miércoles, 5 de agosto de 2015

La Orden del Templo Solar


Para no cansarles con relatos de supervivientes aéreos voy hablar de un tema bien diferente, en concreto de una secta de la que se habló mucho en los años noventa pero que ya ha pasado al olvido, eclipsada por los Raelianos, los del Palmar y otras sectas por fortuna mucho menos destructivas.
La Orden del Templo Solar fue fundada en 1984 en Ginebra por Joseph Di Mambro y Luc Jouret.
Su nombre salta a la luz pública, de manera trágica, en un mes de octubre de 1994. El día 5 de ese mes, 53 de sus miembros son encontrados muertos, 48 en Suiza y 5 en Canadá.
Los cadáveres carbonizados presentan orificios de bala y huellas de inyecciones. Se habla de un suicidio colectivo, pero algunos de sus miembros pudieron ser asesinados. Al igual que lo que ocurrió en el Congo, los que se oponían al suicido pudieron ser baleados.
Entre 1994 y 1997, esta secta organizó el 'Tránsito hacia Sirius', o lo que, es lo mismo, el suicidio colectivo de 74 personas en Suiza, Francia y Canadá.
Los dos gurús de la secta, Di Mambro y Jouret parece ser que fueron encontrados muertos en el último  de los suicidios colectivos. No se pudo comprobar porque los restos de dos víctimas estaban totalmente calcinados, pero al perderse su pista desde entonces se cree que eran ellos los dos cadáveres sin identificar.
Solo el ideólogo de la Orden, el compositor y director de orquesta Michel Tabachnik, se sentó años más tarde en el banquillo de los acusados, por participar en 'asociación de malhechores. El sostuvo que todos se suicidaron de mutuo acuerdo, que no hubo tensiones ni peleas en los momentos previos al macabro acto. Todo esto lo sabría por lo que le contaron Di Mambro y Jouret que según él siguen vivos. “Yo no participé en ninguna de las ceremonias, estoy desligado de la secta desde hace varios años” se defendía así en el juicio.
Sin embargo la policía cree que Tabachnik estuvo en la mansión de Suiza donde murieron 74 personas, los investigadores creen que no se suicidó porque al ser el líder de la secta debía continuar en el planeta Tierra para reclutar a más adeptos que quisieran realizar el placentero y redentor viaje (según los fanáticos) hacia Sirius.
En 1984 Joseph Di Mambro y Luc Jouret fundaron una secta que pretendía establecer la hegemonía del espíritu sobre lo material, así como unificar tanto el Cristianismo (con todas sus variantes) como el Islam dentro de una misma religión. De haberlo conseguido, sería la religión con mayor número de adeptos en la historia (aproximadamente las tres quintas partes de la humanidad).
Joseph Di Mambro, fundador de la secta y en paradero desconocido desde hace más de diez años
Así mismo, también pretendían instaurar unas “nociones correctas sobre el poder y la autoridad”, basada en preparar a la humanidad para el regreso de Jesucristo como una especie de Dios-Sol. Para conseguirlo, erigieron numerosas logias en diversos países, tales como Australia, Suiza o Martinica, así como dos sedes centrales en la ciudad de Quebec.
Primordialmente buscaban atraer a gente de alto poder adquisitivo, lo que les brindaría el apoyo económico para expandirse. Se cree que numerosos multimillonarios europeos eran miembros de esta secta, si bien no ha sido probado.

Estructuralmente, la organización estaba dirigida por 33 personas, llamados los “Miembros Mayores” y ejercían su poder desde la ciudad suiza de Zúrich. Para iniciarse dentro de la organización había que pagar una altísima cuota y luego tenían que pasar una especie de rito similar al de la investidura de caballeros medieval, velando una espada que Luc decía que era una reliquia del Templo del Santo Grial que le había sido entregada en otra vida, mil años atrás.
Ya en esta época los delirios de grandeza de sus fundadores se mostraban por los cuatro costados. Sin embargo se sentían frustrados pues eran conscientes de que nunca lograrían ser una iglesia de masas y mucho menos unificar el cristianismo con el Islam.
Pese a sus frustraciones y limitaciones consiguieron más adeptos, algunos de ellos eran instruidos en la compra de joyas y mansiones para la Orden.

En el año 1994, Joseph Di Mambro ordenó que se matase al hijo del adepto Tony Dutoit, un bebé de tres meses llamado Enmanuel. Ordenó su asesinato por identificarlo con el Anticristo, ya que tras su llegada al mundo había creado numerosos problemas en la pareja hasta el punto que se habían separado y Tony Dutoit había perdido su trabajo.
Di Mambro entendió que todos los males que acechaban a su pupilo se debían al nacimiento de su hijo, que era nada más y nada menos que la encarnación del demonio que llegaba a la Tierra con el firme propósito de acabar con los hombres originando guerras y el caos más absoluto que conduciría a una destrucción total. Así que la pobre criatura fue apuñalada en numerosas ocasiones con una estaca de madera por su propio padre ayudado por Di Mambro.
 En esa época el grado de insensatez y de locura había alcanzado cotas demasiado altas en la congregación y su desenlace estaba a la vuelta de la esquina.
Pocos días después de matar a la pequeña criatura en un sacrificio dantesco, Joseph y otros doce de los miembros de más alto rango llevaron a cabo una especie de “Últina Cena”. Mientras esto se llevaba a cabo, 62 miembros selectos de la secta fueron llevados a un chalet situado en Suiza, introducidos en una capilla subterránea y vestidos con túnicas. Escogieron a los más lunáticos y a los más fáciles de embaucar para que todo saliera correctamente y nadie pudiera echar al traste los planes previamente concebidos por Di Mambro.
 Una vez reunidos en aquel sótano de reducidas dimensiones comenzaron a rezar y a celebrar una eucaristía, sabedores que el final estaba muy cerquita. Cuando la ceremonia terminó todos se abrazaron y tras despedirse del mundo terrenal prendieron fuego al sótano(según palabras de los investigadores).  La casa empezó a arder y cuando llegó la policía descubrió los cuerpos colocados en círculos, con bolsas en la cabeza.
Sin embargo, no todo cuadraba, pues habían muerto por un disparo en la cabeza, todos presentaban heridas de bala en el cráneo pero algunas de las víctimas parecían haber sido ejecutadas por la trayectoria de la bala. Parecía como si una o varias personas hubiera matado a los indecisos y posteriormente hubieran prendido fuego a la casa para salir huyendo.
Se pensó que estos asesinos que huyeron fueron Tabachnik, Luc y Di Mambro, pero el primero negó haber estado en aquella casa y presentó una coartada que se admitió en el juicio en el que salió absuelto, y del segundo y del tercero nunca se confirmó nada, continúan en paradero desconocido veinte años después.
Las autopsias revelaron además que todos se encontraban severamente drogados, supuestamente para evitar que nadie se echase atrás antes del ritual. A la izquierda de todos había una especie de carta de despedida, en la que decían que se iban a otro plano de existencia para escapar de la “hipocresía y opresión reinantes en este mundo”.

Entre las víctimas había incluso un alcalde, varios periodistas famosos, funcionarios y algún millonario. De entre la documentación incautada, se descubrió que varias de estas víctimas habían hecho un depósito de un millón de dólares en una cuenta a nombre de Joseph Di Mambro.
Cuenta que no se ha tocado, como si Di Mambro hubiera muerto, pero lo cierto es que no se encontraba entre los fallecidos en el sótano. Su figura es un misterio, algunos sostienen que vive en el extranjero con otra identidad, pero lo más probable es que se inmolase en Quebec y que su cadáver quedase irreconocible, tal y como sostuvo la policía canadiense.
Sea como fuere, mientras no se confirme nada continuará alargándose la leyenda de que sigue reclutando gente para viajar al Planeta Sirius y realizando suicidios colectivos con personas incautas.
En el año 1990 se frustró otro intento de suicidio colectivo en el que iban a participar casi cien personas. Tuvieron que pasar cuatro largos años para que la secta pudiera realizar con éxito su viaje a ninguna parte.

El 23 de Marzo de 1997, cinco de los cargos más altos de la organización se suicidaron en una mansión de Saint-Casimir, en Quebec. La policía encontró los cinco cuerpos totalmente calcinados, así como a tres jóvenes de 13, 14 y 16 años encerrados en un cobertizo de la propiedad. Se trataba de los hijos de uno de los matrimonios que habían muerto en la explosión. Estaban vivos y sanos, pero fuertemente drogados.
Contaron a la policía que sus padres les habían hecho participar en la ceremonia de despedida previa al viaje al planeta Sirius, pero que por motivos que desconocían finalmente decidieron apartarles del viaje y les encerraron en el cobertizo. Los jóvenes no pudieron precisar si los acompañantes de sus padres eran Luc y Di Mambro, puesto que no les vieron la cara, iban tapados con túnicas blancas en todo momento.

En el año 99 se detuvo a Michael Tabachnik, un músico y director de orquesta suizo a quien se acusó de estar al frente de la organización. Había logrado escapar de la policía estando en paradero desconocido por casi cinco años, siendo una de las personas más buscadas por la policía de Francia y por las autoridades suizas.
 Fue llevado a juicio en 2001 y resultó absuelto por falta de pruebas. La fiscalía recurrió y consiguió un segundo juicio, en el que nuevamente resultó absuelto el 20 de Diciembre de 2006.

De Joseph Di Mambro y Luc Jouret no se sabe absolutamente nada, desaparecieron sin dejar ninguna clase de rastro. Se rumorea que tras participar en la última cena de la mansión de Suiza participaron en los suicidios colectivos que la secta realizó en Francia y en Quebec. Actualmente continuarían reclutando gente para continuar con su peculiar viaje a otro planeta mientras viven a cuerpo de rey con las donaciones que los adeptos les entregan.
Parece poco probable que estén vivos, menos probable que esta secta esté aún funcionando y mucho más improbable que pudieran realizar otra macabra ceremonia de despedida, pero lo cierto es que en este mundo pasan cosas muy raras y hay mucho lunático suelto.


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