miércoles, 5 de agosto de 2015

La Secta de las Puertas del Cielo.

RANCHO de San Fe, California:

Los 39 miembros de la secta «Puerta del Paraíso» que, en 1997, fueron hallados muertos, en una mansión de San Diego (California, EE.UU.) fueron encontrados por la policía que se personó en el inmueble para hacer labores de investigación boca arriba y con un velo que les cubría la cara y el pecho. De esa guisa y con ese atuendo tan peculiar  esperaban iniciar su «viaje» hacia una nueva dimensión, en concreto al planeta Sirius, al que llegarían en una nave extraterrestre que debía ir a recogerles al instante de fallecer.

 Los miembros de la esta secta de San Diego mezclaron vodka con calmantes y, cual complemento de un cóctel funesto, ahogaron el último aliento en bolsas de plástico. No había otra forma, según ellos, de ingresar en el Reino de Dios. Y ahora, en teoría, van montados en la estela del cometa Hale-Bopp.

Eran 39, 18 varones y 21 mujeres, todos ellos blancos con excepción de dos negros de edades que rondaban entre los 20 y los 72 años. Pertenecían a una secta llamada Heavens´s Gate (Puerta del Cielo) que hacía rodar sus curiosos mensajes de computadora en computadora vía Internet.

De ellos, vestidos todos con pantalones deportivos y zapatillas, queda hoy poco recuerdo. Tan sólo el estupor de amigos y vecinos que todavía no pueden creer que hayan llegado al extremo del suicidio colectivo en aras de un ideal tan incierto como la súbita conversión en ángeles.

Estaban convencidos de ello. A juzgar, sobre todo, por la prédica constante de desechar las envolturas (los cuerpos) que les impedían pelear contra el mal en una guerra cósmica cuyo principal aliado era el cometa.

Paul Follower, empleado de un lavadero de autos al cual iban seguido los miembros de la secta, meneaba la cabeza y confesaba: "Estamos todos muy impresionados. Sabíamos que tenían ideas religiosas muy particulares, pero jamás nos hubiéramos imaginado que iban a terminar así”. El dueño, Al Vignato, rompió en llanto.

Otro de ellos conserva, cual recuerdo, un holograma atado a un cordón en el que se vislumbra una cabeza blanca, rapada y alargada, con ojos verdosos. Tiene aspecto de extraterrestre. Fue el regalo de uno de los miembros de la secta antes de despedirse. De despedirse de la vida, en realidad, porque un rato después, el miércoles, sobrevendría un desenlace fatal en cadena que habría comenzada días antes. El 25 de marzo, al parecer, tenía un significado especial para ellos.

En el barrio Rancho Santa Fe, un paraíso en donde hoy florecen los frutales, nadie comprende bien qué fue lo que pasó. Lo vieron por televisión. Por temor en muchos casos, a enfrentar el absurdo de tanta muerte en medio de mansiones, tipo Beverly Hills, que animan más al placer que al sacrificio.

El escenario del crimen es una casona que, rodeada de palmeras y pinos, domina la cima de una colina en la cual desemboca, cuesta arriba, un camino angosto y serpenteante.
Tiene tejas rojas y arcadas de estilo español, todo un símbolo, a un paso de México, de calles que, como San Diego, 32 kilómetros al Sur, la ciudad cabecera de este confín del Oeste, se han hecho famosas y están en boca de los norteamericanos.

En la esquina Colina Norte y Camino del Norte, el oficial de la policía Matt Wellhouse señaló que ya habían sido retirados los cuerpos y que todos ellos tenían documentos de identidad, circunstancia que habría facilitado la investigación.
Allá arriba, como si nada, un jardinero podaba arbustos y un camión de Federal Express continuaba con el reparto de la correspondencia.
Allá abajo, también como si nada, unos cuantos golfistas seguían con su rutina a la vera de pequeños lagos y majestuosos montes.

Video macabro
Las muertes, su otra cara, quedaron registradas en un testimonio macabro que obra en poder de la policía. Es un video en el que uno de los miembros de la secta dice, por ejemplo: "Hoy es el día más feliz de mi vida". Algunos se acercan dos o tres veces a la cámara, sonrientes. Sólo una mujer llora no sabemos si de arrepentimiento, por miedo o porque quiere huir y la tienen contra su voluntad.

Las vísperas de Pascua, al parecer, eran el momento propicio para ellos. En consonancia, además, con la proximidad del fin del siglo y del milenio en tren de aventurar un motivo, siempre relativo. La parafernalia muy similar a la empleada en Suiza nos hace pensar que se sintieron identificados con la secta de La Orden del Templo Solar  y quisieron copiar varios aspectos de su ceremonia.

"Como fue prometido, las llaves del Reino del Cielo están aquí, nuevamente en manos de Ti y de Do (nombre adjudicado a dos extraterrestres de poderes supremos que habrían secuestrado a seres humanos en los 70), como hace 2000 años en manos de Jesús y de su Padre" fueron las palabras que dejaron como legado en sus páginas de Internet.

Para ellos, según sus prolijos mensajes, el acercamiento del cometa Hale Bopp era algo así como una señal, ya que presagiaba el arribo de una nave de características sobrenaturales que iba a conducirlos a la diestra de Dios: "Nuestros 22 años de aprendizaje aquí, en el planeta Tierra, llegan a su fin. Estamos preparados para abandonar con alegría este mundo".

El líder murió con ellos. Se llamaba Marshall Applewhite, tenía 66 años y, al parecer, estaba identificado con la tendencia New Age. Ya en 1975, al igual que Bonnie Lu  fallecido también por mano propia 10 años después, habría persuadido a varias personas de California, de Colorado, de Nuevo México y de Oregón para que abandonaran sus hogares. En aquella época fracasó, sus niveles de persuasión no estaban tan avanzados.

Su secta primitiva llevaba el nombre de UFO y respondía al culto de Ti y de Do, nombres que, salta a la vista, podrían tener la misma vinculación con las notas musicales que el cinematográfico ET.

Margaret Singer, la primera escritora que estudio al líder de esta secta cuenta que luego de la experiencia en Colorado, donde jamás llegó una nave extraterrestre, junto con su novia emprendió un viaje de lunáticos. Ambos siguieron vagando de ciudad en ciudad convencidos de que la nave espacial tan esperada llegaría para acogerlos.


Cuando un astrónomo principiante de Texas difundió en Internet su teoría de que había un OVNI en la cola del cometa, el destino de la secta de "Do" estaba sellado.

Según la reconstrucción del médico forense, la primera tanda de suicidas, 15 personas, tenía junto a los cadáveres una receta similar a la del "Doctor Muerte", Jack Kevorkian: pudin de miel mezclado con vodka y dosis masivas de somníferos.

Para acelerar su muerte, cada uno de los suicidas se colocó una bolsa de plástico en la cabeza, tal y como había hechos los hermanos de la Orden del Templo Solar en Suiza.  
Sus sobrevivientes hicieron limpieza: quitaron las bolsas, los restos de la poción mortal y acomodaron los cadáveres cubriéndolos con un lienzo violeta.

Asimismo, cada cadáver tenía en el bolsillo el pasaporte y un billete de 5 dólares, quizá para pagar el pasaje en la astronave que les llevaría al Planeta Sirius.

La segunda tanda siguió a la primera con el mismo rito. Los últimos 9 acomodaron a sus compañeros y se suicidaron después siguiendo los mismos pasos que sus compañeros. La ingesta masiva del vodaka con somníferos y arsénico, y la bolsa de plástico apretada a la cabeza para que no hubiera forma de echarse para atrás y evitar la muerte.

"Todo, relató el médico legal Brian Blackbourne, estaba en perfecto orden. Para la cita con la muerte se habían puesto ropa nueva, todos vestían igual, de manera impecable".

A diferencia de la Orden del Templo Solar, de la de los 10 Mandamientos del Congo y la del Templo del Pueblo de Guayana, en San Diego no hubo disparos. Todos los que murieron lo hicieron por voluntad propia, si hubo alguien que se opuso a morir salió voluntariamente sin ser agredido, pues no había indicio alguno que hiciera sospechar que hubo violencia.

No había armas de ningún tipo ni heridas en los cuerpos de los fallecidos. Por otro lado parece muy improbable que alguien pudiera haberse arrepentido y que no hubiera alertado a la policía. Todo hace indicar que era un grupo muy bien cohesionado en el que todos tenían muy claro lo que iban hacer, pese a que en un vídeo saliera una joven llorando. Tal vez era de emoción, tal vez de arrepentimiento pero lo cierto es que no opuso resistencia.


Un final tan extraño, tan macabro  y tan contrario al sentido común que provoca no sólo estupor, sino también un profundo cuestionamiento acerca de los límites a los cuales puede llegar la mente humana.

Las palabras "lavado de cerebro" y "locura colectiva" son las primeras que aparecen intentando explicar por qué muchachas y muchachos, en su mayoría, se matan en forma tan "prolija", esperando un premio cósmico, que los aleje de este mundo "vulgar" en el cual no saben encontrar un sentido para existir.

Las ideas que habitan en la mente de los miembros de grupos sectarios tienen una apariencia inexpugnable. Con pocas grietas, ladrillo a ladrillo, las consignas, las amenazas, las ideas de salvación y, sobre todo, las visiones pre fabricadas del mundo terreno y extraterreno, van construyendo un muro entre las ideas y los afectos ligados al mundo social y, sobre todo, familiar.

Perdidos esos anclajes, la mente se desboca hacia "las alturas", sin referentes que puedan reintegrarla al sentido común, al sentido de la común unidad con el resto del cuerpo social.
Existe la semilla de este tipo de mentalidad sectaria en todo grupo cerrado en el que se pretenda alguna supremacía respecto del resto de la humanidad o que estén fuertemente influenciados por la creencia de los extraterrestres que les hace perder el interés por esta vida.

En estos grupos es en donde la amenaza de castigo (humano o divino) pesa en las conciencias de los miembros, generando en ellos, un miedo profundo y degradante, basado en el temor a perder totalmente un lugar en el mundo y a quedar sin sustento de identidad y afecto.

La idea de una salvación exclusiva, una suerte de Arca de Noé VIP, sólo puede surgir para compensar personalidades vaciadas de ser. A mayor vació de identidad, mayor necesidad de ideas "celestiales" que, a modo de atajo respecto del genuino y humilde camino espiritual, pretenden contrarrestar la pobreza psíquica. La desesperación y la soberbia demuestran, en estos actos lamentables, ser caras de una misma moneda.

El espíritu sectario se manifiesta a través de muy diversas ideas y estéticas. El común denominador está en que siempre se basa en el miedo, el desamor, el rechazo a la diferencia y, sobre todo, en la necesidad de inventar un mundo exclusivo, para entrar al cual, se exige, a modo de carísimo peaje, la renuncia a la propia conciencia, lo que implica dejar de lado aquello que caracteriza, esencialmente, a los seres humanos.

Manson opinó por Internet de la matanza
La World Wide Web, el espacio multimedial y de intercambio en Internet, vive momentos de histeria colectiva tras el suicidio masivo de una secta que ofrecía sus servicios y se comunicaba por la red informática.
Advertencias de los expertos sobre los peligros del mundo virtual y bromas desmitificadoras de algunas comunidades "on line" conviven con el anuncio de un santón condenado por homicidio, el satánico Charles Manson, de la apertura de un sitio virtual dedicado a su secta.

Miles de usuarios se preguntan en Internet sobre las razones del suicidio masivo de los 39 miembros de la secta Higher Source en una lujosa residencia de Rancho Santa Fe, cerca de San Diego, en California.

En medio de las preguntas, uno de los primeros en capitalizar la tragedia es Manson, el psicópata que en 1969 ordenó a cuatro secuaces de su secta asesinar a cinco personas, entre ellas la actriz Sharon Tate, esposa del director Roman Polanski.

Manson, quien con un cuchillo se grabó en la frente una esvástica, comentó el suicidio colectivo de los "ángeles de Internet" con sarcasmo. "Estos monjes que se mataron en San Diego -dijo- me parecen un poco atrasados en el tiempo. En lo que a mí se refiere, en cambio, tengo mi propio sitio en Internet para difundir mi mensaje. Pero no creo que deba suicidarme por ello".


Hoy en Internet se utilizan las mismas técnicas usadas por el "correo basura" o por los vendedores "puerta a puerta", es decir, un acoso de mensajes que, en vez de ser verbales, son digitales por lo que llegan a más gente en menos tiempo volviéndose mucho más peligrosos.

El suicidio de la secta de la "Puerta del Cielo" era una tragedia anunciada, de la cual surgen cada vez más detalles, así como de la vida del líder, Marshall Applewhite.
Applewhite incitaba a sus seguidores desde hacía 20 años a dejar la tierra para buscar una forma de vida superior en el espacio.

Sobre el delirante "culto de los OVNI" se escribieron libros y tesis de graduación. La secta misma ilustró sus preparativos de muerte en un volumen de más de 400 páginas, accesible desde hacía un año mediante Internet, aunque nadie movió un dedo para impedirlo.
El cuerpo de Applewhite fue reconocido entre los 39 muertos de la lujosa residencia de Rancho Santa Fe, que la secta había trasformado en una suerte de convento, hasta la tragedia del miércoles.

Las 21 mujeres y 18 hombres de la secta se quitaron la vida en el lapso de tres días, dejando su mensaje póstumo en un vídeo.
"Este, aseguró un hombre, es el día más bello de mi vida, que esperé por tanto tiempo".
Applewhite, que se hacía llamar "Do", grabó una última orden para sus fieles antes de llevarlos hacia el largo viaje.

"Puedo ser vuestro pastor y ustedes pueden seguirme, pero no pueden permanecer aquí y seguirme al mismo tiempo. Deben seguirme ya, dejando este mundo antes de que concluya nuestra partida desde esta atmósfera, en preparación para su reciclaje".
Este mismo lenguaje se encuentra en el manifiesto de la secta en Internet.
En síntesis, los seguidores de "Do" creían que sus cuerpos eran contenedores provisorios. Con la muerte, el alma subiría a una nave espacial oculta en la cola del cometa Hale-Bopp.
"El cometa -se lee en el documento- es la señal que esperábamos, nos preparamos a dejar este mundo".

A los 65 años, Marshall Applewhite tenía en sus espaldas una larga carrera de profeta visionario. Creía haber recibido el primer mensaje desde el espacio en los años 70, cuando estuvo internado en un manicomio de Colorado, luego de un infarto.
Applewhite, antes de su afición a los OVNI, había sido un profesor de música, casado y con dos hijos.

"Do" se había graduado en la Universidad de Colorado, cantaba en un teatro y había dirigido al coro de una iglesia de Houston. Amante de la lírica, había alternado la docencia en St. Thomas University con 15 roles en la Houston Grand Opera.
Ya en el manicomio, la primera que le creyó fue la enfermera Bonnie Lu Nettles, apasionada de la astrología. Ambos se volvieron con el tiempo una pareja tan popular como Bonnie y Clyde. Se hicieron llamar Ti y Do.

Adquirieron fama en 1975, cuando fueron entrevistados en el Desierto del Colorado, donde se reunieron con cientos de seguidores para esperar la llegada de extraterrestres. Por aquella época no eran más que una encantadora pareja que disfrutaba de la naturaleza y de los atractivos turísticos norte americanos en busca de obtener contactos con humanoides provenientes de planetas lejanos.
Lástima que veinticinco años más tarde se hicieran famosos por encabezar la secta que más muertes produjo en su país.

Las puertas del Cielo
La policía encontró a los muertos extendidos de forma ordenada en sus literas, con los rostros y torsos cubiertos por un paño púrpura. Cada miembro llevaba un billete de cinco dólares y 75 centavos en sus bolsillos. Todos estaban vestidos de forma idéntica, con camisas de color negro, pantalones deportivos, zapatos deportivos marca Nike negros con calcetines blancos completamente nuevos y un brazalete en el que se leía “Las puertas del Cielo, equipo visitante”

Se cree que se suicidaron en tres grupos durante tres días sucesivos, quedando participantes que limpiaban los dormitorios, después de la muerte de cada grupo anterior. Sin embargo, hubo un sobreviviente, Río Di Angelo, al cual Applewhite le ordenó abandonar el grupo, para que mantuviese vivo el culto de Las Puertas del Cielo.

A día de hoy nadie sabe donde se encuentra este sujeto que es perseguido por la policía por poder estar reclutando a nuevos miembros. Si bien, nada hace pensar que la secta Puertas del cielo siga funcionando, pues de hacerlo se reúnen con un secretismo de lo más sepulcral. En ninguna página web y ningún foro se menciona a este grupo como en funcionamiento. Tal vez Di Angelo este muerto o alejado de las sectas destructivas.









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