El enclave de Rocas Altas está marcado como
uno de esos sitios en los que suceden hechos anómalos e inexplicables. Lugar de
peregrinaje para todos aquellos amantes del misterio que se pueden permitir el
viaje hasta tierras ibicencas.
Es un paraje agreste muy próximo a San
José, una de las principales poblaciones de Ibiza. Esta zona de pinos y
matorrales es la más elevada de la pequeña isla balear y desde dónde se
disfrutan las mejores vistas. Por un lado a las montañas del interior y por el
resto el extenso mar mediterráneo siempre pintado de un azul turquesa tan
intenso y bello que parece haber sido pintado por un genio de la pintura.
Pero esta parte de la isla no es conocida
por la mayoría de turistas que llegan a la isla para disfrutar de las calas y
de las fiestas diurnas y nocturnas en multitud de playas y discotecas de Ibiza,
Santa Eulalia y demás poblaciones abarrotadas de jóvenes con ganas de juerga.
Es por esa que Rocas Altas guarda ese
magnetismo tan especial que sólo guardan los lugares que no han sido
masificados y que por tanto guardan su encanto y su especial silencio. Un
silencio sepulcral que a veces se convierte en griteríos de personas que
parecen pedir socorro desde no se sabe dónde. Para los que han vivido esa
extraña sensación de oír voces del más allá en Rocas Altas no saben muy bien
como describirlas. Pues por un lado parecen lamentos e incluso alaridos pero
que no llegan a conocer de qué lugar concreto provienen.
Esto crea confusión y alarma en las
personas que escuchan las misteriosas voces. Unas veces por haber estado dentro
de una tienda de campaña y otras por el miedo, lo cierto es que los testigos
siempre se quedan con las ganas de saber de dónde provienen esas inquietantes
voces.
A las voces se les une olores extraños como a chamusquina, luces en el
horizonte como de aviones que nunca llegan materializarse e incluso descensos
bruscos de la temperatura contrastados por termómetros de mercurio.
También cuentan que las baterías de los
móviles y de las lap tops se terminan muy rápido, así como las pilas de las
linternas. La mayoría de los intrépidos visitantes nocturnos terminan por huir
del paraje a paso rápido, estupefactos y aterrados por tantos y tantos
fenómenos sin explicación aparente.
Esas mismas personas aseguran que por el
día no se puede apreciar ninguno de estos fenómenos. Como el antiguo hospital
de tuberculosos de Busot, los fenómenos inexplicables se suceden únicamente a
horas intempestivas, cuando la quietud de la noche tan sólo es interrumpida por
el croar de las ranas y el crepitar de los grillos.
Hace algunos años un vecino de San José
comentó que en las noches estivales solía pasear su perro por la zona de Rocas
Altas para disfrutar de las vistas y del frescor de la noche ibicenca.
Pero que dejó de hacerlo porque un intenso
olor a chamusquina se apoderaba del enclave y le hacía recordar las horas
posteriores a la tragedia aérea acaecida en ese mismo lugar en enero de 1972.
“Yo fui uno de los primeros en llegar al
lugar tras escuchar la colisión en mi casa. Estaba cenando cuando escuché el
enorme estruendo que supuso el accidente. Al llegar al lugar el panorama era
espeluznante. Un montón de árboles habían sido reventados de cuajo y entre los
restos del fuselaje había multitud de personas muertas. Muchos de ellos aún en
sus sillas. En un primer momento grité
para ver si había alguien vivo al que socorrer pero rápidamente comprendía que
allí no había supervivientes y regresé a casa para llamar a los bomberos y a la
policía.
“Lo que más recuerdo de aquel accidente es
el olor a quemado, ese mismo olor que regresa al lugar en las noches de verano
aunque no haya nadie prendiendo fuego ni quemando rastrojos. Recordar ese olor
a chamusquina me produce tantos escalofríos que prefiero pasear mi perro por
calles alumbradas y alejadas de Rocas Altas aunque me toque recoger sus
excrementos”.
“Prefiero recoger las enormes cagadas de mi
mastín antes que ir al pinar de Rocas Altas y percibir el penetrante olor a chamusquina que me eriza
la piel y me pone los vellos de punta.
Cuando lo percibía salía huyendo pues temía que se me aparecieran las
personas fallecidas en el accidente”.
“Uno escucha tantas cosas acerca del lugar,
de que se escuchan las voces de los pasajeros agonizando, de que se ven luces,
de que hay un portal de acceso a otra dimensión que al final me da un miedo
terrible que por sugestión o por lo que sea termine viendo a los fallecidos tal
y como los vi el día del accidente.
Si me ocurre eso entonces sé que no llego a
casa, me da un síncope en ese lugar y allí me quedo tieso de por vida”.
Es
por eso que este vecino evita frecuentar Rocas Altas en las noches de verano,
sin embargo en invierno si se da paseos y nunca ha percibida nada extraño.
Puede parecer raro que se así, puesto que el accidente tuvo lugar en invierno,
pero los fenómenos parecen aflorar con el calor estival.
Narrado el misterio de Rocas Altas paso a
continuación a contar el accidente aéreo que parece ser que fue el
desencadenante de estos hechos inexplicables.
El
8 de enero de 1972 los rotativos nacionales abrían su portada contando un hecho
trágico sin precedentes en aquella época:
Un accidente aéreo deja un balance de 104
muertos, el más trágico accidente de la aviación civil española, tuvo lugar a
las 12,10 al estrellarse un avión de "Iberia", contra una estribación
montañosa del sur-oeste de la isla de Ibiza, en medio de una densa niebla.
Cuatro de los pasajeros del avión Iberia siniestrado, eran
de Higueruela.
El avión un Caravelle, que cubría la
línea regular Madrid-Valencia-Ibiza, se estrelló a la citada hora contra una
estribación montañosa de escasa altura, en el lugar conocido por "El
Morteret, entre los picos "Rocas Altas" (365 m) y la "Atalaya de
San José, (301 m) a solo unos 8 kilómetros del aeropuerto de Ibiza.
Ni un solo superviviente.
La catástrofe aérea de Ibiza, que tan
dolorosa impresión causó en toda España, desgraciadamente tuvo en nuestro
pueblo una especial y triste resonancia al darse la circunstancia de contarse
entre las víctimas con cuatro paisanos nuestros.
Higueruela sintió con toda su
crudeza el impacto de tan horrible suceso. Todos vivimos la tragedia como
propia aquella tarde noche del 7 de enero, cuando empezaron a circular
los rumores de un fatal accidente aéreo. Vimos gente correr y llorar por nuestras
calles, presas de la desesperación. Compartiendo el dolor de cuatro
familias muy apreciadas y queridas, que fueron objeto de incontables muestras
de condolencia.
En el siniestrado avión de Iberia
viajaban:
|
Pedro
Verdejo López |
De 32
años.
natural de Higueruela. Vecino de la localidad de Elche. Estaba casado y tenía dos hijas. |
|
Antonio
Verdejo López |
Hermano
del anterior de 27 años.
Soltero. Agricultor con residencia en Higueruela. |
|
Francisco
García Cantos |
Cuñado
de los anteriores
De 38 años. Casado, con tres hijos. natural de Higueruela pero con domicilio también en la ciudad de Elche. |
|
Juan
García Cantos |
La cuarta víctima,
de 41años, casado y con dos hijos, vecino de Higueruela, hermano del antes mencionado Francisco. |
Francisco García y Pedro Verdejo
habían pasado las Navidades en Higueruela y se incorporaban de nuevo a su
trabajo en Ibiza, llevándose con ellos a su hermano y cuñado para que
trabajaran en la construcción aproximadamente hasta el mes de mayo. Pues eran años
donde el turismo cobraba fuerza y se comenzaban a construir multitud de hoteles
y apartamentos en la pequeña isla del archipiélago balear.
Los
cuatro vecinos albaceteños dejaron Elche en busca de trabajo temporal, pero
trabajo bien pagado para aquella época al fin y al cabo.
COMO
FUE EL ACCIDENTE
Las primeras noticias fueron muy confusas. A primeras horas
de la tarde se tuvieron las primeras noticias del accidente, si bien eran muy
confusas y, en ocasiones contradictorias.
Primero
se dijo que el avión había caído al mar, al oeste de la isla de Ibiza, entre
San Antonio Abad y el islote rocosa de Cunillera e, incluso se llegó a
confundir la isla de Cunillera con la Conejera, situada mucho más al este de
Ibiza, al sur de Mallorca y al norte de Cabrera.
Tampoco se supo en los primeros
momentos si el accidente sobrevino antes o después de que el avión hubiera
tomado tierra en Ibiza.
Finalmente quedó establecido que éste tuvo
lugar minutos antes de que el aparato rindiera fin de su viaje en el sentido
Madrid - Valencia - Ibiza, con el número de vuelo IB-602. El viaje de regreso
lo debería haber iniciado a las 13,10 con el número de vuelo IB-601.
La compañía Iberia facilitó de forma
paulatina información sobre el desastre en cuanto obraron en su poder
datos concretos y así se identificó la tripulación del avión siniestrado
sólo un par de horas después de sucedido el desastre.
La tripulación del Caravelle estaba compuesta por
|
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Comandante:
|
José
Luis Ballester Sepúlveda.
|
Copiloto:
|
Jesús
Montesinos Sánchez.
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Mecánico:
|
Vicente
Rodríguez Mesa.
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Azafata:
|
Pilar
Merino López Baeza.
|
Azafata:
|
Pilar
Miravet Martín.
|
Auxiliar
de vuelo:
|
Manuel
Fernández Cuesta.
|
La lista de pasajeros no se dio a
conocer a última hora de la tarde por la Compañía, pero si se comento que
dieciocho de los pasajeros habían iniciado el viaje en Madrid y los ochenta
restantes habían abordado el avión en Valencia.
Dantesca escena en el lugar de la catástrofe.
Juan Ribas, que habitaba
en una casa cercana al lugar del accidente, manifestó que vio volar el avión
muy bajo, en la niebla reinante y que luego oyó una tremenda explosión.
Se acercó al lugar y pudo ver una dantesca escena, en la que, en un área de dos
kilómetros de radio, se confundían los restos del avión con los cadáveres de
las víctimas.
El
Sr. Ribas regresó inmediatamente a San José, la vecina localidad y avisó a la
Guardia Civil. La Benemérita inició de inmediato el oportuno despliegue para
rescatar a los posibles supervivientes. Por desgracia, al regresar al lugar
pudieron comprobar que no había auxilio que prestar.
El
montículo con el que chocó el avión, tiene por el lado oeste una pendiente
prácticamente de 90 grados. De la violencia de la colisión puede dar idea de
que numerosos restos de la tragedia cayeron al otro lado de la pared que dicho
montículo representaba.
A las cinco y
media de la tarde llegó a Ibiza, procedente de Madrid, el presidente del
consejo de Administración de Iberia Jesús Romero Gorria, acompañado por un
grupo de técnicos de la empresa.
Los
directivos y técnicos de Iberia, inmediatamente de llegar al aeropuerto
ibicenco, se encaminaron al lugar del accidente con las autoridades locales.
Por otra
parte en Madrid se reunió el Consejo de Administración de Iberia, para
estudiar las medidas pertinentes con relación al luctuoso suceso.
La Compañía Iberia facilitó a la
prensa la siguiente nota:
Iberia lamenta comunicar que en el día de hoy el avión
matrícula EC/ATV tipo Caravelle VI/R de 94 plazas que realizaba la línea
IM-602, en su trayecto Valencia-Ibiza despegó del aeropuerto de Valencia a las
12,00 horas de la mañana hora local de acuerdo con el horario previsto.
El
comandante mantuvo las comunicaciones normales con los aeropuertos de Valencia
e Ibiza hasta, las 12,15 horas, es decir, diez minutos antes de la llegada estimada
a este último aeropuerto, perdió el contacto por radio con el avión la torre de
control del aeropuerto de Ibiza que decretó la situación de alarma.
El
avión ha sido localizado en el Monte de Atalaya del término municipal de
San José (Ibiza a quince kilómetros aproximadamente del aeropuerto de Ibiza,
sin que fuera hallado ningún superviviente.
Hasta el momento se desconocen las causas del accidente.
Por las
autoridades aeronáuticas y por Iberia se han iniciado las oportunas investigaciones
para determinar las causas del siniestro.
IBERIA DA UNA RELACIÓN
PROVISIONAL DE LOS 89 ADULTOS Y 9 NIÑOS MUERTOS EN EL ACCIDENTE.
ANTONIO ANDRÉS.
MARIA VERDERA JUAN CASTELL JOSEFA VIDAL JOSÉ CASTELL RAMÓN CARRASCO JUAN LÓPEZ DIEGO LÓPEZ JUAN VENDRELL PEDRO FERNÁNDEZ. JOSÉ LUIS GARCÍA CRESPO MARIA TERESA HERNÁNDEZ MARIA TERESA GARCÍA HERNÁNDEZ FRANCISCO JIMÉNEZ FRANCISCO JOSÉ JIMÉNEZ MARIA SALUD ALIAGA VICENTE GINER ADELA COPOVI FRANCISCO GARCÍA CANTOS JUAN MORENO CUENCA PEDRO VERDEJO ANTONIO VERDEJO MANUEL MADRID JOSÉ LUIS GARRIDO JUAN MANUEL DE LA FUENTE JUAN GARCÍA JOSÉ HABA ANICETO PARDO MARCOS QUESADA JUAN FERNÁNDEZ JOAQUÍN LÁZARO JOSÉ MARIA MOLINA |
MARIA
GARCÍA NAVARRO.
MOLINO JUAN MICO JUAN MARTÍNEZ HARO JOSÉ MILÁN JOSÉ MARTÍNEZ FRANCISCO MON JOSÉ LUIS CAPDEVILA SANTIAGO AYEN ANTONIO RUIZ SR. PULLOL RIERA CAMACHO SONIA PUJOL JESÚS PÉREZ BALLESTERO JOSÉ CALERO MORCILLO. MIGUEL BLANCO PÉREZ. JOSÉ BALLESTERO MARTÍNEZ. PEDRO MARTÍNEZ ALMANSA. MIGUEL REQUENA JESÚS ARROYO MARIA LÓPEZ JUAN SILVESTRE RAMÓN REQUENA VICENTE J. FERRI RICARDO HUGUET VICENTE RICHART LUIS RICHART MIGUEL RICHART JOSEFA TOLEDO DE RICHART SALVADOR SERRA VILAR VALERA NOEDA MANUEL YAGÜE |
MARTA YAGÜE
ROSA YAGÜE MARTA SOLERA JOSÉ F. MARTÍNEZ ISIDRO CAMARASA FRANCISCO GODOY ROMERA ROQUE RUIZ DOLORES ALCAÑIZ JOSÉ ASENSIO MAGDALENA BUENO JOSÉ JESUARDO JOSÉ PICO RAFAEL MERENCIANO HIPÓLITA LEAL LÓPEZ RUIZ LUIS PERIAL GARCÍA ANTONIO LAGUNA JOSÉ CALZOR ANTONIO TORRES JOSÉ LUIS AMIGO MIGUEL TUR ROIG TRINI DE FIGUEROA RAFAEL LÓPEZ NARVÁEZ BERTA SÁNCHEZ DE TERÁN JEFF D. DESSAK ALMUDENA LUNA SEÑORA DE LUNA MIGUEL LUNA MÓNICA LUNA SEÑORITA CABRERIZO DIETER FRICKER CASTEL VICENTE GINER |
ESPELUZNANTE
ASPECTO DEL LUGAR DEL ACCIDENTE
La zona en que se estrelló el avión
reactor de Iberia tipo Caravelle que cubría el trayecto Valencia Ibiza, ofrecía
una aspecto realmente espeluznante, ya que los restos de los cadáveres de
pasajeros y tripulaciones cubrían por lo menos un kilómetro de radio, lo
que da una idea de la violencia del impacto contra la zona denominada
"Rocas Altas" enclavada en la montaña "La Atalayasa" de 400
metros de altura. en el término municipal de San Jose (Ibiza).
Se da la circunstancia sin embargo, de que el avión no se encontró fragmentado
en trozos muy pequeños, ni se incendió al chocar contra el terreno.
El comandante de la nave siniestrada
llevaba siete mil horas de vuelo, y el segundo piloto era recién casado y su
esposa estaba esperando un hijo. El mecánico estaba casado y era padre de dos
hijos.
LA
ULTIMA LLAMADA DEL COMANDANTE DEL AVIÓN
Según
informaciones recogidas en círculos allegados al aeropuerto de Ibiza, la última
llamada efectuada por la tripulación del avión siniestrado fue realizada a las
doce y cuarto. La tripulación pidió permiso para descender a 5500 pies de
altura. Sobrevolaba en ese momento la isla Conejera. El piloto dijo
"preparad una cerveza que ya estamos", la torre de control dio el
permiso para descender y se cree que el aparato se encontró con la
montaña, seguramente debido a un error del altímetro.
El aparato no chocó de proa, ya que esta parte es la que se encontró
mejor conservada. Sin embargo la cola y el centro estaban totalmente
destrozados. Se supone que el piloto al observar la presencia del obstáculo
intentó elevarse de nuevo.
Entre el personal del aeropuerto se comentó que precisamente esa zona de la
isla era la única que en aquellos momentos tenía poca visibilidad.
ENTIERRO DE LAS 104 VICTIMAS.
IBIZA Día 8.(Crónica de periódico nacional)
A las nueve y cinco de esta noche
finalizó el funeral de "corpore insepulto" oficiado por las 104
víctimas del accidente aéreo ocurrido ayer en esta isla. Ofició el obispo
auxiliar de Ibiza Monseñor Teodoro Úbeda, que concelebró la ceremonia con otros
siete sacerdotes, uno de ellos llegó de Villarrobledo (Albacete), acompañando a
una muchacha de 16 años que ha perdido en el accidente a sus padres y dos
hermanos.
Presidieron el ministro del Aire, el
gobernando civil de Baleares, el director general de Empresas y Actividades
turísticas, subsecretario de Aviación Civil, Capitán General de la III Región
Aérea, Presidente del Consejo de Administración de Iberia y todas las
autoridades insulares.
A las cinco menos cuarto de la tarde fueron llegando a la iglesia de San José
los familiares de las víctimas oriundas de Valencia y venidos a la isla en tres
aviones especiales de Iberia y a las cinco y cuarto empezaron a ser trasladados
los féretros desde el lugar del accidente a la iglesia de San José.
Se dio la circunstancia
que en Ibiza solo había cuarenta cajas mortuorias y se esperaba la llegada de
las sesenta y cuatro restantes de Barcelona, pero en esta capital hubo
dificultades para el embarque y transporte de dichas cajas mortuorias, las cuales,
finalmente, llegaron al aeropuerto de Ibiza sobre las cinco de la tarde y al
lugar del siniestro sobre las seis. Estas circunstancias obligaron a retrasar
extraordinariamente la celebración del funeral y el sepelio de las víctimas,
fijado en principio para las cuatro y media de la tarde.
El
funeral dio comienzo a las 8,30 horas de la tarde. A la llegada de cada uno de
los féretros se produjeron conmovedoras escenas de dolor. Figuraban
numerosísimas coronas.
Es de destacar la incansable
labor de las Fuerzas del Ejercito, Guardia Civil, Policía Armada y Cruz
Roja, en el rescate de los restos de las víctimas. Igualmente el obispo
auxiliar de Ibiza, estuvo durante el día de hoy personalmente recuperando
restos humanos.
Cuarenta de las víctimas del accidente aéreo han podido ser identificadas, no
por los restos humanos, sino por los haberse encontrado documentación en las
ropas que se hallaban dispersas por el monte.
El sepelio de las víctimas se efectuó
sobre la media noche y no fue en San José, sino en el cementerio nuevo de Ibiza
que aun estaba por bendecir e inaugurar y que esta misma noche fue bendecido
por el obispo auxiliar. Las 104 víctimas no cabían ni en el cementerio actual
de Ibiza ni tampoco en el de San José.
LUTO EN VILLARROBLEDO POR
EL ACCIDENTE AÉREO.
Una familia de cuatro miembros y
seis jóvenes trabajadores de la ciudad albacetense de Villarrobledo han muerto
en la catástrofe. Trabajaban en el ramo de la construcción y la mayoría de
ellos se reincorporaban después de las vacaciones navideñas.
Entre las diez víctimas del pueblo de esta catástrofe figuraba la
familia compuesta por Vicente Richart Ruiz de 54 años, su esposa Josefa Toledo
de 49 años y sus dos hijos Miguel y Luis de 21 y 15 años respectivamente. El
cabeza de familia regresaba a su trabajo en la construcción, llevándose a sus
dos hijos, para los que había logrado colocación, y a su esposa que iba a
atender la casa.
Esta familia disponía de pasajes para el vuelo del día 5, pero por tener que
hacer la matanza, los habían cambiado para el día de la tragedia.
De la familia han quedado dos hijas, que viven en Villarrobledo de 18 y 16
años.
Las otras víctimas son 6 jóvenes trabajadores, también
empleados en la construcción. Algunos de ellos habían estado trabajando en
Suiza y habían decidido ir a Ibiza, en razón de mejoras salariales, y la
mayoría regresaban después de pasar con sus familias las vacaciones navideñas.
Han perecido en el accidente Juan Martínez Haro de 20 años; Jesús Pérez
Ballestero, de 24; José Calero Morcillo, de24; Miguel Blanco Pérez, de 25; José
Ballesteros Martínez, de 19 y Pedro Martínez Almansa, de 24 Todos ellos
solteros.
Había otro grupo de jóvenes trabajadores que se iban a desplazar a Ibiza, y que
no encontraron pasaje para ese día.
La noticia de la tragedia se conoció en Villarrobledo sobre las diez de la
noche del mismo día 7. Era la propia compañía aérea la que se puso en contacto
con los familiares de las víctimas, para trasladarles a Ibiza y asistir a su
inhumación.
Sobre la
una de la madrugada llego a la ciudad un autobús de la compañía para recoger y
trasladar a los familiares a Barajas y desde allí, por vía aérea realizar el
viaje a Ibiza.
El
avión del modelo Caravelle, que cubría una línea regular era conocido por El Morteret, entre los picos
Rocas Altas y la Atalaya de San José, muy cerca del aeropuerto de Ibiza se
estrelló. No hubo ni un solo superviviente.
De las 104 víctimas, 80
embarcaron en el aeropuerto de Valencia, 27 de ellas eran residentes en
Algemesí y cuatro en Alicante.
La compañía Iberia expuso a la prensa la
siguiente nota:
“Iberia lamenta
comunicar que en el día de hoy el avión matrícula EC/ATV tipo Caravelle VI/R de
94 plazas que realizaba la línea IM-602, en su trayecto Valencia-Ibiza despegó
del aeropuerto de Valencia a las 12,00 horas de la mañana hora local de acuerdo
con el horario previsto.
El comandante mantuvo las comunicaciones
normales con los aeropuertos de Valencia e Ibiza hasta, las 12,15 horas, es
decir, diez minutos antes de la llegada estimada a este último aeropuerto,
perdió el contacto por radio con el avión la torre de control del aeropuerto de
Ibiza que decretó la situación de alarma. El avión ha sido localizado en el
Monte de Atalaya del término municipal de San José (Ibiza) a quince kilómetros
aproximadamente del aeropuerto de Ibiza, sin que fuera hallado ningún
superviviente. Hasta el momento se desconocen las causas del accidente. Por las
autoridades aeronáuticas y por Iberia se han iniciado las oportunas
investigaciones para determinar las causas del siniestro.”
La tripulación del Caravelle estaba compuesta por :
Comandante: José Luis Ballester Sepúlveda.
Copiloto:
Jesús Montesinos Sánchez.
Mecánico:
Vicente Rodríguez Mesa.
Azafata:
Pilar Merino López Baeza.
Azafata:
Pilar Miravet Martín.
Auxiliar de vuelo: Manuel Fernández Cuesta.
Los soldados del Regimiento Teruel de Ibiza fueron
los encargados de tener que recoger los numerosos cadáveres cortados por la
mitad, a la altura del cinturón de seguridad, que allí aparecían.
Muchos son los testigos que afirman haber vivido
todo tipo de fenómenos extraños en la zona del accidente. Uno de los
testimonios más impactantes es el de Maria Luisa Álvarez, que junto a tres
amigos más fue de acampada hace ya 20 años a la que fue zona del accidente.
Relata Maria Luisa que con las tiendas ya montadas
y estando dentro de éstas pues la temperatura no invitaba a estar fuera, sobre
las 11,30 de la noche mientras charlaban animadamente alrededor del quinqué
eléctrico que tenían, comenzaron a escuchar unos gritos de dolor desgarradores
de muchísima gente a la vez.
Presos del pánico, mientras su amiga y ella se
quedan dentro de la tienda, los dos chicos que las acompañaban salieron para
comprobar qué o quién había fuera. Fue entonces cuando los gritos dejaron de
escucharse. Al meterse los dos amigos dentro de la tienda otra vez, los gritos
regresaron de nuevo con más intensidad coincidiendo con que la luz del quinqué
iba bajando poco a poco de intensidad hasta llegar a apagarse.
La noche se hizo eterna para estos cuatro amigos
que a la mañana siguiente salieron de allí como alma que lleva el diablo para
no regresar nunca jamás.
¿Qué eran aquellos gritos desgarradores? ¿Eran tal
vez los gritos de todos aquellos que allí dejaron sus vidas debido al fatal
accidente allí producido?
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