país. Pese a que había sido activada, el explosivo no estalló, por
lo que no causó víctimas. El ministro de Justicia, Heiko Maas, aseguró que este
ataque supone un paso más “de odio y violencia”. Pero no se van a tomar
soluciones.
La nueva agresión coincide con la
publicación de las cifras de violencia del año pasado. Los más de mil ataques
contra centros de demandantes de asilo supone un nuevo récord y multiplica por
cinco las registradas el año anterior. Entre los 1.005 ataques registrados, se
incluyen tanto agresiones directas o incendios como daños materiales o pintadas
xenófobas o racistas, como cruces gamadas.
La mayor parte de los ataques
contabilizados por la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA, por sus
siglas en alemán) corresponden a daños materiales. También se han registrado 92
incendios de refugios.
El lanzamiento de una granada al centro de
refugiados de Villingen-Schwenningen no dejó daños personales, pero sembró la
alarma en Alemania por el rebrote de violencia xenófoba. La granada cayó junto
a la garita del personal de vigilancia, donde en ese momento había tres
personas, pero no estalló. El artefacto fue lanzado desde la calle, chocó
contra una valla de protección y finalmente fue a parar ante ese puesto de
seguridad. “Las granadas ya están volando en dirección a los centros de
refugiados. No podemos esperar hasta que haya muertos”, aseguró el titular de
Justicia.
Sin sospechosos
Según las fuerzas de seguridad, se trata
del primer ataque de estas características en esta localidad de poco más de
80.000 habitantes en el Estado federado de Baden-Württemberg. En el centro de
acogida de refugiados, en un antiguo cuartel, están alojadas unas 170 personas.
75 policías investigan los hechos, sin que por ahora tengan ningún sospechoso.
El ministro del Interior, el democristiano
Thomas de Maizière, que tildó el ataque de cobarde, dijo que podía entender la
preocupación de los ciudadanos por la llegada el año pasado de 1,1 millones de
solicitantes de asilo. “Puedo entenderlo, pero solo hasta que se empieza con
los actos violentos”, dijo el ministro.
Palabras feas, muy feas. Pues las
peticiones de asilo son por culpa de una guerra que ha secundado el gobierno
alemán apoyando las misiones de la Otan contra el gobierno sirio. Así que si no
querían refugiados no deberían haber promovido la guerra apoyando al bando
rebelde.
La crisis de los refugiados es en parte
culpa de los gobiernos de derechas de la Unión Europea que propiciaron el
alargamiento de la guerra civil siria. Si hubieran sido neutrales la guerra
hubiera terminado hace tiempo y no se viviría este drama diario. Meterse en una
guerra ajena tiene sus consecuencias, y Alemania la está pagando.
No hacía falta apoyar al gobierno sirio,
con haber sido neutral la guerra habría concluido y hubieran sido muchos menos
los refugiados llegados a Alemania. Pero ya es tarde para lamentarse. Esperemos
que Europa sea neutral en las próximas guerras civiles. Porque quien siembra
odio cosecha muerte y miseria. Alemania sembró odio y muerte en Siria apoyando
a un bando dirigido por terroristas y le salió muy caro.
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