Las elecciones generales del 26 de junio en España fueron
una auténtica farsa, se produjeron un montón de irregularidades que fueron
archivadas por el tribunal electoral (cuyos dirigentes han sido o son simpatizantes
del partido popular).
Pero el mayor número de irregularidades proviene del voto de
los españoles en el extranjero. Centenares de miles de votantes vieron como su
papeleta no llegó a tiempo por lo que no les dejaron ejercer su derecho a voto.
En otros muchos casos
emitieron su voto pero este no llegó a España. Fue abierto, extraviado o
simplemente se limpiaron el culo con su contenido los funcionarios de turno.
Sea como fuere, sólo un 10% de los que solicitaron el voto
desde el extranjero pudieron votar, el resto, unos 900.000 españoles no
pudieron hacerlo por diversas causas. La mayoría de las veces por el retraso en
el envío de las papeletas por el gobierno de extrema derecha español. En la
menor de las veces por culpa de los servicios postales del país desde el cual
se trataba de votar.
Esos 900.000 votantes eran en su mayoría personas jóvenes
que con la crisis de los últimos 10 años habían emigrado al extranjero en busca
de las opciones laborales que los gobiernos corruptos del pppsoe les negaban.
Era un voto mayoritariamente contrario al gobierno del pp, por lo que Mariano
Rajoy no hubiera podido salir investido presidente a buen seguro.
Y para el caso que aún así hubiera sido investido, no queda
la menor duda que es un fraude electoral muy grande el impedir con artimañas
varias que los emigrantes no voten. El objetivo es desligar políticamente al
emigrante de España, para que la tiranía del bipartidismo continúe una década
más en el poder.
Ya son 35 años de bipartidismo corrupto. La ley electoral
que permite que el voto de un sujeto de provincias valga 10 veces más que el de
un madrileño o el de un barcelonés, hace mucho daño a la democracia y permite
que el pppsoe saque ventaja del clientelismo. Pero impedir que los emigrantes
votemos no sólo es injusto y tiránico, sino que también es ilegal, por lo tanto
las elecciones estuvieron amañadas y deberían volverse a repetir.
Los emigrantes hemos pagado entre 10 y 20 euros para poder
votar. Hemos tenido que ir un par de veces al consulado para inscribirnos en el
censo electoral y después para pedir el
voto. Hemos tenido que ir un par de veces a los servicios postales.
Primero para cerciorarnos que desde ella podemos votar y una segunda para
depositar el sobre certificado con nuestra papeleta.
Todo esto supones
mucho tiempo y luego sólo ha servido para que nuestro voto se pierda por el
camino o no llegue a tiempo por torpeza del gobierno de España que otorga unos
plazos muy cortos para ejercer el voto en el extranjero.
Al final los 20 euros que hemos perdido es lo de menos. La
mayor frustración es el tiempo perdido y la sensación de que todos nuestros
esfuerzos por derrocar al gobierno corrupto del pp han sido en vano.
No perdimos porque seamos minoría, sino porque la minoría de
derechas se convierte en mayoría impidiendo el voto del emigrante. Sois una
pandilla de delincuentes del tres al cuarto. En el futuro seréis juzgados por
vuestras tropelías junto al bigotes, (ese presidente de infausto recuerdo que
se manchó de sangre con la guerra de Irak y que últimamente está muy callado).
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