sábado, 29 de marzo de 2014

Las pelotas de goma del gobierno español dejan sin testículos a un joven en Madrid.

Las pelotas de goma que despiden los policías españoles en las manifestaciones convocadas por la izquierda han causado numerosas lesiones de gravedad. En Barcelona a una mujer la dejaron sin un ojo y son varios los jóvenes que han perdido sus testículos.

Curiosamente cuando se manifiesta la ultra derecha nunca se disparan pelotas de goma, ellos transcurren sin sobresalto alguno por las calles de las grandes ciudades portando sus banderas manchadas de sangre ante una  policía tranquila y pacífica que en nada se parece a la que dispara sus pelotas directamente a las pelotas de los manifestantes de izquierdas.

Se les nota el plumero, todos sabemos de que pie cojean, pero lo peor es que otra vez Jorge Fernández Díaz vuelve a dejar de manifiesto que no está capacitado para el cargo, le viene muy grande, tal vez sería mejor que cogiera un cubo y una fregona y se pusiera manos a la obra a limpiar las vomitonas que dejan las nuevas generaciones del pp cada vez que se beben unas copas en las discotecas más pijas de la capital.

Cuando se ahogaron quince subsaharianos hace unas semanas a causa de las pelotas de goma que lanzó la guardia civil el citado ministro dijo que no se iban a emplear las pelotas para combatir la entrada de los subsaharianos a las costas españolas. Pero no mencionó que no fueran a emplearse para disuadir a los manifestantes que piden cambios político-sociales que acaben con la lacra que está generando este infame gobierno.

El 22 de Marzo los policías volvieron a emplear sus pelotas de goma como tantas otras veces causando lesiones como las que sufrió un joven palentino de 23 años.

¿A santo de qué el ministro prohíbe el uso de las pelotas de goma contra los subsaharianos y en cambio mantiene su uso para frenar las manifestaciones de la izquierda?

Si entre los manifestantes se cuelan radicales con la intención de destrozar el inmobiliario que se lancen chorros de agua con gran presión como se hace en Chile, Perú o Argentina y así sin causar lesiones se disuade a los manifestantes radicales.

España es de los pocos países del mundo donde se emplea ese método tan agresivo para disuadir a los manifestantes, las pelotas de goma no son empleadas ni tan siquiera en dictaduras, ¿por qué diablos las tiene que usar un gobierno que se supone que es democrático? ¿No es capaz de emplear otros métodos cómo la mayoría de países civilizados?

Parece que este gobierno no está a la altura de las circunstancias en ninguno de los principales aspectos políticos. Pero sin duda el ministro del Interior es uno de los que suspende con una nota más baja poniendo en peligro la vida de jóvenes que se manifiestan de forma pacífica pidiendo más dinero público para sanidad y educación y menos para campañas bélicas de la Otan.

 Solicitando la regulación de los sueldos y pensiones de los banqueros, el descenso de las tasas e intereses bancarios, creación de vivienda pública y más oportunidades de empleo entre muchas otras peticiones legítimas. ¿Es esto motivo suficiente para emplear las pelotas de goma? A los violentos se les disuade con agua a presión y como último recurso con sprays que lo máximo que producen es irritación ocular por unos pocos minutos. Pero nunca con  pelotas de goma.


Gabriel Ruiz, de 23 años, fue intervenido de urgencia tras recibir el impacto de una pelota de goma durante los disturbios del 22-M. Le fue extirpado el testículo izquierdo y tiene el derecho también afectado.
Gabriel Ruiz se desplazó el pasado sábado hasta Madrid para participar en la manifestación del 22-M, las Marchas de la Dignidad, pero aunque han pasado ya cuatro días desde la protesta, no ha podido regresar a su pueblo, Aguilar de Campoo, en la provincia de Palencia. Actualmente se encuentra ingresado en el Hospital Gregorio Marañón, donde se recupera del impacto de una pelota de goma disparada por los antidisturbios durante la batalla campal que tuvo lugar tras la multitudinaria manifestación.

No son extraños los casos en los que un manifestante pierde un ojo a consecuencia de este material antidisturbios pero, en esta ocasión, Gabriel, ,de 23 años ha perdido el testículo izquierdo. Desde el hospital, el joven explica a Público, entre cansancio y humor, que se encuentra bien "de salud y de ánimo", mientras espera una ecografía para conocer el estado del testículo derecho, que también está afectado por la contusión del pelotazo, afirma el joven, que agradece la atención y el trato tanto del personal del Samur como el del hospital.
"Yo no estaba donde comenzó todo", recuerda Gabriel, quien asegura que de repente se vio envuelto en una carga policial a la altura del Paseo de Recoletos. "Veía a padres corriendo con el carrito del niño, a gente de todas las edades huyendo de las cargas. No sé cómo comenzó todo pero yo no participé en los disturbios, simplemente me defendí de del ataque de la Policía", matiza.
"No vi que la pelota rebotase en el suelo, sino que me dio directamente" "Los bomberos ayudaron a parar la carga policial con el camión", explica. Fue entonces cuando la pelota le golpeó: "No vi que la pelota rebotase en el suelo [como indica el reglamento], sino que me dio directamente, salió lanzada desde un grupo de policías que avanzaba hacia los manifestante en Recoletos",>/i> critica. El dolor que sintió es difícil de describir, aunque finalmente, lo intenta de una forma muy gráfica: "Multiplica por un millón una patada ahí y te puedes hacer una idea de lo que duele".

Los últimos párrafos han sido extraídos  del diario de contrainformación La Haine.

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