jueves, 13 de febrero de 2014

Las peores tragedias acaecidas en España


Las tragedias acaecidas en España no han sido tan conocidas a nivel mundial por no superar nunca el millar de muertos salvo en el citado terremoto de Lisboa donde se calcula que murieron unas cinco mil personas en España, principalmente en las provincias de Cádiz y Huelva.
No obstante algunas de ellas son conocidas por la inmensa mayoría de españoles, para todo aquel que quiera recordar hechos luctuosos  acaecidos en la extensa piel de toro aquí va este breve post.

Tragedias en España en los ochenta

La tragedia ocurrida ayer en la localidad vizcaína de Ortuella se suma a una larga serie de catástrofes ocurridas en los últimos años, entre las cuales se cuentan numerosos accidentes ferroviarios, aéreos y de carretera, un hotel incendiado, un camión-cisterna que estalla sobre un camping, un pueblo anegado por aguaceros torrenciales y otros hechos similares. Incluimos, a continuación, una relación detallada de los sucesos más graves.

El 27 de marzo de 1977, 583 personas resultaron muertas en el aeropuerto de Los Rodeos, en Tenerife, cuando el Boeing 747, de la compañía holandesa KLM (Líneas Aéreas Holandesas) colisionó con un aparato de idénticas características de la compañía norteamericana Pan American.

El 28 de enero de 1978, el congelador Marbel naufragó en la bahía de Vigo, con un balance de veintisiete muertos. Seis meses más tarde, el 11 de julio, la explosión de un camión-cisterna cargado de propileno -gas muy inflamable- en el momento en que aquél circulaba por una carretera lindante con el camping Los Alfaques, en Tarragona, produjo un total de 215 muertos y 64 heridos, en su mayoría turistas europeos. El 21 de diciembre, treinta niños murieron y sesenta resultaron heridos al arrollar un tren a un autobús escolar en Muñoz (Salamanca).

Mil novecientos setenta y nueve fue un ano especialmente marcado por grandes catástrofes. El 10 de abril, un autocar que transportaba niños de un colegio vigués a su ciudad natal, tras una breve estancia en Madrid, se precipitó en el río Orbigo, a su paso por la localidad zamorana de Benavente. Fallecieron 45 niños, cuatro profesores y el conductor del autobús.

Veintiuna personas murieron y más de trescientas familias quedaron sin vivienda, a causa de un fuerte aguacero de cuatro horas y media, el día 1 de julio, en el pueblo manchego de Valdepeñas (Ciudad Real). Once días más tarde, un incendio en el hotel Corona de Aragón, en Zaragoza, produjo un total de 78 muertos. El incendio tuvo lugar alrededor de las ocho de la mañana y se inició en la máquina freidora de churros.

El 7 de agosto, veintiuna personas perdieron la vida en un incendio forestal iniciado en la localidad gerundense de Blanes y que, a causa del fuerte viento reinante, se extendió con rapidez al término de Lloret de Mar.

En el año 1980, es de destacar la muerte de los 146 ocupantes de un avión británico de la compañía Dan Air, en vuelo chárter de Manchester a Santa Cruz de Tenerife, al estrellarse el aparato a doce kilómetros de la pista del aeropuerto de Los Rodeos, en la isla de Tenerife.
El atentado de Hipercor fue una acción terrorista perpetrada por ETA el 19 de junio de 1987, que consistió en la colocación de un potente explosivo en un centro comercial de la empresa Hipercor ubicado en Barcelona, que causó la muerte de 21 personas e hirió a 45.

El atentado se realizó con un coche bomba cargado con 30 kilos de amonal, cien litros de gasolina, escamas de jabón y pegamento hasta sumar los 200 kilogramos de carga explosiva.[2] Los miembros del Comando "Barcelona", Josefa Ernaga, Domingo Troitiño y Rafael Caride Simón depositaron el explosivo en el maletero de un Ford Sierra robado que aparcaron en el párking del hipermercado Hipercor situado en la popular Avenida Meridiana de Barcelona.[3]
Según quedó probado en el juicio, Troitiño realizó tres llamadas de aviso desde una cabina telefónica, dirigidas a la Guardia Urbana de Barcelona, a la administración del propio establecimiento y al diario Avui.[3] La información era confusa porque no explicaba que el explosivo estaba en un coche y señalaba la hora de la explosión para las 15:30 horas (dando un margen de entre quince y cinco minutos desde las llamadas), 38 minutos antes de la hora real. La búsqueda fue realizada por el personal de la empresa de seguridad que custodiaba el edificio con ayuda de la Policía y la Guardia Urbana y, al no ser encontrado ningún paquete sospechoso y sobrepasarse la hora señalada para la explosión, la dirección de Hipercor y las fuerzas policiales no consideraron necesario el desalojo del local.[4] Al ser un viernes a primera hora de la tarde, el local se encontraba atestado de gente realizando sus compras.
A las 16:10 h. actuó el temporizador que activaba los explosivos, ocasionando una enorme explosión que voló por los aires la primera planta del garaje, y provocando un socavón de 5 m de diámetro en el suelo del establecimiento por el que penetró una bola de fuego que abrasó a todas las personas que encontró a su paso. La mezcla explosiva tuvo efectos similares a los del napalm, pegándose a los cuerpos y elevando la temperatura hasta los 3.000 grados centígrados. Además, los gases tóxicos producidos, provocaron la asfixia de otras personas no afectadas por el fuego.[5] Como consecuencia, perecieron 21 personas, y 45 resultaron heridas de diversa consideración.[3]

La llegada inmediata de la Policía y los bomberos atenuó el alcance de la masacre, ya que de no haberse extinguido a tiempo, el incendio habría afectado a otras plantas del supermercado. Entre los fallecidos (la mayoría de los cuales fueron mujeres), algunos de los cuales quedaron completamente carbonizados, se encontraban también varios niños.[6]
La explosión provocó además la destrucción de unos 20 vehículos que se encontraban en el aparcamiento siniestrado, además de daños de diversa consideración en algunos immuebles vecinos, sobre todo balcones y cristales.[6]

Los accidentes ferroviarios han contribuido a aumentar el número de muertos en varios centenares. Un total de 65 muertos es el balance de los tres accidentes más graves que ha protagonizado la Renfe desde diciembre de 1979 hasta ahora.
El de Granollers produjo un total de veintidós muertos y noventa heridos, el accidente del Talgo en Soria tuvo un saldo de dieciséis muertos y veintiún heridos y, por último, el de Chirivella (Valencia), el pasado 24 de septiembre, con un saldo de veintisiete muertos.

Pero ningún accidente se acerca al número de víctimas que supuso el choque de trenes en un puente en la localidad leonesa del Bierzo, en 1944, un 22 de diciembre murieron entre 500 y 800 personas, las cifras son difíciles de concretar porque la censura del gobierno franquista trató de silenciar todo lo acontecido aquel funesto día que es considerado la tercera tragedia ferroviaria más grande de todos los tiempos a nivel mundial y la mayor en España.

En el camping de los Alfaques en San Carles de la Rápita murieron 243 personas al estallar un camión que transportaba  combustible, esta es la tercera mayor tragedia acaecida en suelo español después del accidente de avión en los rodeos y de la citada anteriormente.

Posteriormente hay que destacar los 192 muertos en los atentados del 11 de marzo de 2004 en los trenes de atocha en Madrid, los 87 muertos en la tragedia de Biescas cuando se desbordó el río Gállego, 79 muertos en el descarrilamiento del ave a su paso por Santiago de Compostela en 2013 y los 43 muertos en el metro de valencia en 2003 a consecuencia de otro descarrilamiento.

En lo referente a los accidentes aéreos destacan los producidos en las cercanías de Bilbao, de Málaga y de Madrid, ciudad en la que  un avión de Avianca se estrelló contra un cerro muriendo todos los pasajeros y el personal aéreo llegando así a una cifra cercana a los  200 muertos.

23/04/1980. Tres años después del peor accidente aéreo mundial que se cobró 585 muertos, el aeropuerto tinerfeño de los Rodeos vuelve a ser escenario de un accidente. Ciento cuarenta y seis personas mueren al estrellarse un Boeing 727 de la Compañía Dan Air en las cercanías del aeródromo cuando se disponía a tomar tierra.

13/09/1982. Fallecen 53 personas al estrellarse, cuando iba a iniciar el despegue, un DC-10 de la compañía Spantax en el aeropuerto de Málaga. El avión cruzó casi a ras de suelo la carretera nacional Málaga-Cádiz y se estrelló en unos viveros propiedad de Icona.

27/11/1983. Pierden la vida 181 personas y otras 11 la salvan al estrellarse en Mejorada del Campo, muy cerca de Barajas, un Boeing 747 de la compañía colombiana Avianca. El avión se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Madrid-Barajas.

07/12/1983. Fallecen 93 personas y 31 resultan heridos, al colisionar en la pista de despegue del aeropuerto de Barajas un Boeing 727 de Iberia y un DC-9 de Aviaco. El aparato de Aviaco se equivocó de pista, a causa de la niebla, y se introdujo en la de despegue, por la que rodaba el avión de Iberia.

19/02/1985. Mueren 148 personas al estrellarse un Boeing 727 de la compañía Iberia a 30 kilómetros de Bilbao. El avión, que hacía el trayecto de Madrid a la capital vizcaína, colisionó con un repetidor de la TV vasca, situado en el monte Oitz.

25/09/1998. Treinta y ocho personas -cuatro tripulantes y 34 pasajeros- mueren al estrellarse un vuelo charter de la compañía Pauknair que cubría la línea Málaga-Melilla, en una colina situada a tres millas del cabo Tres Forcas (Marruecos) y a doce kilómetros de su destino.

29/08/2001. Cuatro personas mueren al estrellarse un avión CN-235 de la compañía Binter Mediterráneo que cubría la línea Melilla-Málaga, a escasos metros de la pista de aterrizaje del aeropuerto malacitano.

20/08/2008 Un avión de la compañía Spainair se estrelló causando la muerte de 154 personas, seis de ellos de camino al hospital y otro falleció tres días después.

Los 14 supervivientes fueron 11 españoles, un boliviano, un sueco y un finés que salvaron sus vidas gracias a que lograron salir del avión antes que las llamas llegaran a la zona donde se encontraban sentados. Las aguas de un pequeño afluente del Jarama ayudaron  a que los supervivientes murieran a consecuencia de las quemaduras sufridas.

La causa del accidente fue el hecho de que no se abrieran los flaps en el momento del despegue. Por este hecho fueron condenados en diciembre de 2011 dos técnicos de Avianca que examinaron el avión momentos antes del despegue sin comunicar ninguna falla que hiciera presagiar un accidente.

Información obtenida en el Diario El país, Diario Público y Wikipedia.

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