lunes, 11 de julio de 2016

Micah, el asesino de policías blancos que actuó en Dallas.


Los tiroteos de Dallas están envueltos en un halo de misterio. Se dice que lo hizo un solo hombre, pero lo cierto es que hay tres sospechosos que portaban armas en el maletero de un Mercedes aparcado muy cerca de donde se produjo el tiroteo.

La policía entendió que no habían participado pero resulta difícil pensar que un solo sujeto puede matar a cinco personas y herir a siete más sin ser abatido. Esto ha ocurrido decenas de veces en colegios y universidades estadounidenses. Pero en plena calle y con tantas patrullas de policías en las proximidades resulta difícil de creer.

Se ha creado una nube de contrasentidos y de sentimientos encontrados en torno a este caso de gran magnitud. Están los que consideran que la brutalidad policial era desmesurada y que esto tenía que ocurrir y por otro lado abundan las voces que consideran que el ojo por ojo no resuelve los problemas sino que los agravan.

La segunda visión es más racional, pero el problema estriba en que muchas personas que condenan la muerte de los policías son firmes defensores de la pena de muerte. La mayoría son hombres blancos capitalistas, racistas y neo fascistas que dicen pena de muerte sí, pero sólo para negros y latinos que cometan delitos graves.

Si el asesino es un policía fascista de esos hijos de puta que van a votar a Donald Trump, que come hamburguesas, oye a Metallica y le huelen los sobacos a mierda podrida no pasa nada. Se le impone una pequeña condena y aquí paz y después gloria.

Si los policías asesinados hubieran sido los asesinos de Sterling y Castile(los afroamericanos asesinados por policías facistas) pocos llorarían su muerte. El problema es que los policías asesinados no habían cometido ningún delito y probablemente no eran racistas. Pagaron el precio de pertenecer a un cuerpo en el que hay mucha corrupción y bastante racismo.

Pero que paguen justos por pecadores es indignante, y más si pagan con la vida. Micah Johnson es un asesino, y el que pretenda justificarle por la repulsa que generó los asesinatos de los dos afroamericanos a manos de policías blancos es un radical descerebrado.

Los asesinatos son asesinatos los cometan blancos o los cometan negros. Y en este caso no hay legítima defensa y ni tan siquiera venganza, porque la venganza hubiera sido contra los policías asesinos, y no contra estos cinco pobres señores que nada tenían que ver en el asunto.

Micah es un fascista de tres al cuarto como los policías que mataron a Sterling y Castile. Quien le justifique se equivoca, y quien compre armas pensando que su vida estará más segura se equivoca también. Pero ya sabemos que a muchos americanos les gusta más las pistolas que las hamburguesas y que sus odios y frustraciones los resuelven a disparo limpio.

Luego le piden perdón a su dios de madera y se sienten limpios de espíritu, vaya joyitas, y luego los ateos somos los malos porque no creemos en dios.

¿Acaso su dios les dice que tienen que matar para hacer justicia, a caso su dios les pide que liberen su frustración con un tiro en la nuca?

 

Micah Xavier Johnson, de 25 años,  católico devoto y ex militar que participó en las misiones de la Otan en Afganistán, fue identificado por las autoridades como el francotirador en el tiroteo de Dallas, Texas, en el que murieron cinco policías y otros siete oficiales y dos civiles resultaron heridos.

La policía de Dallas confirmó esta información a través de un comunicado.

"Durante la búsqueda en la casa del sospechoso, los detectives encontraron materiales para fabricar bombas, chalecos antibalas, fusiles, municiones y un diario personal de tácticas de combate", señaló la policía.

El jefe de la policía de Dallas, David Brown, y el secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jeh Johnson, indicaron que parece que el sujeto "había actuado solo", aunque el gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que la policía continuará investigando para "asegurarnos que eliminemos cualquier otro sospechoso o coconspiradores".

"Consideramos que ahora la ciudad está segura", dijo el alcalde de la ciudad, Mike Rawlings.

El viernes, las autoridades habían hablado de un ataque coordinado y ejecutado por al menos otro francotirador. De hecho, tres personas fueron arrestadas después del tiroteo pero no se han ofrecido detalles sobre ellas.

Johnson era un veterano de las fuerzas armadas que estuvo en servicio hasta abril de 2015, según confirmó el Departamento de Defensa estadounidense.

El joven no tenía antecedentes criminales o vínculos con grupos extremistas.

 

El tiroteo comenzó alrededor de las 20:45 hora local de jueves (01:45 GMT de este viernes) mientras se desarrollaba una marcha de protesta por la muerte de los afroestadounidenses Alton Sterling y Philando Castile a manos de agentes policiales ocurrida esta semana en Minesota y Luisiana.

Además de los cinco policías fallecidos y los nueve heridos, en el incidente Johnson también perdió la vida.

Según el relato de la policía, una vez acorralado y después de que fracasaran las negociaciones, el presunto atacante murió por la explosión de un dispositivo desplegado mediante un robot.

Según Brown, el sospechoso afirmó que su intención era "matar blancos, especialmente agentes blancos".

Brown afirmó que el hombre se declaró enojado por las muertes de dos ciudadanos afroestadounidenses a manos de la policía acaecidas esta semana.

Johnson afirmó, según la policía, que no estaba afiliado a ninguna organización.

"Dijo que lo que hizo, lo hizo solo", declaró Brown.

 

La Casa Blanca dijo que, de acuerdo a las investigaciones, no existen vínculos entre lo sucedido con actividades de grupos extremistas.

Autoridades señalaron que Johnson fue la única persona en abrir fuego el jueves por la noche.

Según cifras del Fondo Nacional en Memoria de los Agentes de las Fuerzas de Seguridad, este jueves fue el día más letal para las fuerzas del orden en Estados Unidos desde el 11 de septiembre de 2001.

En aquella ocasión murieron 72 agentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario