No puedo entender ciertas cautelas a la hora de dar información entorno al asesino y a la detención del sujeto que acabó con la vida de Eva Blanco.
Estamos hartos de ver a todas horas las caras de los presuntos asesinos de los crímenes de Asunta Basterra, de las chicas de Cuenca y de cualquier otro caso mediático. No entiendo porqué en este caso no pueden sacar la cara del asesino y detallar como se dio con su paradero en el norte de Francia.
Pero como he escuchado en más de una ocasión, al ser el asesino marroquí se están tomando muchas precauciones a la hora de difundir su imagen. Tanto es así, que hasta evitan decir que es marroquí y prefieren decir que es una persona oriunda del norte de África.
Las relaciones con Marruecos siempre han sido difíciles, pero actualmente pasan por un buen momento, como tienen un gobierno de extrema derecha como el de Marianito el Corto se ve que se llevan muy bien, tanto que el gobierno les defienden cuando la cagan como en el caso de los espeleólogos fallecidos en el Atlas, en la persecución contra los saharauis o en la vulneración de los derechos humanos.
Lo mismo ocurre con el trato degradante que se otorga a las mujeres en Marruecos, el pp prefiere hablar mal del gobierno de Venezuela antes que criticar el trato degradante del gobierno marroquí hacia sus ciudadanas que sólo piden un poco de libertad sexual y religiosa en un país donde el integrismo islámico es cada vez mayor. El pp no lo quiere ver así y evita hablar mal de Marruecos.
Para Marianito los gobiernos de Venezuela y Cuba son los únicos peligrosos a los que hay que hacer boikot. A Marruecos, Turkía e Israel hay que permitirles todo, pues son gobiernos de extrema derecha afines a su ideología. Incluso hay que defenderles evitando la divulgación de las imágenes de algunos de sus ciudadanos delincuentes(como en este horrible caso).
Si el asesino de Eva Blanco en vez de marroquí hubiera sido venezolano el gobierno hubiera desatado una guerra relámpago contra Venezuela de esas tan drásticas como las que hace la Otan, (en la última bombardeó un hospital de Médicos sin Fronteras matando a más de 30 personas).
Sea como fuere, me parece muy triste ese trato de favor hacia ciertos asesinos, ¿sólo por el hecho de ser marroquí ya se tiene derecho a la privacidad de la imagen, ya se puede pasar desapercibido pese haber asestado diecisiete puñaladas a una joven después de violarla?
Me parece patético ese trato de favor a ese asesino y violador desgraciado que tuvo el descaro de vivir 19 años sin declararse culpable. A buen seguro que se pasó todos estos años rezándole a su dios de madera para que le perdonara y para que no le encontrara la policía.
Trató de vivir como un ciudadano modelo cuando era un asesino y un violador. Este caso nos tiene que hacer pensar que las leyes no deben proteger a esta clase de gentuza y que los jueces deberían permitir practicar la prueba de adn aunque no haya pruebas contundentes contra los sospechosos. De lo contrario este caso se puede repetir.
Someterse a la prueba de adn no supone una degradación ni una humillación, se hace al instante y debería ser tan habitual tomársela a los sospechosos de un delito como es la toma de las huellas dactilares. Los jueces que se oponen a esta medida deberían ser sancionados y suspendidos de empleo y sueldo por mucho tiempo.
La jueza del juzgado numero cuatro de Algete a mi entender actuó como encubridora del crimen al no haber permitido la practica de esta prueba. Pero como la ley le ampara no será juzgada. Habrá que cambiar la ley antes de tirar piedras contra esta jueza, a la que sólo se le puede reprochar su bajeza moral, pero no el haber cometido un ilícito penal, al menos en este caso, pues la ley le permitía actuar así.
La jueza entendió que no se podía cotejar el ADN del violador hallado en la niña con ninguna persona porque no quiso entender que los vecinos, familiares y amigos debían someterse a la prueba pese a que no eran sospechosos. No hace falta ser sospechoso para ayudar al esclarecimiento de un delito, y someterse a esta prueba debería considerarse como una simple colaboración para el esclarecimiento del caso.
Por fortuna, se produjeron avances que permitieron elaborar un informe científico que concretó que el asesino era un hombre de rasgos norteafricanos que presentaba unas características determinadas.
La policía guardaba el censo de la localidad de Algete de 1997, el año en el que se produjo el homicidio. Había 300 hombres marroquíes que podían cumplir con el perfil ofrecido por el ADN. Eran muchos todavía y el tiempo apremiaba, ya que apenas quedaban dos años para que prescribiera el delito.
Había que interrogar a los sospechosos, descartar a los que tuvieran coartada y seleccionar a los que presentaban más posibilidades. Así fueron desechando a decenas de ciudadanos hasta quedarse con uno, A. C. G., que había abandonado España en 1999, dos años después del asesinato.
El hombre vivía en Algete cuando se produjeron los hechos. Se dedicaba a hacer trabajos esporádicos en el sector de la construcción, de la albañilería o del transporte. Tras huir de la localidad madrileña, se instaló en Francia, se casó y tuvo tres hijos. Ayer fue detenido en Pierrefontaine Les Varans.
Es otro misterio que no nos quieren desvelar el como llegaron a localizarlo. Nos quieren dar a entender que fue gracias al testimonio de su hermano, que vivía en Algete cuando tuvo lugar el asesinato. El perfil genético desarrollado por la Universidad de Santiago apuntó al hermano, que fue quien dio la información de donde residía su hermano finalmente a los agentes.
Me cuesta creer que la policía haya tardado tanto en resolver este caso, tal vez el hermano del asesino no soltaba prenda acerca del paradero del criminal. Sólo así se entendería tanto la tardanza en su captura, poco más y prescribe el caso de manera que en vez de haber entrado en la cárcel se dedicaría a visitar los platós de televisión para jactarse de como cometió el crimen perfecto.
Pero aunque nadie diera pistas de donde se encontraba el asesino, poseyendo su nombre, apellidos y hasta su dni, me parece insólito que hayan tardado tanto en apresarle, y más viviendo en Francia. Si hubiera estado residiendo en una recóndita villa de Nepal podría llegarlo a entender, pero es que residía relativamente cerca y en un país donde se presume que la colaboración policial con España es muy buena. Parece ser que no lo es tanto.
En este caso ha estado mal la jueza, y me atrevería a decir que la cooperación entre la policía francesa y la española también ha sido mala, al menos muy lenta. Por eso cuando todos los medios de comunicación afirman que la policía hizo un trabajo ejemplar yo prefiero decir que hicieron un trabajo lento, muy lento, a paso de tortuga y que casi nos cuesta muy caro.
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