El
niño de Trípoli:
Semiinconsciente,
con la cabeza vendada y un moratón en la mejilla izquierda, el niño de entre
ocho y diez años que descansa en la unidad de cuidados intensivos de un moderno
hospital de Trípoli no sabe todavía que ha sobrevivido a una catástrofe aérea.
Tiene los dos pies rotos y le han operado de urgencia.
Las enfermeras, tocadas con un blanquísimo
velo y la mascarilla quirúrgica puesta, le sonríen y le acomodan el gotero. Él
no las ve, aunque abre de vez en cuando los ojos, según las imágenes difundidas
por la televisión libia.
Se parece
a cualquier otro accidentado, pero su caso es excepcional. Se trata del único
pasajero con vida del vuelo 8U771 de la compañía libia Afriqiyah Airways
(fundada en 2001 y con un historial impecable) que salió ayer de Johannesburgo
con destino a Londres.
Los otros 103 viajeros han perecido. De ellos,
al menos 61 eran holandeses, 22 libios y dos alemanes, entre otras
nacionalidades. Las autoridades de Países Bajos creen que aún puede haber más
víctimas holandesas.
El
aparato se estrelló poco antes de tomar tierra en el aeropuerto de la capital
de Libia, unas instalaciones modernas y consideradas seguras. El Airbus
A330-200 era nuevo y había pasado las revisiones de rigor antes de despegar en
Sudáfrica. Sin embargo, lo que debía ser una escala técnica, para que se
bajasen pasajeros y subiesen otros acabó en un accidente tremendo.
La
televisión libia que filmó al pequeño intercalaba su rostro con planos de la
zona siniestrada. Después dio paso a los expertos. A uno de ellos, el holandés
Benno Baksteen, que ha trabajado en KLM, le parecía "increíble que alguien
hubiera podido sobrevivir a semejante destrozo".
La muerte
es caprichosa, en ocasiones se lleva a alguien que está tranquilamente viendo
la tele en su casa y otras veces permite vivir a una persona que viajaba en un
avión que se estrella a gran velocidad contra edificios de una ciudad. La vida da
esos vuelcos.
Del niño
de Trípoli no se sabe aún si viajaba acompañado por un familiar. Es más,
mientras el Ministerio de Transporte libio asegura que es de nacionalidad
holandesa, en La Haya prefieren no dar datos. Esperan a contar con la lista
oficial de pasajeros. Los médicos libios que le operaron aseguraron que estaba
"fuera de peligro, sin heridas internas ni órganos afectados".
Las fotos
son conmovedoras, el niño está lleno de moratones y tiene los ojos hinchados,
pero milagrosamente no tiene heridas internas ni órganos afectados que es
siempre lo menos visible pero lo más mortal.
Los nombres de las víctimas
llegarán pronto pero para saber las causas del accidente habrá que esperar. Las
cajas negras, muy dañadas, han sido recuperadas por los equipos forenses
libios, que no han podido evitar el goteo de conjeturas sobre lo ocurrido. Las
primeras investigaciones han descartado que la nube volcánica haya influido en
el accidente.
Las cenizas procedentes de Islandia han
llegado al norte de África, pero la única afectada por ahora ha sido Marruecos.
Según Afriqiyah Airways, debió suceder "algo extraño después del
despegue", porque antes "todo estaba en orden". Sobre un
supuesto estallido a bordo nadie quiere especular. En señal de duelo, Holanda
ha suspendido el arranque de la campaña electoral para las legislativas del 9
de junio.
Bruselas/Ámsterdam (DPA). ¿Un
milagro? De los 103 pasajeros del avión Airbus A330 de la aerolínea libia
"Al Afriqayia" accidentado en Trípoli, sólo uno se salvó: el niño
holandés Ruben. Pero lo que a veces parece un fenómeno inexplicable, para la
ciencia y la estadística puede tener algunas razones de ser.
Así,
el hecho de que Ruben van Assouw, de 9 años y nacido en Tilburg, al sur de los
Países Bajos, sea el único que pueda contar lo ocurrido, puede que no sea
producto del mero azar.
Al
menos 70, de las 103 víctimas mortales del Airbus A330 de la línea aérea libia
eran de nacionalidad holandesa.
En
este sentido, según datos de la agencia de control del tráfico aéreo en Europa,
Eurocontrol, cuando hay supervivientes en un desastre aéreo, suele tratarse de
menores. ¿Por qué?
Apuntan
las estadísticas de Eurocontrol que desde 1970, en las mayores tragedias de la
aviación comercial, de cada15 supervivientes, ocho eran niños.
Por
ejemplo, en el grave accidente de Detroit, en 1987, fallecieron 149 pasajeros,
y sólo se salvó un niño de cuatro años.
En
otro desastre aéreo registrado en Colombia en 1995, de los casi 50 pasajeros
que iban a bordo del aparato siniestrado, salvó la vida un niño de 9 años, con
sólo un brazo roto y algunas contusiones leves.
Otra
fecha clave fue 1997. En un grave accidente registrado en Vietnam, al
estrellarse el aparato cuando iba a aterrizar, perdieron la vida 59 personas y
sólo se salvó un bebé de 12 meses.
“Es un
milagro que alguien sobreviva a una catástrofe aérea, pero si alguien se salva,
suelen ser los niños".
"Los
niños tienen una masa corporal menor. Es tan sencillo como que si un adulto o
un niño se caen de una escalera, a la misma altura, el adulto sufrirá heridas
más graves: si eres más liviano, y ocupas menos espacio, tienes más posibilidades
de sobrevivir", explica un experto.
Para
Baksteen, el hecho de que Rubén haya permanecido en su asiento fue determinante
para salvar la vida. "Si no hubiese permanecido allí, habría muerto
también. Debido a su menor masa corporal en el momento del descenso violento
del aparato, experimentó menor presión sobre el cuerpo", asegura.
Esa
fuerza, según los expertos, es la misma que se experimenta al bajar o subir en
un ascensor de manera muy veloz, o, en mucha mayor intensidad, la que
experimenta, por ejemplo, el piloto de un avión de combate o un astronauta en
el momento del ascenso del cohete (fuerza de aceleración, "G").
La
misma situación que ha vivido Ruben, al que hoy, de manera unánime, la prensa
holandesa e internacional califican de "héroe", fue la que pasó
Juliane Kopcke, de 17 años, cuando el avión en el que viajaba entró en una
fuerte zona de tormenta en 1971 e hizo una caída en picado, cuando volaba por
encima de la selva amazónica de Perú.
Gracias
a que tenía el cinturón de seguridad abrochado, y que su masa corporal era
menor que la de un adulto, logró sobrevivir. Ni su madre ni el resto de los 97
ocupantes pudieron contarlo.
Mención
aparte merece el caso de la niña de 12 años Bahia Bakari, la única
superviviente de la tragedia aérea de un aparato de Yemenia Airlines,
accidentado en 2009. El avión en el cual viajaba se estrelló en el Océano
Índico, en aguas de las islas Comores. Ella fue la única que sobrevivió, los
otros 152 ocupantes del avión perecieron.
Según
los expertos, hay algunos consejos útiles, y basados en el sentido común, para
incrementar las posibilidades de sobrevivir a un accidente aéreo: sentarse
cerca de la salida de emergencia, leer cuidadosamente las instrucciones de
seguridad, no beber alcohol para no disminuir los reflejos, o mantener el
cinturón de seguridad abrochado durante todo el vuelo. También sentarse lo más
alejado posible de la ventana es beneficioso, pues el choque será menor y la
posibilidad de escapar caminando por el pasillo central del avión es mayor.
Otros únicos supervivientes :
En Colombia
Un vuelo de Intercontinental Airlines, que se estrelló en 1995 en Colombia, dejó 51 muertos. El avión explotó en el aire cuando el piloto, al parecer, intentaba un aterrizaje de emergencia cerca de un pantano. La nave golpeó contra un campo y sus restos cayeron a una laguna. Erika Delgado tenía nueve años y fue la única sobreviviente. Sus padres y hermanos murieron en el accidente. La niña fue rescatada por un campesino de la zona, quien la encontró aferrada a unas algas. Erika relató que antes de eso, alguien se le acercó pero no la ayudó, sino que le arrancó un collar de oro del cuello y huyó. La joya se la había regalado su padre.
Un vuelo de Intercontinental Airlines, que se estrelló en 1995 en Colombia, dejó 51 muertos. El avión explotó en el aire cuando el piloto, al parecer, intentaba un aterrizaje de emergencia cerca de un pantano. La nave golpeó contra un campo y sus restos cayeron a una laguna. Erika Delgado tenía nueve años y fue la única sobreviviente. Sus padres y hermanos murieron en el accidente. La niña fue rescatada por un campesino de la zona, quien la encontró aferrada a unas algas. Erika relató que antes de eso, alguien se le acercó pero no la ayudó, sino que le arrancó un collar de oro del cuello y huyó. La joya se la había regalado su padre.
Milagrosa caída en Navidad
Con 17 años, la alemana Juliane Koepcke fue la única sobreviviente del accidente de un avión de LANSA (Líneas Aéreas Nacionales) en Perú, que dejó 91 muertos. Era la Navidad de 1971 y junto a su madre viajaba desde Lima a Pullcalpa, en la Amazonia, donde su padre trabajaba.
No se sabe a ciencia cierta por qué, pero es posible que sea porque la mayoría de los aviones se estrellan de frente contra algo, con la nariz primero, y la mayoría de los muertos en un accidente pierden la vida por el impacto.
El que sobrevivas también puede estar determinado por tu edad, o por tu ocupación. Según el blog airsafe.com, de 12 accidentes aéreos con un sólo sobreviviente registrados de 1970 a la fecha, 5 de los sobrevivientes han sido menores y cuatro miembros de la tripulación, pareciere como si el trabajar en aviones ayudase a salvarse en caso de accidente. Tal vez aprenden a saber colocarse y a salir de la nave siniestrada.
9 de julio de 2003: Mohammed el-Fateh Osman, un niño sudanés de dos años, fue considerado "un milagro de Dios" por el ministro de aviación del país tras salvarse del accidente de un Boeing 737 que se estrelló en Port Sudán, con un saldo de 115 muertos. El niño sufrió quemaduras y fue encontrado por un nómada sobre un árbol caído.
Diciembre de 1960: Stephen Baltz, un niño de Illinois de 11 años, fue el único sobreviviente de un choque de dos aviones de pasajeros en Nueva York. Seis personas murieron en tierra, 83 en un avión de United Airlines y 44 en el avión de TWA. Baltz, que iba en el vuelo de United, sufrió quemaduras e intoxicación por inhalación de humo, pero pudo contar la tragedia antes de morir al día siguiente a consecuencia de sus heridas internas.
sin
embargo tuvo una vida Cecelia Crocker
Era conocida como la
huérfana de Estados
Unidos después de ser la
única sobreviviente de un accidente de avión.
En 1987, el vuelo 255 de Northwest Airlines se estrelló minutos
después de despegar del aeropuerto metropolitano de Detroit, matando a 154
personas a bordo y dos personas en tierra, pero dejando tras de sí un
pequeño milagro.
Cecelia Crocker, fue el único superviviente del accidente. Su madre,
padre y hermano Dadid, de 6 años de edad, que estaban en el vuelo con ella,
fallecieron en el accidente.
Ahora, casi 26 años después, esa niña se ha convertido en adulta, y
habla por primera vez para ABC News acerca de la tragedia que cambió
para siempre su vida. Ella cree que sobrevivió gracias a su madre, Paula
Cichan, que le protegió durante el accidente.
«Pienso en el accidente cada día. Es un poco difícil no pensar en
ello cuando me miro en el espejo. Tengo cicatrices en mis brazos y en mis
piernas y hasta en la frente», asegura.
En el momento del accidente, la familia de Crocker vivía en Tempe,
Arizona, pero su tía y su tío se la llevaron a Birmingham, Alabama, y la
mantuvieron al margen de los focos de atención. A pesar de que no recuerda el
accidente, Cecielia Crocker, de 30 años ha explicado que «sí tiene en mente el
momento en el que entendió perfectamente lo que le había sucedido».
«Me di cuenta de que era la única persona que sobrevivió a ese
accidente de avión en la escuela o en secundaria. Recuerdo que me sentía
enojada y culpable de haber sobrevivido. ¿Por qué no sobrevivió mi hermano?
¿Por qué nadie más? ¿Por qué yo?»
John Thiede, el bombero que vio primero a Crocker entre los
restos, recuerdo el momento de su rescate «cuando nos encontramos, y la encontramos,
fue una euforia. Un momento que no puedo describir»
Dará el salto a la gran
pantalla
Crocker es una de las cuatro personas, todos sobrevivientes solitarios
de accidentes aéreos, que protagonizaran «Sole Survivor», un nuevo documental que
llegará a los cines el próximo mes de agosto del
2013.
George Lamson, aparecerá también en el
documental, quien, a los 17 años, fue el único superviviente que se
encontró con vida después de que el vuelo 203 del Galaxy Airlines cayera
en Reno en 1985.
El tercer protagonista se llama Juan Polehinke, su historia es
diferente al resto, ya que fue el co-piloto del 5121 Air Com, que cayó
segundos después de despegar en Lexington, Kentucky, en 2006. Polehinke asegura
que pese al paso de los años todavía lucha con la culpa del superviviente.
«He llorado más que cualquier hombre ha llorado, o cualquier
hombre debería ser capaz de llorar», explicado Polehinke. «Mi esposa ha estado
allí conmigo para poner mi cabeza en su hombro. Es esa lucha constante de mi
voz interior que quiere seguir adelante y la mala que dice que no debería estar
aquí». añadió.
El último participante del documental es Bahia Bakari, que tenía
14 años cuando sobrevivió después de que el vuelo 626 de Yemenia se desplomara
en el Océano Índico en 2009, y pasara nueve horas aferrada a restos del avión
antes de ser rescatada.
El director de la película, Ky Dickens, ha explicado que «ser el
único superviviente en una situación así es a la vez una bendición y una
carga».
«Lo más importante es que las personas puedan tomar distancia y que vean
que los supervivientes son realmente víctimas también. Hay una percepción
errónea de que si sobrevives a algo, tienes suerte, pero su vida se ve
alterada para siempre, y no es fácil para ellos seguir. Muy pocos se sienten
afortunados por ello» añade el director del documental.
«Cuando uno ve las imágenes de los restos, es un milagro y una
bendición que alguien saliera viva de eso», explica Jeff Krappitz, que
perdió a su abuelo en el accidente donde Crocker sobrevivió
Crocker en la actualidad está felizmente casada y vuela en avión
regularmente. Incluso se hizo un tatuaje de un avión en la muñeca. «Muchas
cosas, las cicatrices se quedaron en mi cuerpo en contra mi voluntad, y decidí
poner esto para mí. Estoy feliz, nunca he sido tan feliz», dice Crocker.
iendo el peor
de la historia de la aviación australiana y los motivos de porque el avión se
incendio en pleno vuelo nunca han podido ser resueltos. El secretismo militar
que existía en plena Segunda Guerra Mundial nunca permitió revelar estos
misterios.da en la primera fila después de la cabina de los pilotos. Cuando el
avión empezó a sacudirse, George Jr. puso las rodillas contra su pecho justo en
el momento en que el avión colisionó con el suelo, la fuerza del im
sentada en la primera fila después de la cabina de los pilotos. Cuando el avión
empezó a sacudirse, George Jr. puso las rodillas contra su pecho
. El rescate de Jessica Lewiss
.- Martes 25 de diciembre de 2007 .- Panamá.- Miembros de socorro de
Aeronáutica Civil y de Protección Civil hallaron el martes 25 a la aeronave
HP-762 y a tres personas fallecidas: el capitán de la aeronave, el panameño EDWIN LASSO, el estadounidense
MICHAEL KLEIN, su hija de 13 años y una sobreviviente del
accidente de nombre FRANCESSCA "FRANKIE" LEWIS de 12 años que fue
rescatada y trasladada al Hospital José Domingo Obaldía.
La niña presentaba fracturas en
brazos y piernas y síntomas de hipotermia debido a que estuvo tres días a la
intemperie del lugar que se caracteriza por bajas temperaturas.
Lunes 24 de diciembre de 2007, una avioneta monomotor de bandera
panameña matricula HP-762, CESSNA, que salió a las 11:
45 de la mañana de Isla Seca en el Pacifico de Chiriquí, Panamá, con rumbo a
Volcán de Chrique se encontraba desaparecida. La noticia corría como la pólvora
por el pueblo.
Según los informes el vuelo solo debía durar 45 minutos pero este tiempo
nunca se cumplió razón por la que autoridades pusieron voz de alarma, ya que el
piloto no notificara su llegada a Volcán ni retorno a su lugar de origen.
El piloto EDWIN LASSO, un norteamericano empresario hotelero de nombre MICHAEL KLEIN y dos menores de
edad de igual procedencia. Hasta el momento miembros del Servicio Nacional
de Protección Civil), y el Servicio Aéreo Nacional son los que
mantienen la búsqueda por los sectores de las localidades de Boquete, Caldera,
Cañas Gordas y en las faldas del volcán Barú en búsqueda aérea y terrestre.
Esta era la
información que se daba por las radios y televisiones del país.
Unos días después, en concreto el 29 Diciembre la Navidad comenzaba de
nuevo para la joven americana. Su madre y sus tíos la esperaban en casa con el
árbol de navidad y una cinta de villancicos sonando a bajo nivel pero sonando
al fin y al cabo.
Francesca "Frankie" Lewis, la niña que sobrevivió casi tres
días atrapada dentro el destrozado fuselaje de la avioneta accidentada llegaba
con el semblante serio pero recibiendo el calor de su familia.
Está afligida como todos nosotros
pero hasta cierto punto preparada para superar lo vivido en Panamá y reanudar
la fiesta que se perdió a raíz del choque, dijo la madre de la niña.
"Esta mañana cuando se levantó me dijo: '¿mamá, todavía vamos a
tener Navidad cuando volvamos a casa?'", dijo el sábado en una entrevista
con la madre de la menor, Valerie Lewis.
En casa le esperan sus amigos, familiares y docenas de regalos
incluyendo un par de esquís, que para poder estrenar "le queda un camino
muy largo", expresó la madre con pesar, pues su hija es una destacada
atleta.
"Estaba preocupada porque se perderá el final de la temporada de
fútbol en su escuela", pues es defensa en el equipo femenino y también
juega voleibol , dijo Lewis. Pero lo importante es que se recupere cuanto antes
y pueda pronto volver a realizar las prácticas deportivas que tanto le gustan.
En la escuela conoció a la que era su mejor amiga Talia Klein, hija del
empresario californiano Michael Klein, con quienes viajaba en el momento del
accidente. Los Klein así como el piloto de la Cessna 172, el panameño Edwin
Lasso, murieron en el choque.
"Es lo más duro para ella, porque quería mucho a su amiga y al
padre de Talia. Se pone muy triste por ello", añadió Lewis.
El médico que la trata, Samuel Cattán, dijo que la niña está en franca
recuperación y podría darla de alta en un par de días.
Antes de partir, la madre dijo que evalúan si "estará lo
suficientemente repuesta" para encontrarse con algunos de los rescatistas
que la hallaron entre los pedazos de avioneta, quienes también quisieran verla
antes de partir.
Los hermanos Manuel y Miguel Vurac, que eran parte del grupo de
voluntarios que la encontraron, quieren ver a la sobreviviente para devolverle
un arete que perdió.
Los Vurac supieron el sábado de que un avión se había precipitado en las
faldas del volcán Barú, a unos 430 kilómetros al oeste de ciudad de Panamá y,
haciendo de lado la Nochebuena salieron a buscar aliados entre la población
local para largar una misión de rescate. Pero no encontraron eco y
decepcionados volvieron a casa.
En Navidad, Manuel le preguntó a su hermano: "¿Te sientes con
suerte?" y él le contestó que sí antes de salir a la montaña con las
mochilas en las que su madre les empacó frazadas, bolsas plásticas, ropa, agua
y comida. Y la tuvo cuando avistó el destrozado fuselaje de la avioneta.
La ex esposa de Klein, Kim Klein, dijo que "estos hombres se
merecen el dinero, y lo van a recibir" al referirse a 25.000 dólares que
ofreció cuando se reportó la desaparición de la aeronave en que viajaba el
empresario californiano con las dos niñas. No consiguieron salvar su vida
porque era imposible, tras el accidente murió al instante como su hija y el
piloto.
Esto hace más trágica y milagrosa la supervivencia de Francesca, que
tuvo que recuperarse del impacto tan brutal que le supuso ver a sus compañeros
de viaje muertos, sobreponerse a los golpes y comenzar a caminar por la zona
montañosa semi selvática en busca de alguien que la pudiera rescatar.
Los Vurac menosprecian el dinero y creen que les resultaría más
beneficiosa una visa que les permita ir a trabajar a Estados Unidos. "Es
para poder ganarnos la vida allá y poder volver a ver a la familia, nos
resultaría mejor que dinero, pero todo esto ya es cuestión de ella",
expresó Manuel.
"Nunca hicimos nada de esto buscando recompensa, ni queremos
presionar", añadió en una entrevista.
Klein buscará ayudarles con esa solicitud, pero comentó que "no es
como si yo fuera el presidente (de Estados Unidos). Si pudiera conseguírsela,
lo haría. Pediré que alguien se ocupe de ello".
Miguel Vurac es electricista en este poblado turístico ubicado en la
región montañosa de Panamá. Manuel usa el inglés que aprendió los cinco años
que trabajó legalmente en Estados Unidos reforestando montañas del norte de ese
país, para hacer reparaciones caseras para los extranjeros que visitan esa localidad.
En 2002, los hermanos Vurac salvaron a dos empresarios panameños que
cuyo avión se estrelló en el volcán.
Con fractura en uno de sus brazos, síntomas de hipotermia
debido a las bajas temperaturas, traumas a nivel muscular y alteración de sus
funciones renales, Francesca Lewis, de
12 años, está sana y salva, después de 72 horas en la selva.
Jessica fue evacuada en helicóptero por los grupos de
rescate y trasladada al hospital Mae Lewis en David, capital de la provincia de
Chiriquí, al oeste de Panamá.
Jessica
se encontraba "estable, era un milagro que hubiera sufrido tan pocas
heridas.
Sobrevivió bebiendo agua de un río y comiendo unas pocas chucherías
que quedaron esparcidas por la avioneta y alrededores. Los dos últimos días no
pudo comer nada porque no encontró frutales, tan sólo algunas palmeras a gran
altura a las que intentó con piedras arrebatarles algunos cocos sin éxito
alguno.
A raíz de
su recuperación, muchos periodistas se han interesado de su historia y le han
propuesto escribir una novela autobiográfica centrándose en su accidentado
viaje a tierras panameñas. Jessica que cuenta con 21 años sigue estudiando y
prefiere esperar a que pase más tiempo para decidirse a escribir sobre lo
ocurrido.
De
momento se limita a contar con cuentagotas lo que ocurrió en esa avioneta, no
le gusta explayarse acerca de lo que hizo tras abandonar la avioneta y comenzar
a buscar a sus rescatadores.
Como la
montaña no iba a Mahoma, Mahoma fue a la montaña. Jessica esperó en la avioneta
la llegada de los rescatadores por muchas horas, hasta que a media tarde del
día posterior al siniestro decidió descender las faldas del volcán para llegar
a una población.
No veía ninguna casa desde ningún montículo, descendió hacia una
hondonada pensando que tal vez habría un río que le facilitaría el camino hacia
la civilización, pero no encontró corriente de agua alguna, por lo que siguió
un angosto camino en dirección norte sin saber a dónde le conduciría.
Sabía que la forma más rápida de llegar al mar era en dirección
oeste, pero no había ningún camino más que en dirección norte así que me
decanté por seguir esa ruta.
Me dolían las piernas de tanto caminar y el estómago por tantas
y tantas horas que llevaba sin injerir ningún alimento. El último día me sentía
tan debilitada y me vi en una situación tan delicada que me planteé el arrancar
la hierba del suelo para ver si eso me servía para aplacar el hambre.
Por fortuna no tuve que recurrir a ese remedio tan drástico que
podía resultar tan dañino para mi estómago. Unos rescatistas me encontraron
cuando estaba a punto de claudicar y de tirarme al suelo. Me veía agonizando en
un par de horas cuando me encontré con ellos.
Me preguntaron si era la hija de Michael Klein, les dije que no,
que estaban muertos todos, piloto, padre e hija. Se llevaron una desilusión muy
grande. Creo que hubieran preferido que se salvara el padre o la hija porque
eran los familiares de la mujer que se había comprometido a pagarles una gran
cantidad de dinero por el rescate de su marido y de su hija. Aunque la viuda finalmente les pagó todo lo
estipulado en un gesto que le honra.
Muchos periodistas
El avión terminó destruido en Reno, Nevada, USA, de acuerdo con el reporte, el accidente fue ocasionado por culpa del copiloto quien no supo monitorear la velocidad del avión en relación al despegue. En la actualidad George Lamson Jr. está casado, tiene un hijo y ha pedido a la prensa
El avión terminó destruido en Reno, Nevada, USA, de acuerdo con el reporte, el accidente fue ocasionado por culpa del copiloto quien no supo monitorear la velocidad del avión en relación al despegue. En la actualidad George Lamson Jr. está casado, tiene un hijo y ha pedido a la prensa
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